Cristina Rubalcava pintó Aparición, en París
La marcha zapatista continúa itinerario por el mundo
El Parlamento Europeo solicitó el mural de la mexicana
MERRY MAC MASTERS
La marcha zapatista continúa en Europa con el mural Aparición, que Cristina Rubalcava pintó en París. El lienzo de 5 metros de largo y 3 de alto, que testimonia la llegada, el año pasado, de la comandancia zapatista a Tepoztlán, Morelos, fue solicitado por el Parlamento Europeo, con sede en Estrasburgo. También hay peticiones para exhibirlo en la Comisión Europea, de Bruselas, y en San Petersburgo.
Nacida en México, pero radicada en París desde 1970, Rubalcava pintó el mural en la capital francesa después de asistir ''por una casualidad'' a la llegada de la marcha zapatista a Tepoztlán, ''comunidad indígena de gran tradición''. Le llamó la atención ''el ambiente de magia que había, tanto de los que llegaban como de los que los recibían''.
Las familias, explica, empezaron a preparar los platillos mexicanos de la cocina antigua: ''Visualmente, era muy importante observar los colores de la cocina que hay en Tepoztlán, que me recuerdan la tierra mexicana por excelencia. Las verduras de la región tienen un aspecto verde mojado, café húmedo. Los rábanos, las jícamas, los camotes, casi todo viene de la tierra, son puras raíces, es muy significativo''.
Inciensos y oraciones por la paz
Rubalcava atribuye el ''ambiente mágico'' al hecho de que se trataba de una comunidad cerrada, de dos o tres mil personas, lo que permitió ''un encuentro cercano, pues no hubo un aparato de seguridad ni nada que quitara valor a lo que fue esa marcha pacífica''. Se le viene a la mente aquella decana centenaria de la comunidad, que ofreció a la comandancia ''los inciensos, las velas prendidas, ciertas oraciones, ciertas limpias, ciertos votos, para que todo fuera positivo, para que hubiera paz''.
ƑQué se siente pintar al subcomandante Marcos? Hace 15 o 20 años la entrevistada efectuó una serie sobre el desnudo masculino. Ahora, ''el hecho de pintar un hombre vestido y sólo haber visto el verde claro de sus ojos, fue excitante para mí porque surgieron muchísimos fantasmas. Era más erótico que tantos desnudos masculinos''.
De regreso a París, a Rubalcava se le vinieron las imágenes de ''lo que fue eso'', en especial el crepúsculo de ese día que tiñó el ambiente de tonos naranja. Así que extendió el lienzo y comenzó a pintar para que ''nunca se me borrara'' lo visto. Quería retener ese algo que había cambiado su visión del pueblo indígena. Reconoce lo difícil de ''tener una verdadera emoción que te mueve el alma''. Como pintora figurativa, hubiera sido ''pecado'' no pintar una de las cosas más bellas que había visto, porque no era nada más el aspecto plástico. ''Era una marcha con cola, una cola muy larga que sigue'', expresa.
Aparición forma parte de una serie de retratos hablados de niños, acompañados por sus padres y abuelos -la comandancia zapatista también es una familia, dice-, que desde hace tiempo realiza. Si Rubalcava había visto la marcha zapatista como ''una peregrinación al Zócalo'', ese peregrinar se produjo a la inversa en su estudio parisiense. Como una bola de nieve la gente empezó a pasar la noticia: ƑYa viste lo que pinta Cristina? Desfilaron por su taller intelectuales, artistas, ''de todas tendencias políticas'', así como ''el panadero, el que me vende las pinturas, o sea, el pueblo europeo''.