Lunes 18 de marzo de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
n Desde el DF "se tronó la elección", denuncian Huerta y Avilés; culpan a Jesús Ortega
Anulan elección del PRD en Puebla; a punto de ocurrir lo mismo en todo el estado
q Estiman que no se instaló el 50% de casillas n En Tehuacán hubo robo de casillas con violencia por seguidores de Robles: Alonso Cañete n En Puebla no llegaron funcionarios o faltó el padrón n "El PRI metió las manos en la elección": Avilés n Miembros de planillas repartieron los paquetes n De última hora fueron reimpresas 90 mil boletas

Fermín Alejandro García n

Tal como ha ocurrido con los últimos procesos electorales del PRD, el de éste domingo -en el que se eligió presidente nacional y estatal, así como dirigentes municipales- estuvo plagado de irregularidades. Por ese motivo, en la tarde de ayer se anuló la elección en el caso de la ciudad de Puebla -debido a que no se instaló más del 20 por ciento de casillas- y a nivel del estado, al cierre de la edición de este diario, todo apuntaba a que ocurrirá lo mismo, luego de que varias planillas que participaron en la contienda estimaron que alrededor de la mitad de los puestos de votación no fueron abiertos o hubo graves anomalías.
En la noche de ayer, en la sede estatal del PRD, nadie preguntaba por los resultados de las votaciones sino por el número de casillas instaladas. Los presentes, en su mayoría, ya estaban resignados a que no serán válidos los comicios en la ciudad de Puebla y en el estado, ya que en ambos casos se aplicará el principio estatutario de que si no se instala el 20 por ciento de los puestos de votación o hay anomalías se declara inválida una elección.
De hecho, dos de las planillas más fuertes que contienden por la presidencia estatal del partido, la de Jorge Méndez Spínola y la de Jesús Alonso Cañete -que lleva como candidato a Celestino Campos-, antes del mediodía ya habían dado por hecho el que no se había instalado el 50 por ciento de los centros de recepción de votos y ya hablaban de la nulidad de los comicios.
El único resultado que se conoció fue el que dio -alrededor de las 19 horas- el Centro de Investigación Sobre la Opinión Pública de la Universidad Autónoma de Pueble, que mediante una encuesta de salida que aplicó a 452 perredistas, determinó que en la ciudad de Puebla los ciudadanos que lograron votar el 85.2 por ciento lo hizo por Rosario Robles Berlanga, el 8.2 por ciento por Jesús Ortega Martínez y el 2.2 por ciento a favor de Camilo Valenzuela, en lo que se refiere a aspirantes a la dirección nacional del partido.
Pero pocos se fijaron en esa tendencia, los líderes de las planillas que luchan por la presidencia estatal a lo largo del día y la noche se la pasaron acusándose entre ellos de haber robado casillas o de "rasurar el padrón electoral", y un testimonio firme de que esto sucedió fue el de Rodolfo Huerta Espinoza, quien a pesar de haber sido presidente del Comité Municipal del PRD en la ciudad de Puebla y el año pasado candidato a diputado local, nunca apareció su nombre en los listados.
Muchos perredistas llegaron a votar a la casilla del zócalo de la ciudad de Puebla y al no aparecer en las listas de militantes, los remitían a sufragar a la mesa receptora que se instaló en la unidad habitacional La Margarita, pero ahí nadie pudo marcar las boletas porque nunca llegó el padrón electoral. Esta situación se repitió en por lo menos otros tres centros de votación de la capital y en ciudades como Tehuacán.
En la junta auxiliar de Azumiatla, municipio de Puebla, la elección se suspendió al descubrirse que había acarreo de votantes. Una mujer rindió su testimonio en un acta de que Genaro Piñeiro, dirigente del extinto Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional y ahora perredista, les ofreció dinero a los ocupantes de un autobús a cambio de rellenar casillas, según narró una de las candidatas a la dirigencia del partido en la capital, Rosa María Avilés Nájera.

