Tal como ha ocurrido
con los últimos procesos electorales del PRD, el de
éste domingo -en el que se eligió presidente nacional y
estatal, así como dirigentes municipales- estuvo plagado
de irregularidades. Por ese motivo, en la tarde de ayer
se anuló la elección en el caso de la ciudad de Puebla
-debido a que no se instaló más del 20 por ciento de
casillas- y a nivel del estado, al cierre de la edición
de este diario, todo apuntaba a que ocurrirá lo mismo,
luego de que varias planillas que participaron en la
contienda estimaron que alrededor de la mitad de los
puestos de votación no fueron abiertos o hubo graves
anomalías.
En la noche de ayer, en la sede estatal del PRD, nadie
preguntaba por los resultados de las votaciones sino por
el número de casillas instaladas. Los presentes, en su
mayoría, ya estaban resignados a que no serán válidos
los comicios en la ciudad de Puebla y en el estado, ya
que en ambos casos se aplicará el principio estatutario
de que si no se instala el 20 por ciento de los puestos
de votación o hay anomalías se declara inválida una
elección.
De hecho, dos de las planillas más fuertes que
contienden por la presidencia estatal del partido, la de
Jorge Méndez Spínola y la de Jesús Alonso Cañete -que
lleva como candidato a Celestino Campos-, antes del
mediodía ya habían dado por hecho el que no se había
instalado el 50 por ciento de los centros de recepción
de votos y ya hablaban de la nulidad de los comicios.
El único resultado que se conoció fue el que dio
-alrededor de las 19 horas- el Centro de Investigación
Sobre la Opinión Pública de la Universidad Autónoma de
Pueble, que mediante una encuesta de salida que aplicó a
452 perredistas, determinó que en la ciudad de Puebla
los ciudadanos que lograron votar el 85.2 por ciento lo
hizo por Rosario Robles Berlanga, el 8.2 por ciento por
Jesús Ortega Martínez y el 2.2 por ciento a favor de
Camilo Valenzuela, en lo que se refiere a aspirantes a la
dirección nacional del partido.
Pero pocos se fijaron en esa tendencia, los líderes de
las planillas que luchan por la presidencia estatal a lo
largo del día y la noche se la pasaron acusándose entre
ellos de haber robado casillas o de "rasurar el
padrón electoral", y un testimonio firme de que
esto sucedió fue el de Rodolfo Huerta Espinoza, quien a
pesar de haber sido presidente del Comité Municipal del
PRD en la ciudad de Puebla y el año pasado candidato a
diputado local, nunca apareció su nombre en los
listados.
Muchos perredistas llegaron a votar a la casilla del
zócalo de la ciudad de Puebla y al no aparecer en las
listas de militantes, los remitían a sufragar a la mesa
receptora que se instaló en la unidad habitacional La
Margarita, pero ahí nadie pudo marcar las boletas porque
nunca llegó el padrón electoral. Esta situación se
repitió en por lo menos otros tres centros de votación
de la capital y en ciudades como Tehuacán.
En la junta auxiliar de Azumiatla, municipio de Puebla,
la elección se suspendió al descubrirse que había
acarreo de votantes. Una mujer rindió su testimonio en
un acta de que Genaro Piñeiro, dirigente del extinto
Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional
y ahora perredista, les ofreció dinero a los ocupantes
de un autobús a cambio de rellenar casillas, según
narró una de las candidatas a la dirigencia del partido
en la capital, Rosa María Avilés Nájera. Historias de fraude
Rodolfo Huerta y Rosa Avilés, por separado, como
dirigentes de grupos que apoyaron a Rosario Robles,
establecieron que la noinstalación de casillas o la
ausencia del padrón de perredistas en muchos puestos de
votación no fue un problema de organización, tal como
se ha manejado oficialmente. Fue una estrategia que en la
ciudad de México se fraguó para "tronar la
elección", cuya autoría estuvo a cargo de Jesús
Ortega Martínez, y la presidente del partido, Amalia
García, con el propósito de evitar que ganara la ex
jefa del gobierno del Distrito Federal. Aquí en Puebla,
señalaron como operador de esa acción al diputado
federal Luis Miguel Barbosa Huerta, junto con el diputado
Jesús Alonso Cañete.
