Autor de una obra breve que incluye más
de 6 mil mexicanismos
Los diccionarios, poco frecuentados en México,
considera Gómez de Silva
Los téminos que surgen y permanecen son los únicos
que deben ser catalogados
Internet es útil para algunas búsquedas,
pero un obstáculo para otras, advierte el especialista
CESAR GÜEMES
Una
''mamada'' es, además de un sustantivo femenino, lo mismo algo ''absurdo"
que un ''despropósito". Pero es, aparte de ello, una de las 6 mil
200 palabras generadas en nuestro país que aparecen en el Diccionario
breve de mexicanismos, preparado por Guido Gómez de Silva y
publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE) en coedición
con la Academia Mexicana de la Lengua.
Desde luego, el amplio léxico del cual da cuenta
el estudioso y miembro numerario de la Academia cuenta tan sólo
con quince palabras ''altisonantes", que son tan mexicanas como el resto
de las consignadas. Guido Gómez se dedica al lenguaje de forma profesional
desde que en 1943 ingresó a la Facultad de Filosofía y Letras,
donde tuvo como maestros al gallego Amancio Bolaño e Isla, Agustín
Yáñez, Francisco Monterde y Julio Jiménez Rueda.
Datos fidedignos
El académico tiene en su haber media docena de
diccionarios, que van desde el Geográfico universal hasta
el Internacional de literatura y gramática. La razón
de que se haya dedicado a esta singular actividad es que gusta de utilizar
tanto los diccionarios como las enciclopedias. Los que ha escrito son de
un tipo que no existían, y desde que existen, los consulta. Expresa:
''Como lector creo que puede ser un género literario: muchas veces
he abierto al azar una enciclopedia o un diccionario, leo un artículo
que me remite a otro y me resulta un ejercicio gratificante si es que está
bien escrito". Claro, no es posible confiar en cualquier diccionario: ''Un
libro de este tipo debe dar datos fidedignos. Al principio es difícil
darse cuenta si está bien o mal hecho, pero luego de consultar varios
es posible determinarlo".
En cuanto a que seamos un país de diccionarios,
Gómez de Silva es realista: ''Se usan muy poco en general. En recientes
años se ha multiplicado uno, de origen francés, que ha tenido
seguramente a un buen jefe de ventas porque está en todas las librerías.
Supongo que se debe a un buen trabajo de mercadotecnia. Hoy el Fondo de
Cultura Económica tiene seis o siete publicados y no están
a la mano en las librerías. No sé cuánto se usan los
diccionarios en México más que en líneas generales,
pero estoy consciente de que son poco frecuentados".
-¿No lo desanima en su tarea saber que su trabajo
puede ser escasamente consultado?
-Siempre he buscado los caminos para hacer diccionarios
porque es el trabajo que me gusta. Es una labor que me funciona para investigar,
conocer el mundo y al final hasta para tener libros que consulto yo mismo.
Muchos de los diccionarios que he escrito están ahí porque
notaba su ausencia. Otros me los han pedido, como es el de mexicanismos.
La Academia Mexicana tiene ya un tiempo abocada a un diccionario
de mexicanismos tan grande como sea necesario. La etapa previa fue la búsqueda
de listas de mexicanismos, casi todas ellas artículos alusivos que
sumaron 138. Se reunieron 70 mil palabras y se preparó un índice
de mexicanismos publicado por el FCE, la primera ocasión sin definiciones
y la segunda con el porcentaje de conocimiento de esas palabras en el país.
A partir de esta base, Gómez de Silva decidió hacer el Diccionario
breve de mexicanismos, que contiene 6 mil 200 palabras de las 70 mil
recogidas originalmente. No fue del todo complejo decidir cuáles
entraban y cuáles no, explica: ''Primero descarté aquellas
que no conocía casi nadie. Para un diccionario breve no entran las
más raras. Luego, también se hacen a un lado grupos de palabras
que significan lo mismo y varían gráficamente, de modo que
se queda uno sólo con dos o tres de ellas. Una siguiente etapa fue
la de comparar las palabras que pensaba incluir con las que ya contiene
el Diccionario de la Academia Española: si ya están
ahí con el mismo sentido que le damos aquí, se eliminan".
Perseverante labor
Con todo y su brevedad, el hecho de que un léxico
breve contenga más de 6 mil términos acuñados en México
nos hace un país prolífico para crear palabras. Así
se lo explica el autor: ''En general, en todas las grandes ciudades existe
el nacimiento de términos. Lo que ocurre en muchas ocasiones es
que se crean y mueren pronto. Sólo aquellas palabras que surgen
y permanecen son las que entran a los diccionarios".
Respecto del uso de Internet como gran enciclopedia, pasa
lo mismo que en el ''mundo real", encontrar la definición de un
término puede llevar a equívocos si no se busca con una mínima
dedicación: ''Internet, al mismo tiempo que es muy útil para
realizar algunas búsquedas, es un obstáculo para otras; el
caso de los diccionarios que se encuentran en la red es el mismo de uno
impreso: puede estar bien realizado o muy mal hecho".
Si las regalías por hacer diccionarios son escasas,
como apunta al paso el académico, podemos decir que Guido Gómez
los hace por tesonero, que según la definición en
su nuevo libro implica ''que demuestra tesón, constancia, perseverancia".