Bush reitera sus amenazas contra "el eje de maldad" de Irán, Irak y Corea del Norte
Ť Las declaraciones provocan un "dilema diplomático" con el gobierno británico
REUTERS, AFP Y DPA
Washington, 31 de enero. El presidente George W. Bush reiteró hoy sus amenazas contra Irán, Irak y Corea del Norte al acusarlos de buscar dotarse de armas de destrucción masiva, y en el contexto de una ola de patriotismo por los atentados de septiembre, alentó a los estadunidenses a enrolarse en los servicios voluntarios y a que patrullen sus barrios como "primera línea de defensa" ante el terrorismo.
En reacción, Teherán acusó a Bush de estar "sediento de sangre" y reafirmó su apoyo a la causa palestina, mientras Pyongyang acusó a Washington de continuar con "una política agresiva" y "moral leprosa".
De su lado, Jordania advirtió que un eventual ataque contra Irak podría provocar una "inmensa inestabilidad" en Medio Oriente.
Siria lamentó que el presidente estadunidense no
haya mencionado a Israel siendo que también posee armas de destrucción
masiva, y subrayó que Ariel Sharon "no dudaría un segundo
en emplearlas" si lo necesitara. A su vez, China criticó que Bush
haya calificado como "eje de maldad" a tres países, y expresó
su desacuerdo con este lenguaje en las relaciones internacionales.
Al emprender una gira de dos días por tres estado
sureños, encaminado a lograr el apoyo de unos 200 mil nuevos voluntarios
para labores de servicio comunitario, Bush insistió en que cada
estadunidense debe dedicar dos años o unas 4 mil horas a deberes
cívicos. "Sé cuán fuerte somos como nación
y nuestro trabajo es tomar ese espíritu y extenderlo en los años
que están por venir", dijo.
Al referirse a los atentados de septiembre que dejaron más de 3 mil muertos, el mandatario apuntó que nadie había deseado que "esa maldad sucediera". Pero ahora, mencionó, "tenemos la oportunidad de convertir esa maldad, de cambiar las palabras malvadas y los actos malvados en un bien increíble a largo plazo para nuestra nación. Les pido que aprovechen el momento".
Algunos de los programas de voluntarios fueron lanzados en los años sesenta por el entonces presidente Lyndon B. Johnson, pero Bush ha retomado la idea tras los atentados terroristas de Washington y Nueva York, pues mucha gente pidió colaborar, y al efecto incluyó en su presupuesto para el año fiscal 2003 un fondo de 560 millones de dólares.
En Atlanta, Bush renovó sus amenazas contra Irán Irak y Corea del Norte, aunque, sin citarlos por su nombre, al aseverar: "Si usted es una de esas naciones que desarrollan armas de exterminio masivo y planea asociarse con un grupo terrorista o está ahora patrocionando el terrorismo... entonces usted también está en nuestra lista de vigilancia".
La Casa Blanca reiteró que lo dicho por el presidente no debe tomarse como señal de que "hay inminentes acciones militares", mientras que el Departamento de Estado afirmó que se mantiene abierto el diálogo con Irán y Corea del Norte, pero que en el caso de Irak, primero ese país debe aceptar el regreso de los inspectores militares de la ONU.
El Departamento de Estado acordó extender temporalmente los fondos para el Congreso Nacional Iraquí, el principal grupo de esa nacionlidad con base en Londres, al liberar 2.4 millones de dólares para sus operaciones de tres meses.
La consejera de seguridad nacional, Condoleeza Rice, expresó su respaldo a las declaraciones de Bush para un eventual ataque contra Corea del Norte, al afirmar que ese país es hoy el número uno en el mercado de misiles balísticos, abierto al comercio con cualquiera sin importar "cuan malignas sean las intenciones del comprador".
Estados Unidos debe estar preparado para posibles ataques sorpresivos, que podrían dejar mayores víctimas que los atentados de septiembre, sostuvo por su parte el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.
No obstante, dijo que la guerra en Afganistán sacó a flote la necesidad de transformar el ejército estadunidense en una fuerza capaz de enfrentar un amplio rango de amenazas de fuentes inesperadas y no sólo terroristas. Señaló que los grandes ejes de la nueva doctrina de defensa y modernización militar justifican un importante incremento en el presupuesto de defensa.
The Washington Times afirmó que las agencias de inteligencia emitieron hace dos semanas una alarma interna a causa de indicios que apuntaban a un ataque con aviones o bombas de extremistas islámicos contra una instalación nuclear estadunidense.
Al mismo tiempo, Estados Unidos emprendió maniobras conjuntas con Filipinas en Zamboanga, sur del país asiático, centradas erradicar a las guerrillas musulmanas, en lo que constituye una ampliación de su guerra contra el terrorismo iniciada en Afganistán. Participan unos 660 soldados estadunidenses que entrenan a los filipinos para combatir al movimiento musulmán de Abu Sayyaf, un grupo separatista al que se le vincula con Al Qaeda.
El Pentágono reportó que un avión de sus fuerzas especiales recibió impactos de bala cuando participaba en los ejercicios militares en la isla filipina de Luzón. La nave afectada fue la US Air Force M-130.
En una primera reacción al mensaje sobre el estado de la Unión de Bush, el lunes, el gobierno de Corea del Norte dijo estar preparado para cualquier conflicto armado, al señalar que "observamos detenidamente los inquietantes movimientos de Estados Unidos que empujan la situación al borde de la guerra". Ese discurso, añadió, también sirve para justificar su presencia militar en Corea del Sur.
Mientras, el máximo líder religioso Ali Khamenei acusó a Bush de estar "sediento de sangre". Con todo, dijo, Irán seguirá apoyando la causa palestina y sostuvo que estaba "orgulloso de causar la ira de la potencia más odiada y satánica del mundo".
Estados Unidos y Gran Bretaña advirtieron a Irán que no intente ejercer indebida influencia en Afganistán. Sin embargo, en Londres trascendió que el discurso de Bush puso al primer ministro Tony Blair en un dilema diplomático ante el enfoque cauteloso que estaba tomando en sus relaciones hacia Teherán y Pyongyang.