Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 5 de marzo de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  La Jornada de Oriente
  Correo Electrónico
  Busquedas
  >

Cultura
Autor de una obra breve que incluye más de 6 mil mexicanismos

Los diccionarios, poco frecuentados en México, considera Gómez de Silva

Los téminos que surgen y permanecen son los únicos que deben ser catalogados

Internet es útil para algunas búsquedas, pero un obstáculo para otras, advierte el especialista

CESAR GÜEMES

Una ''mamada'' es, además de un sustantivo femenino, lo mismo algo ''absurdo" que un ''despropósito". Pero es, aparte de ello, una de las 6 mil 200 palabras generadas en nuestro país que aparecen en el Diccionario breve de mexicanismos, preparado por Guido Gómez de Silva y publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE) en coedición con la Academia Mexicana de la Lengua.

Desde luego, el amplio léxico del cual da cuenta el estudioso y miembro numerario de la Academia cuenta tan sólo con quince palabras ''altisonantes", que son tan mexicanas como el resto de las consignadas. Guido Gómez se dedica al lenguaje de forma profesional desde que en 1943 ingresó a la Facultad de Filosofía y Letras, donde tuvo como maestros al gallego Amancio Bolaño e Isla, Agustín Yáñez, Francisco Monterde y Julio Jiménez Rueda.

Datos fidedignos

El académico tiene en su haber media docena de diccionarios, que van desde el Geográfico universal hasta el Internacional de literatura y gramática. La razón de que se haya dedicado a esta singular actividad es que gusta de utilizar tanto los diccionarios como las enciclopedias. Los que ha escrito son de un tipo que no existían, y desde que existen, los consulta. Expresa: ''Como lector creo que puede ser un género literario: muchas veces he abierto al azar una enciclopedia o un diccionario, leo un artículo que me remite a otro y me resulta un ejercicio gratificante si es que está bien escrito". Claro, no es posible confiar en cualquier diccionario: ''Un libro de este tipo debe dar datos fidedignos. Al principio es difícil darse cuenta si está bien o mal hecho, pero luego de consultar varios es posible determinarlo".

En cuanto a que seamos un país de diccionarios, Gómez de Silva es realista: ''Se usan muy poco en general. En recientes años se ha multiplicado uno, de origen francés, que ha tenido seguramente a un buen jefe de ventas porque está en todas las librerías. Supongo que se debe a un buen trabajo de mercadotecnia. Hoy el Fondo de Cultura Económica tiene seis o siete publicados y no están a la mano en las librerías. No sé cuánto se usan los diccionarios en México más que en líneas generales, pero estoy consciente de que son poco frecuentados".

-¿No lo desanima en su tarea saber que su trabajo puede ser escasamente consultado?

-Siempre he buscado los caminos para hacer diccionarios porque es el trabajo que me gusta. Es una labor que me funciona para investigar, conocer el mundo y al final hasta para tener libros que consulto yo mismo. Muchos de los diccionarios que he escrito están ahí porque notaba su ausencia. Otros me los han pedido, como es el de mexicanismos.

La Academia Mexicana tiene ya un tiempo abocada a un diccionario de mexicanismos tan grande como sea necesario. La etapa previa fue la búsqueda de listas de mexicanismos, casi todas ellas artículos alusivos que sumaron 138. Se reunieron 70 mil palabras y se preparó un índice de mexicanismos publicado por el FCE, la primera ocasión sin definiciones y la segunda con el porcentaje de conocimiento de esas palabras en el país. A partir de esta base, Gómez de Silva decidió hacer el Diccionario breve de mexicanismos, que contiene 6 mil 200 palabras de las 70 mil recogidas originalmente. No fue del todo complejo decidir cuáles entraban y cuáles no, explica: ''Primero descarté aquellas que no conocía casi nadie. Para un diccionario breve no entran las más raras. Luego, también se hacen a un lado grupos de palabras que significan lo mismo y varían gráficamente, de modo que se queda uno sólo con dos o tres de ellas. Una siguiente etapa fue la de comparar las palabras que pensaba incluir con las que ya contiene el Diccionario de la Academia Española: si ya están ahí con el mismo sentido que le damos aquí, se eliminan".

Perseverante labor

Con todo y su brevedad, el hecho de que un léxico breve contenga más de 6 mil términos acuñados en México nos hace un país prolífico para crear palabras. Así se lo explica el autor: ''En general, en todas las grandes ciudades existe el nacimiento de términos. Lo que ocurre en muchas ocasiones es que se crean y mueren pronto. Sólo aquellas palabras que surgen y permanecen son las que entran a los diccionarios".

Respecto del uso de Internet como gran enciclopedia, pasa lo mismo que en el ''mundo real", encontrar la definición de un término puede llevar a equívocos si no se busca con una mínima dedicación: ''Internet, al mismo tiempo que es muy útil para realizar algunas búsquedas, es un obstáculo para otras; el caso de los diccionarios que se encuentran en la red es el mismo de uno impreso: puede estar bien realizado o muy mal hecho".

Si las regalías por hacer diccionarios son escasas, como apunta al paso el académico, podemos decir que Guido Gómez los hace por tesonero, que según la definición en su nuevo libro implica ''que demuestra tesón, constancia, perseverancia".

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año