Los indios, dignos de crédito, no fuente de problemas
Menchú promoverá el modelo de desarrollo de San Juan Nuevo
ERNESTO MARTINEZ ELORRIAGA CORRESPONSAL
San Juan Nuevo Parangaricutiro, Mich., 9 de febrero. La premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú Tum aseveró hoy aquí que los indígenas tienen capacidad de desarrollo cuando saben coexistir con sus recursos naturales, y constató cómo esta comunidad ha logrado un desarrollo integral, que le permite ser exportadora de madera y muebles.
Durante una reunión con los representantes de la comunidad indígena de San Juan Nuevo, señaló que al igual que en muchas otras zonas habitadas por etnias, prevalece aquí la división por conflictos agrarios.
Después de escuchar la proyección y el desarrollo logrados, y la idea que los anfitriones tienen de recuperar mil 500 hectáreas, la premio Nobel les dijo que deben resolver sus problemas por la vía pacífica, privilegiando siempre la unidad de las comunidades, porque están en posibilidades de expandir su modelo de desarrollo a otros pueblos de Michoacán, del país y del mundo.
Señaló que los conflictos agrarios entre las comunidades indias surgieron desde que a alguien se le ocurrió colocar una vara, una piedra, "una frontera, que, aunada con los documentos, inconformó a los pueblos vecinos".
La marginación, agregó, ha obligado a muchos indígenas a ir vendiendo sus tierras en pedazos; después, ellos se convirtieron en trabajadores de los nuevos dueños de la tierra.
Otros, añadió, han perdido gran parte de sus recursos naturales, y saben que lo peor que le puede suceder a un pueblo es quedarse sin tierra, bosques ni agua.
Expuso que 22 millones de personas han sido desplazadas por la sequía. Subrayó que los pueblos indígenas son dueños de grandes recursos naturales, pero el reto ahora es que logren su desarrollo sin deteriorar sus recursos.
La visitante recorrió los aserraderos, la fábrica, los talleres, los cultivos de pino y las oficinas de mil 200 comuneros de San Juan Nuevo, que hace más de 50 años fueron desplazados por la erupción del Paricutín y que posteriormente se asentaron a varios kilómetros, logrando en 20 años producir 75 mil metros cúbicos de madera, sin dañar sus bosques, porque también se dedicaron al cultivo de árboles.
Pudo constatar cómo ahora se volvieron también productores de aguacate y empresarios de ecoturismo; incluso, han puesto en marcha un criadero de venado cola blanca, que a la fecha cuenta con 70 ejemplares.
Dijo que la comunidad indígena de San Juan Nuevo ha demostrado la viabilidad del desarrollo sustentable, y que "los pueblos indígenas son capaces de planear su futuro con mucho éxito".
Subrayó que esta comunidad ha construido su paz sin necesidad de guerra, sino mediante la coexistencia con la naturaleza, demostrando su capacidad de organización.
Después de la erupción del volcán, los habitantes de San Juan Nuevo reclamaron 18 mil 138 hectáreas, y en 1991 les reconocieron 14 mil 68 hectáreas. Por medio de negociaciones recobraron cientos de hectáreas más, y ahora pretenden recuperar mil 748.
De hecho, han creado un fideicomiso para indemnizar a quienes mantienen la tierra en posesión. Incluso han recurrido al crédito, porque más que una necesidad, de acuerdo a sus costumbres, están obligados a recuperar las tierras que históricamente les pertenecen, aunque tengan que esperar los resultados del litigio.
Menchú les dijo que simpatiza con la creación del fideicomiso, aunque subrayó que lo más importante es que exista diálogo y acuerdo, para que las comunidades no se dividan.
Informó que la fundación que preside apoyará a las comunidades purépechas en el fortalecimiento de la educación, de los valores culturales y de la permanencia del idioma, que ha ido desapareciendo con el tiempo.
Señaló que promoverá el modelo de desarrollo de San Juan Nuevo, para que los grupos financieros se percaten de que los indígenas son dignos de crédito "y no fuente de conflictos y problemas, como se les ha querido ver".