El cortometraje fue retirado de la competencia
en la muestra tapatía sin razón aparente
Nadie escucha muestra la guerra sucia
contra guerrilleros y disidentes en los años 70 y 80
México necesita cine feroz, no comedias citadinas,
sostiene su director Rafael Lara
JUAN JOSE OLIVARES
La
guerra sucia llevada a cabo por el gobierno mexicano en los años
setenta y ochenta contra "guerrilleros" y "disidentes", y las torturas
a presos políticos, es el punto central del cortometraje Nadie
escucha, dirigido, escrito, musicalizado y producido por Rafael Lara,
que se proyectará en la Muestra de Cine Mexicano de Guadalajara
?aunque sólo entrará en exhibición y no en competencia
"por razones que los productores desconocemos y que no nos explicaron"?
y en algunas salas del Distrito Federal, como las de Cinemanía.
"Es sólo una película, una ficción. A final de cuentas
cuidé que la cinta no fuera panfletaria, sectaria o partidista.
Sólo me interesa plantear una preocupación personal y si
la plasmo con verdad, qué bueno. Es sólo un granito de arena.
No estoy descubriendo nada. Todo mundo sabe lo que pasó en esos
años. Sólo digo lo que tengo que decir poniéndolo
en una pantalla", comenta en entrevista el realizador.
Insertado en la lucha de contrainsurgencia oficial, el
corto de 15 minutos grabado en formato digital y editado en 35 mm, narra
la lucha de un hombre desesperado por convencer a sus torturadores de que
él no es el disidente que buscan.
"Lo único que me interesa es que se exhiba", argumenta
Lara, quien dirigió en 1995 un mediometraje de nombre Bienestar
para tu familia (censurado por la Secretaría de Gobernación).
"Estoy haciendo una apuesta porque no tengo nada que perder. La honestidad
es el valor principal de todo creador, y este corto es honesto. Es una
historia que me duele, que mueve mis fibras. Es algo que quise transmitir
por medio de las imágenes y dejar algo en la cabeza y el corazón
del espectador. No puedes andar por la vida pensando si te censuran o no;
porque en esto hay algo más grave: la autocensura."
Producido por Cine Feroz, coproducido por Alpha Star,
Argos y Amaranta Films, y protagonizado por Juan Pablo Avitia, Javier Díaz
Dueñas, Marco Treviño y Martha Altamirano, Nadie escucha
demuestra que es posible filmar y contar historias sin tener que ser subvencionados
por el gobierno u obligados a atender intereses de las productoras comerciales:
tuvo un costo neto de 700 mil pesos; 500 mil fueron apoyos en especie.
El cine mexicano no es de rancheritos
Comenta Rafael: ''Si bien he visto cosas interesantes
del cine mexicano, personalmente no veo en pantalla algo como el tipo de
historias que me gustaría hacer o contar, ni en intensidad ni en
entrarle con fiereza a los temas sin autocensura, sin ningun tipo de concesión.
Así es como se hizo el cortometraje".
Lara dice que fueron varios años de recopilar notas
periodísticas, libros y charlas con la gente torturada de esos años,
para que pudiera condensarse la información y escribir el guión.
"Desde los inicios de mi carrera estuve dirigiendo para
ONG. Gracias a estos contactos pude llegar a esta gente ligada directamente
con movimientos subversivos y de izquierda, que por cierto también
fue torturada. Tuve acceso a personas o amigos de desaparecidos, o gente
de guerrilla. Fue básico a la hora de escribir el guión,
fue de rigor académico para saber de qué estás hablando,
para que no pareciera algo que se te ocurrió, sin sustento".
-¿Crees que la mayoría de las historias
que nos proyectan carecen de ese sustento de investigación?
-Lo que pasa es que se hacen historias que no necesitan
esto. Personalmente me niego a asumir que el cine mexicano sea de rancheritos
o de comedias citadinas, de hecho me caga. No soy la neta del planeta,
ni quién para juzgar. No me interesa contar esas historias, me interesa
el cine feroz, que sacuda, creo que eso falta en México. A veces
a los mexicanos necesitamos que nos metan las cosas a madrazos, pero al
final la gente te lo agradece.
-¿Te interesaría que el corto fuera un documento,
no nada más algo de estética cinematográfica?
-Ahora los tiempos son distintos, ya no estamos en los
setentas que podías ser perseguido por cualquier cosa. No estoy
diciendo algo que no se sepa.
-¿Qué sabor de boca le deja a un cineasta
que, de alguna manera, excluyan su trabajo en un foro de cine nacional?
-No me gusta. El hecho de que sea independiente no significa
que sea cine mal hecho o de principiantes. Sólo quería saber
las razones por las que la cinta no podía competir por el premio
económico. El comité de la muestra decidió meterlo
sólo a exhibición, no a competencia. Nos comunicamos para
investigar el motivo, para saber la falla. Su razón fue que era
la decisión de un jurado, que era inapelable y que si quería
retirara mi trabajo. A nosotros nos interesa la pantalla, es injusto no
ir por el premio económico, pero también es desgastante discutir
esto. Lo que me interesa es que se proyecte y la película hablará
por sí sola. No sé de qué tienen miedo al quitarnos
de los boletines de prensa, no estábamos en Internet. No sé
qué parte del corto no es cine mexicano. El cine mexicano ni empieza
ni termina con la muestra. Por manejos como éstos esta muestra ha
ido perdiendo valor y credibilidad.
Asevera: ''La muestra ha aportado por lo menos un espacio.
El problema son las personas. Prefiero crear, y no pelearme. Como lo repito,
lo que me interesa es mostrar mi película. No digo que mi cinta
sea la mejor o perfecta, pero les digo que vale la pena verla".
Lara adelantó que ya tiene escrito un guión
para un largometraje que tendrá como tema el secuestro. "Estoy en
pos de buscar producción, pero será cruda como este cortometraje",
cuya fotografía, de Enrique Lammers, sobresale.