El periodista mexicano, uno de los comentaristas de Ensayo de contraconquista

Gonzalo Celorio, escritor de nostalgia: Vicente Leñero

ARTURO JIMENEZ

En la literatura mexicana de hoy no abundan los estilistas y escasean los escritores preocupados por pulir sus trabajos, dijo Vicente Leñero durante la presentación de Ensayo de contraconquista, compilación de textos escritos durante 20 años por Gozalo Celorio.

El reciente Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de literatura agregó que, en medio del tráfago cotidiano de la industria editorial, los escritores entregan "libros y más libros" que, aunque estén escritos con vigor y pasión, se encuentran "contagiados por la prisa que ha impuesto el periodismo, nuestra lectura diaria".

Estos escritores son, continuó Leñero, "víctimas del espejismo de la fácil corrección, auspiciada por las computadoras" y se encuentran "enviciados por no sé qué extraño imperativo de publicar por publicar, en esa loca avalancha en pos de cuál meta: Ƒel éxito, el reconocimiento, la vanidad?"

La presentación de Ensayo de contraconquista (Tusquets), en la que además participaron el escritor cubano Eliso Alberto, Eduardo Casar y el propio Celorio, se realizó ayer al medio día en la sala Manue M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Leñero, quien describió a Celorio como "un escritor de la nostalgia", comentó sobre la compilación:

"No es por supuesto el amontonamiento de escritos publicados por aquí y por allá que solemos hacer los vanidosos, sino una especie de reunión familiar, de ensayos y reflexiones literarias. Nuevamente aquí el impulso viajero de su prosa y la obsesión de la nostalgia."

Señaló que en el libro Celorio va "de los recuerdos personales a las lecciones de arte, de las lecturas consentidas a los análisis intensos, de la apreciación a nuestros poetas clásicos a la semblanza personalísima de sus maestros queridos.

"Puros nombres vitales animan el cotarro como si fuéramos invitados a una pachanga imposible", dijo Leñero, y mencionó nombres como Carpentier, Cabrera Infante, Alfonso Reyes, Borges, Cortázar, Fuentes, Luis Rius, Sergio Fernández, Bonifaz Nuño, Eduardo O'Gorman, Lezama Lima, López Velarde.

Al final Leñero destacó el ensayo sobre Cortázar, con quien Celorio nunca compartió pero sí pudo desarrollar una "estrecha relación" a través de la lectura de sus libros.

Lista de obsesiones

Por su parte, el escritor cubano Eliseo Alberto, quien por momentos invocó a su padre, el poeta Eliseo Diego, dijo que el libro de Celorio es la bitácora de un viaje que conduce "a la orilla de su propia memoria". Desde ese sitio, agregó, pasa lista a sus obsesiones: Cuba, el barroco, México, la Ilustración, y retrata a sus ídolos o maestros como los mencionados.

"Me sumo entusiasta a la reivindicación que Gonzalo propone de una crítica impresionista, la que, según sus palabras, le confiere la misma importancia al lector y su entorno que al autor y su texto."

"Uno de los méritos principales de Ensayo de contraconquista es el balance y la armonía del juicio. Gonzalo no se basa en el elogio fatuo que asegura la gratitud del elogiado, sino en la equidad de los argumentos, en especial de los más audaces."

Eduardo Casar confesó en su turno que lo que más le gusta del libro es la "hibridez" con la cual Celorio maneja el género. "Sus ensayos no tienen tono de informe, de resultado de sus investigaciones, sino que en sus ideas se entromete Gonzalo con todo el cuerpo.

"Opina desde un sí mismo que tiene hambre y sed y ocurrencias domésticas, entre la autobiografía, la reflexión y la epístola. En realidad esa es la raíz primigenia del ensayo."

Al final Celorio leyó su citado ensayo sobre Cortázar, en el que confiesa: "Nunca he sabido más de mí que leyendo sus páginas".