Reconocimiento al humanista y político dominicano en la UNAM
La enseñanza mayor de Juan Bosch ocurrió en el inmenso salón que es América Latina
Con su literatura fustigó al poderoso y describió los sentimientos de los humildes
CARLOS PAUL
El dominicano Juan Bosch (1909-2001) fue uno de esos ricos y complejos personajes en los que se funden el escritor y el político, definió ayer el narrador cubano Miguel Cossío, en el contexto del homenaje que se le rindió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, con la participación de los investigadores Pablo Maríñez y Jorge Turner.
Bosch, de quien Gabriel García Márquez se considera uno de sus discípulos, fue narrador, ensayista, educador, orador, historiador, sociólogo y presidente de su país por un breve periodo (1962 a 1963), pues fue derrocado, al igual que Salvador Allende, por un golpe militar.
Su trayectoria, expresó Cossío, es un modelo del político comprometido no sólo con los temas y las causas sociales, sino con el rigor y la maestría artística. ''Quiso, como Rimbaud, cambiar la vida; soñó, siguiendo a (Karl) Marx, con transformar el mundo. Le llamaron profesor, pero su principal enseñanza no estuvo en la aulas, sino en el inmenso salón de nuestra América Latina."
Su literatura ''denuncia cuando enuncia, demuestra cuando muestra; fustiga al poderoso, critica al sistema, ataca la inequidad, mientras describe los sentimientos de los humildes y exhibe sus condiciones de vida".
Baluarte contra el imperialismo
Jorge Turner habló de la ''dimensión latinoamericana" de Juan Bosch, de su antimperialismo, de su capacidad para fundar los dos más importantes partidos políticos de su país, de los tres que existen (el Revolucionario Dominicano y el de la Liberación Dominicana); destacó que fue ''un político de principios", un hombre ''que se volvió marxista a los 60 años".
Su obra, según el crítico Eugenio García Cuevas, abarca un amplio espectro de géneros y temas que se pueden clasificar en ocho grupos: obras de ficción, poemas, cuentos y novelas, ''donde se le considera un maestro, especialmente de temas rurales". Estudios sociohistóricos, biografías, ensayos políticos y teóricos, testimonios y crónicas, escritos con fines proselitistas, artículos en periódicos y revistas, y obras teológicas.
Pablo Maríñez explicó de manera extensa cómo Bosch fue el artífice de la Constitución cubana, en 1940, y de la dominicana, en 1963, así como las causas e intereses por los que durante 25 de los 28 años que vivió exiliado tuvo que viajar por distintos países latinoamericanos como Puerto Rico, Costa Rica, Bolivia, Chile y Cuba, entre otros. ''En México nunca residió, salvo por un periodo de unos meses en 1944, pero sí lo visitó de manera frecuente."
Bosch ''tiene cuatro raíces fundamentales", explicó en detalle Maríñez. ''La que le aporta Eugenio María de Hostos, la de José Martí, la de Simón Bolívar y la del marxismo, no leninismo. Puntales con los que construye en República Dominicana el denominado boschismo."