Lunes 18 de marzo de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
LA REUNION DEL SEMINARIO
La globalización de los sistemas financieros y la comunicación permiten a los seres humanos tener acceso a lo que se piensa, discute o analiza en cualquier parte del mundo. Si alguien desde su origen ha tenido esta posibilidad, sin duda que es la iglesia católica.
En todos los tiempos de existencia, la institución que puede ser considerada como la primera trasnacional del mundo, ha librado una batalla en contra del avance del conocimiento. Las teorías, los descubrimientos, los experimentos siempre han sido combatidos porque cuestionan a los dogmas en que se funda la fe.
La mayor diferencia entre las verdades de la iglesia y las científicas es que los dogmas únicamente deben aceptarse por la fe, mientras que la ciencia tiene que demostrar y replicarse y en ello basa su autoridad.
Históricamente la iglesia ha podido detener, por breves lapsos, el avance de la ciencia, pero al final ésta siempre se impone y la iglesia siempre ha sabido ajustar su discurso a este proceso, lo que siempre le ha fortalecido y explica su longevidad.
El tema central de la reunión del Seminario fue la ingeniería genética, sobre todo porque la posibilidad de que los científicos tengan la posibilidad de crear o recrear a los seres humanos los convierte en pequeños dioses, de ahí la necesidad de abordar el tema, no como un problema de ciencia o de técnica, sino ético. Será necesario que las conclusiones sean compartidas con filósofos, científicos y académicos para enriquecer, pues sólo representan a una parte de los actores que forman esta llamada sociedad y en ella ya no existe ninguna mayoría que pueda imponerse.