Jueves 28 de febrero de
2002 |
La crisis en el PRI |
Este miércoles se
dio a conocer los resultados finales del proceso de
selección del nuevo presidente nacional del PRI. En
Puebla y en el resto del país, esta elección estuvo
plagada de acusaciones de anomalías, como fue la compra
de votos, relleno de urnas, acarreo de votantes,
utilización de recursos públicos para favorecer a uno
de los dos candidatos, presión sobre los militantes
priistas para que sufragaran por una determinada fórmula
y alteración de las actas de escrutinio. La importancia de esta elección, y en general de lo que sucede en el PRI, es que en la actualidad, debido a la debilidad que tienen los demás partidos de oposición, el tricolor es el único contrapeso que existe frente al avance electoral del PAN y de sus políticas públicas de corte neoliberal tanto en los ámbitos federal como el de los estados. Por eso es preocupante que el PRI no haya pasado la prueba de la elección de su dirigencia, que además es considerada como el intento más importante de democratizar a este partido político en los últimos 30 años. El resultado de la contienda carece de credibilidad y todo apunta a que el próximo presidente de este instituto político difícilmente podrá tener la capacidad de garantizar la gobernabilidad de dicha fuerza política, pues los priistas que apoyaron a la contraparte se sienten agraviados por lo que se ha catalogado como un fraude electoral. La relevancia de que el PRI y los demás partidos políticos que hay en México tengan una vida democrática real, es que de ello depende la estabilidad política del país y, sobre todo, la posibilidad de tener gobiernos democráticos que estén cerca y atentos a la solución de los problemas sociales. |