Historias de fraude
Rodolfo Huerta y Rosa Avilés, por separado, como dirigentes de grupos que apoyaron a Rosario Robles, establecieron que la noinstalación de casillas o la ausencia del padrón de perredistas en muchos puestos de votación no fue un problema de organización, tal como se ha manejado oficialmente. Fue una estrategia que en la ciudad de México se fraguó para "tronar la elección", cuya autoría estuvo a cargo de Jesús Ortega Martínez, y la presidente del partido, Amalia García, con el propósito de evitar que ganara la ex jefa del gobierno del Distrito Federal. Aquí en Puebla, señalaron como operador de esa acción al diputado federal Luis Miguel Barbosa Huerta, junto con el diputado Jesús Alonso Cañete.
Previo a la elección, prácticamente sólo había dos personas, Delfino Juárez y Ramiro León, organizando una elección que abarcó más de 200 municipios, en donde este domingo debían ser instaladas 301 casillas y repartir unas 90 mil boletas. Aunque al final recibieron ayuda, todo indica que pese al esfuerzo no se dieron abasto para sacar adelante la contienda, sobre todo cuando el presidente del Comité Auxiliar del Servicio Electoral (CASE), Josué Marroquín, hace un mes, sin ofrecer explicaciones, se fue de Puebla y abandonó a sus dos colegas.
La crisis de esta elección se generó el martes pasado, cuando provenientes de la ciudad de México llegaron a Puebla las 90 mil boletas para la elección de presidente estatal del PRD. A lo largo de la semana anterior alguien se percató que en las papeletas venía una lista de 10 candidatos a la dirigencia perredista, en lugar de siete, pues tres aspirantes con anterioridad habían declinado a favor de otras planillas. Esta situación la reportaron los miembros del CASE al Comité Nacional del Servicio Electoral.
Un intento de solución al problema se dio el viernes, cuando de última hora se mandó a imprimir de nueva cuenta esas 90 mil boletas en una imprenta de la ciudad de Puebla. La papelería estuvo lista el sábado al medio día, pero ya era demasiado tarde, pues en unas cuantas horas se tenía que armar los paquetes electorales y ser llevados a docenas de municipios sin contar con personal para ello. Finalmente se optó porque integrantes de las mismas planillas de candidatos a dirigentes estatales auxiliaran en el traslado de las casillas.
El CASE se justifica indicando fue un acuerdo al que se llegó con los candidatos. Rodolfo Huerta, el diputado Jesús Alonso Cañete y Rosa Avilés, por separado, en diferentes declaraciones que dieron a lo largo del día, señalaron que esa fue una anomalía, ya que eso permitió el robo de paquetes electorales o que éstos no fueran entregados por los grupos en los lugares en donde sabían que podían perder.
Alonso Cañete narró que el sábado, Atanacio López Rojas y Bonifacio Cholula -quien esta expulsado del PRD-, junto con un grupo de 60 personas, se apostaron frente al partido para presionar y llevarse varios paquetes electorales. En la noche, aseguró, en una camioneta fueron colocadas varias casillas de la región de Teziutlán y una calle más adelante, el vehículo se detuvo, el chofer bajó y subió al volante Alejandro Camarillo -ex dirigente perredista- y se llevó el automotor con rumbo desconocido, junto con la papelería. En Tehuacán, el domingo por la mañana -agregó- de manera violenta fueron robadas las papeletas de seis municipios de la Sierra Negra por grupos que apoyan a Rosario Robles.

Mano negra de Molina
Rosa Avilés narró las anomalías que ocurrieron en la ciudad de Puebla. En las casillas instaladas en Agua Santa, Ciudad Universitaria, Santo Tomás Chautla y el mercado El Campanario no llegaron los funcionarios encargados de recibir los votos. En El Carmen, San Baltazar Campeche y la unidad habitacional La Margarita no fue entregado el padrón y no se dejó a la gente sufragar, mientras que en las juntas auxiliares de San Miguel Espejo y la Resurrección se permitió marcar boletas a ciudadanos a pesar de que no había listados de militantes.
Sin embargo, la falta más grave que dijo haber encontrado es que Germán Molina Carrillo, quien dejó el cargo de consejero del Instituto Estatal Electoral cuando se descubrió que es priista, estaba repartiendo paquetes electorales del PRD en la ciudad de Puebla, lo que demuestra que el Partido Revolucionario Institucional y el gobierno del estado "metieron las manos" en la elección perredista.
Para Rosa Avilés todas estas anomalías fueron preparadas desde la ciudad de México por los encargados del Comité Nacional del Servicio Electoral, quienes deben ser sancionados. Ramiro León, encargado del CASE, no quiso definir si esas irregularidades fueron premeditadas o si fue únicamente un problema de organización.
Al cierre de la edición de La Jornada de Oriente se llevaba contabilizados más de 35 municipios en los que no se instaló casillas. Se espera que hoy al medio día se defina si se alcanzó la cifra de más de 60 centros de votación no colocados, con lo cual, se determinaría la nulidad o validez de la elección del próximo presidente del Partido de la Revolución Democrática en la entidad poblana.