Previo a la elección, prácticamente sólo había dos
personas, Delfino Juárez y Ramiro León, organizando una
elección que abarcó más de 200 municipios, en donde
este domingo debían ser instaladas 301 casillas y
repartir unas 90 mil boletas. Aunque al final recibieron
ayuda, todo indica que pese al esfuerzo no se dieron
abasto para sacar adelante la contienda, sobre todo
cuando el presidente del Comité Auxiliar del Servicio
Electoral (CASE), Josué Marroquín, hace un mes, sin
ofrecer explicaciones, se fue de Puebla y abandonó a sus
dos colegas.
La crisis de esta elección se generó el martes pasado,
cuando provenientes de la ciudad de México llegaron a
Puebla las 90 mil boletas para la elección de presidente
estatal del PRD. A lo largo de la semana anterior alguien
se percató que en las papeletas venía una lista de 10
candidatos a la dirigencia perredista, en lugar de siete,
pues tres aspirantes con anterioridad habían declinado a
favor de otras planillas. Esta situación la reportaron
los miembros del CASE al Comité Nacional del Servicio
Electoral.
Un intento de solución al problema se dio el viernes,
cuando de última hora se mandó a imprimir de nueva
cuenta esas 90 mil boletas en una imprenta de la ciudad
de Puebla. La papelería estuvo lista el sábado al medio
día, pero ya era demasiado tarde, pues en unas cuantas
horas se tenía que armar los paquetes electorales y ser
llevados a docenas de municipios sin contar con personal
para ello. Finalmente se optó porque integrantes de las
mismas planillas de candidatos a dirigentes estatales
auxiliaran en el traslado de las casillas.
El CASE se justifica indicando fue un acuerdo al que se
llegó con los candidatos. Rodolfo Huerta, el diputado
Jesús Alonso Cañete y Rosa Avilés, por separado, en
diferentes declaraciones que dieron a lo largo del día,
señalaron que esa fue una anomalía, ya que eso
permitió el robo de paquetes electorales o que éstos no
fueran entregados por los grupos en los lugares en donde
sabían que podían perder.
Alonso Cañete narró que el sábado, Atanacio López
Rojas y Bonifacio Cholula -quien esta expulsado del PRD-,
junto con un grupo de 60 personas, se apostaron frente al
partido para presionar y llevarse varios paquetes
electorales. En la noche, aseguró, en una camioneta
fueron colocadas varias casillas de la región de
Teziutlán y una calle más adelante, el vehículo se
detuvo, el chofer bajó y subió al volante Alejandro
Camarillo -ex dirigente perredista- y se llevó el
automotor con rumbo desconocido, junto con la papelería.
En Tehuacán, el domingo por la mañana -agregó- de
manera violenta fueron robadas las papeletas de seis
municipios de la Sierra Negra por grupos que apoyan a
Rosario Robles.
Mano negra de Molina
Rosa Avilés narró las anomalías que ocurrieron en la
ciudad de Puebla. En las casillas instaladas en Agua
Santa, Ciudad Universitaria, Santo Tomás Chautla y el
mercado El Campanario no llegaron los funcionarios
encargados de recibir los votos. En El Carmen, San
Baltazar Campeche y la unidad habitacional La Margarita
no fue entregado el padrón y no se dejó a la gente
sufragar, mientras que en las juntas auxiliares de San
Miguel Espejo y la Resurrección se permitió marcar
boletas a ciudadanos a pesar de que no había listados de
militantes.
Sin embargo, la falta más grave que dijo haber
encontrado es que Germán Molina Carrillo, quien dejó el
cargo de consejero del Instituto Estatal Electoral cuando
se descubrió que es priista, estaba repartiendo paquetes
electorales del PRD en la ciudad de Puebla, lo que
demuestra que el Partido Revolucionario Institucional y
el gobierno del estado "metieron las manos" en
la elección perredista.
Para Rosa Avilés todas estas anomalías fueron
preparadas desde la ciudad de México por los encargados
del Comité Nacional del Servicio Electoral, quienes
deben ser sancionados. Ramiro León, encargado del CASE,
no quiso definir si esas irregularidades fueron
premeditadas o si fue únicamente un problema de
organización.
Al cierre de la edición de La Jornada de Oriente se
llevaba contabilizados más de 35 municipios en los que
no se instaló casillas. Se espera que hoy al medio día
se defina si se alcanzó la cifra de más de 60 centros
de votación no colocados, con lo cual, se determinaría
la nulidad o validez de la elección del próximo
presidente del Partido de la Revolución Democrática en
la entidad poblana.
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