El objetivo esencial es la evangelización, afirma el rector de la Basílica de Guadalupe
No se busca comercializar la visita papal: Diego Monroy
JOSE ANTONIO ROMAN
Con una permanente renuencia a hablar sobre cuestiones económicas y costo de la próxima visita del papa Juan Pablo II a México, el rector de la Basílica de Guadalupe, Diego Monroy, aseguró que la Iglesia católica ni quiere comercializar la visita papal ni lucrar con ella, y tampoco busca patrocinadores para poder realizarla. "El dinero es el pan de los ángeles, pero también es el estiércol de los demonios", dijo.
Sin embargo, reveló que en la pasada visita del pontífice a México, en enero de 1999, se recaudaron poco más de 7 millones de pesos. Esta es la primera vez que algún jerarca de la Iglesia católica comenta a los medios de información el monto de lo recaudado entonces.
En conferencia de prensa en el auditorio de la Basílica, que oficialmente lleva el nombre de Guillermo Schulenburg Prado, Diego Monroy mostró el logotipo de esta quinta visita papal, entre cuyos actos centrales están la ceremonia por la canonización de Juan Diego y las beatificaciones de los mártires oaxaqueños del siglo XVII Juan Bautista y Jacinto de los Angeles.
El logotipo de la visita muestra a un Juan Pablo II casi de espaldas y con el cabello totalmente cano, que da la mano a un Juan Diego barbado que está hincado, todo con un fondo blanco y amarillo, colores de la bandera del Estado Vaticano.
La imagen barbada de Juan Diego será seguramente la que también apruebe la Santa Sede para ser desplegada en la anunciada misa multitudinaria de canonización, prevista para el 30 de julio en terrenos ubicados en la diócesis de Ecatepec.
Diego Monroy precisó que en la producción de todos los materiales que se elaboren con motivo de la visita papal, como pósters, gallardetes, playeras y gorras, entre muchas otras cosas, se buscará la devolución de una cuota de recuperación. Empero "la Iglesia no busca sacar ganancias de esta visita, su objetivo esencial es la evangelización", dijo.
Interrogado insistentemente sobre el costo que tendrá esta quinta estancia de Juan Pablo II en tierras mexicanas -las anteriores fueron en 1979, 1990, 1993 y 1999-, el también coordinador general de la visita papal dijo que es "prácticamente imposible" precisarlo, pues aun cuando son muchas las necesidades económicas y materiales para llevarla a cabo, la Iglesia seguramente recibirá múltiples donativos, esencialmente en especie, lo cual dificulta cuantificar un costo.
Respecto a la observación de que la barbada imagen de Juan Diego no corresponde a las características físicas de los indígenas, precisó que ésta no es resultado del arbitrio de la Iglesia, sino que para su elaboración se recurrió a múltiples imágenes y grabados antiguos, que datan algunos de principios del siglo XVII.
Por otra parte, informó de lo que hasta el momento se conoce de la agenda que cumplirá el Papa en sus tres días de estancia en nuestro país. La tarde del lunes 29 de julio, día en que arriba a la ciudad de México, está programada la beatificación de los mártires oaxaqueños en la Basílica de Guadalupe, donde se espera que 12 mil personas llenen el interior del inmueble, y otras 40 mil se ubiquen en el atrio.
A la mañana siguiente, martes 30, está prevista la celebración de la misa de canonización de Juan Diego, donde, según los organizadores pretenden romper récord de asistencia a una misa papal -en Filipinas asistieron 3 millones de feligreses-, en que esperan reunir a unos 5 millones de personas. Ese mismo día, por la tarde, se reunirá con el presidente Vicente Fox y su esposa Marta Sahagún, en Los Pinos.
El miércoles 31, por la mañana, parte rumbo a Guatemala, para la canonización de Pedro de Betancurt. Sólo está por definirse la hora y el día en que el pontífice se reunirá con el jefe de Gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador.