Lunes 18 de marzo de
2002 |
Del hecho al
dicho La FBI en Puebla n Manuel de Santiago |
Los agentes de la
policía judicial de Puebla están sentados derechitos en
sus pupitres con su cuaderno, lápiz y goma, con sus
timbas ceñidas a sus apretados trajes y las corbatas
igualmente torturadoras en torno a sus pescuezos y
desbordantes papadas. Los "judas" están muy
atentos a un míster de la FBI que ha venido a esta
ciudad para enseñarles las técnicas policiales
modernas. El profesor de marras es un gringo de origen latino con características más sajonas que güegüenches: alto, de tez blanca, ojiverde, con un español martajado; se encuentra ataviado con un tacuche de cuadros, pantalón negro sujeto con cinturón con una gran hebilla de plata con el símbolo de la infantería de marina, usa corbata chillante y unos zapatotes bostonianos del estilo gringo. Pese a su indumentaria el agente de la FBI tiene en común con los nacionales el uso de una gruesa esclava y un anillo de ostentosa montadura. El míster, en su media lengua, explica a sus pupilos las técnicas del interrogatorio, provocando algunas sonrisas entre el alumnado que conoce de la efectividad de las técnicas mexicanas. Cuando toca el turno al tema de los perfiles psicológicos un murmullo se levanta en el aula pues en México todo ciudadano es tratado como culpable hasta que no demuestre lo contrario o se ponga bien para evitar que pase a "tocar el piano" y se haga de un expediente policiaco. En los momentos del receso, mientras se echan un nescafé y se atragantan de galletas, los agentes ríen a carcajadas de los chistes y anécdotas que se cuentan entre ellos. Un agente, conocido como el "frijol negro" (por prieto, chaparro y bueno paÕl pedo), comenta a sus compañeros su pretensión de invitar al "maistro" a chupar con ellos paÕ agasajarlo y cantarle algunas "netas" de cómo se maneja "las cosas" en México; que no tendremos tanto cachivache electrónico como los gringos que le hacen a la "jalada", pero nos sobra maña paÕ tratar a los méndigos delincuentes. Yo se que los asesores gringos han enseñado a los ejércitos y corporaciones policiales de América Latina cosas monstruosas. ¿Será este el caso o les van a enseñar cosas como las que vemos en las películas solamente? |