La comunidad ha sido reconstruida y han regresado a ella sus pobladores
Vuelve la vida a Guadalupe Tepeyac, tras años de abandono
ELIO HENRIQUEZ CORRESPONSAL
Guadalupe Tepeyac, Chis., 12 de febrero. Después de seis años y medio de permanecer abandonada, la comunidad zapatista Guadalupe Tepeyac fue reconstruida completamente y ahí regresaron todos los pobladores que el 9 de febrero de 1995 debieron dejar sus casas y refugiarse en las montañas por la ofensiva del Ejército Mexicano.
Desde el 7 de agosto pasado, cuando casi cien familias regresaron pacíficamente luego de un exilio de seis años y medio, Guadalupe Tepeyac dejó de ser el pueblo fantasma que se volvió en febrero de 1995, fecha en que la administración del entonces presidente Ernesto Zedillo "traicionó al pueblo de México al romper el diálogo con el EZLN, invadiendo el Ejército (Mexicano) nuestra comunidad en busca de la comandancia" del grupo armado, dijeron los retornados.
Los indígenas aseguraron que su regreso "con dignidad y alegría" fue posible "gracias a la Marcha del color de la tierra (que comenzó el 24 de febrero del año pasado y llegó al Distrito Federal, luego de recorrer diversos estados), y a nuestra heroica resistencia para continuar la lucha junto con nuestros hermanos zapatistas".
Señalaron que con su vuelta demostraron "que es posible la solución pacífica (del conflicto), pero eso depende mucho del mal gobierno, porque hasta el momento no hay ninguna respuesta" a las exigencias de que se cumplan los acuerdos de San Andrés, firmados el 16 de febrero de 1996, y que se reconozcan los derechos indígenas.
Los simpatizantes zapatistas de Guadalupe Tepeyac, comunidad que se ubica en el municipio de Las Margaritas, han hecho del 9 de febrero una fecha simbólica. "Muchos dicen que hoy celebramos la traición del mal gobierno, y no es eso lo que celebramos, sino la gran resistencia que opusimos al mal gobierno", aclararon.
Con motivo del séptimo aniversario de la "traición del mal gobierno", los habitantes de Guadalupe Tepeyac, sede de la Convención Nacional Democrática en agosto de 1994 y del primer Aguascalientes, celebraron el pasado sábado un acto político-cultural en el que manifestaron: "Muchos pensaron que nunca íbamos a volver a este pueblo después de que durante seis años y medio estuvimos en el exilio resistiendo. Esperamos una solución pacífica, pero hasta el momento no ha habido ningún acuerdo, por lo que seguimos en lucha".
Junto a la bandera mexicana y frente a un estandarte de la Virgen de Guadalupe, los indígenas subrayaron: "El mal gobierno hizo todo por acabarnos y destruirnos: invadió nuestro pueblo, destruyó nuestras casas, acabó con nuestras pertenencias, pero gracias al movimiento de la sociedad civil nacional e internacional hemos podido recuperar nuestro pueblo pacíficamente, y nuevamente hemos demostrado que no dejamos de ser zapatistas".
Esta fue la primera vez en siete años que estas familias tojolabales, fieles al EZLN, pasaron el 9 de febrero en la comunidad que los vio nacer. "Como pueblo nunca perdimos las esperanzas de que en un momento dado íbamos a volver", dijeron.
Algunos de estos indígenas recordaron que el 9 de febrero de 1995, alrededor de las ocho de la mañana, cientos de soldados descendieron "como zopilotes" en paracaídas desde helicópteros castrenses.
"Pronto rodearon la comunidad pensando que iban a detener a los dirigentes (hasta entonces, el subcomandante Marcos residía en este lugar), pero no lo pudieron lograr".
Todo el día, agregaron, llegaron refuerzos militares por vía terrestre. Nadie recuerda que hubiera disparos de armas de fuego, pero los soldados "venían muy mal encarados". Rememoraron que dos indígenas fueron detenidos e interrogados de manera "muy agresiva", por lo que poco antes del anochecer las más de 80 familias pro zapatistas que vivían aquí -es decir, todo el pueblo- tomaron a sus niños, algunas pertenencias y huyeron hacia la montaña por temor a ser agredidas.
Así pasaron tres meses huyendo, escondidas en el monte, con muy poco alimento -"apenas teníamos pozol", comentaron- hasta que fundaron Nuevo Guadalupe en el exilio. Seis años y medio rentaron tierras para sembrar. El 9 de febrero de 1996 y 1997 realizaron marchas en Guadalupe Tepeyac para exigir el retiro del Ejército Mexicano. Finalmente las tropas abandonaron la comunidad el 20 de abril pasado y los indígenas regresaron el 7 de agosto, no así la comandancia zapatista, que desde el 9 de febrero de 1995 se internó más en la selva.
Desde abril los indígenas comenzaron a desbrozar la maleza que prácticamente invadió sus viviendas, destruidas por el abandono. Varios meses les llevó la reconstrucción, pues muchas casas estaban en mal estado.
Hoy Guadalupe Tepeyac es nuevamente un pueblo con vida, las tiendas comunitarias han sido reinstaladas, hay comedores -uno se llama Siete de Agosto, en memoria de la fecha del retorno-, se escuchan radios encendidos en las casas, los animales domésticos van y vienen por la comunidad. Se nota mucho movimiento.
En el grupo que retornó ya no viajaron seis personas mayores, que fallecieron en el exilio, pero se agregaron muchos niños que nacieron en Nuevo Guadalupe. "Es como una victoria haber regresado con dignidad a nuestras casas", comentaron algunos hombres, orgullosos.
En el acto del pasado sábado, que finalizó con un baile popular, los pobladores -principalmente niños- escenificaron obras de teatro, participaron en bailables regionales, cantaron canciones alusivas a su lucha, una dedicada a Marcos y otra al presidente Vicente Fox, ambas de reciente creación.
Insistieron en que regresaron a sus tierras "alegres para reconstruir nuestro pueblo sin necesidad del gobierno; lo estamos haciendo con nuestro esfuerzo. Por eso nos sentimos contentos de ser un pueblo que está luchando por libertad, justicia y democracia para todos, por un México nuevo con paz, justicia y dignidad".