MEXICO S.A.
Carlos Fernández-Vega
SIN QUE NINGUNO de ellos tenga visos de solución inmediata, en este primer mes de 2002 tres sacudidas sucesivas ha recibido la heroica población de este generoso país: el golpeador esperpento recaudatorio disfrazado de miscelánea fiscal, la nueva malversación en Pemex y, la más reciente (que no la última), el aumento-disminución de las tarifas-subsidios eléctricos, cocinada en lo oscurito, como en aquellos viejos tiempos no desdeñados por el cambio.
CADA UNA DE ELLAS ha sido utilizada para esconder los escombros de las pifias anteriores. La primera de las referidas aparentemente fue superada (legisladores-Hacienda dixit) sólo por la magnitud e impacto de la segunda, aunque ésta se le esté cayendo del sartén al poco hábil cocinero Barrio por tener un mango no del todo sólido, y la tercera, cuyo impacto al consumidor no ha podido ser explicada cabalmente por los funcionarios responsables, ni los afectados han podido ponderarla en su exacta dimensión, toda vez que hay que esperar el recibo del primer bimestre del año. En esta dinámica de arranque de año, habrá que esperar el inicio de febrero para conocer las sorpresas que la popular clase dirigente tienen preparada para el respetable.
QUIEN DE PLANO no pudo aguantarse a febrero ni la gana de ponderar el impacto del maquillado aumento a las tarifas eléctricas fue el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, quien advirtió que el referido incremento "constituye un elemento de complicación adicional para lograr el objetivo de inflación de 4.5 por ciento previsto para 2002; la burbuja inflacionaria provocada por tal decisión podría prolongarse hasta marzo". Tampoco dejó pasar la oportunidad de curarse en salud, porque la institución a su cargo "no estaba enterada de este aumento y, por ello, no incorporó ese factor al programa monetario para el presente año." Pero no habrá más sorpresas, porque "ahora sí preguntamos (a las secretarías de Hacienda y a la de Energía) si venían otros aumentos y dijeron que no".
AUN ASI, EL otrora promotor, como secretario de Hacienda, de los constantes aumentos en los precios y tarifas del sector público ("anteriormente esos incrementos estaban en proporción con las metas de inflación y no eran factores que incidieran en dichos objetivos"), dijo que el Banco de México "no puede bajar la guardia, porque tenemos un objetivo inflacionario ambicioso y en un ambiente internacional de recuperación económica creemos que es posible lograr un repunte simultáneo de la actividad económica y una reducción de la inflación; en caso de observarse variaciones en los precios que pudieran modificar la meta, la Junta de Gobierno del BdeM evaluaría la conveniencia de incrementar el corto".
EN LOS HECHOS, el gobernador del Banco de México no fue al único -sin contar a los consumidores- que los secretarios de Hacienda y de Energía agarraron papando moscas con la íntima decisión de aumentar-reducir las tarifas-subsidio eléctricas. Por ello, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión reivindicó su derecho a estar informada, y acordó citar a comparecer a Francisco Gil Díaz y a Ernesto Martens Rebolledo para que expliquen -con la esperanza de que lo logren, tras varios intentos fallidos- las razones del aumento a las tarifas eléctricas y el impacto entre los consumidores.
EN SAN LAZARO, la Permanente aprobó un punto de acuerdo -presentado por el diputado tricolor Efrén Leyva Acevedo- para citar a los funcionarios públicos citados, en una fecha aún no definida. Para que éstos no se sientan abandonados, también fueron convocados los directores de la Comisión Federal de Electricidad, Alfredo Elías Ayub, y de Luz y Fuerza del Centro, Alfonso Caso Aguilar. Se espera que entre los cuatro la explicación pueda ser congruente, toda vez que el ejercicio del pasado lunes fue totalmente nocturno.
EL AUMENTO-REDUCCION anunciado por Gil Díaz y Martens Rebolledo ha provocado no sólo el agrio reclamo de los consumidores, sino sospechosas reacciones entre los miembros del otrora promotor de una nada transparente reforma eléctrica en el zedillato. El PRI, utilizando tácticas netamente panistas, convocó a la resistencia civil y a no pagar los recibos por el consumo de energía eléctrica, porque el anuncio del lunes pasado sólo satisface la "voracidad foxista por obtener recursos", convocando a sus comités directivos distritales, municipales y estatales para que funjan como "gestores" en eventuales trámites de amparo y sus oficinas como centro de quejas.
PARALELAMENTE, las fracciones legislativas de los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática refrendaron su luna de miel (antes fiscal, ahora de aumento de tarifas) y respaldaron la decisión gubernamental de recortar el subsidio eléctrico en 10 mil millones de pesos y el automático incremento en las tarifas respectivas. Sin esta disposición, coincidieron, se corre el riesgo de que la Comisión Federal de Electricidad quiebre.
PERO, FINALMENTE, cada quien puede decir y pedir lo que quiera, porque el secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, tiene cosas más importantes y urgentes que escuchar la monótona diatriba de los consumidores y/o legisladores. El trabaja para conseguir lo que realmente le interesa al país (aunque al país y, desde luego, a la mayoría de sus pobladores les importe un soberano comino): el ansiado grado de inversión que las principales calificadoras internacionales vienen ofreciendo -no sin el respectivo condicionamiento- al gobierno del cambio.
POR ELLO, GIL DIAZ, junto con el preocupado gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, dejarán atrás las blasfemas olas levantadas por el incremento en las tarifas de energía eléctrica y se reunirán en Nueva York -hoy jueves- con los directivos de Standard and Poor's "conversar sobre la economía mexicana y un posible aumento de calificación". Esta calificadora aseguró que "analiza la posibilidad de otorgar a México el grado de inversión", lo que, de concretarse, se sumaría a otros otorgados por Fitch y Moody's. Al respecto, Ortiz comentó: "No puedo especular cuál será la reacción de Standard and Poor's; lo que haremos es simplemente responder a las dudas de los señores de la agencia y ellos son los que van a tomar la decisión". Atrás y para mejor ocasión, queda el regocijo de los consumidores.
Las rebanadas del pastel:
EN MATERIA DE EMPLEO siguen las cifras "no tan malas" (monseñor Abascal dixit): el personal ocupado en la industria maquiladora de exportación se ubicó en un millón 103 mil 535 personas durante noviembre de 2001, es decir, 228 mil empleos menos con respecto al igual mes de 2000, lo que representó una caída de 17.1 por ciento en dicho lapso, informó el INEGI. Por entidad federativa, el empleo se redujo 45.6 por ciento en Durango, 43.5 en Baja California Sur, 33 en Aguascalientes, 26.2 en el estado de México, 24.7 en Nuevo León, 19.8 en Chihuahua y Sonora, respectivamente, 18.6 en Baja California, 17.1 en Puebla, 13.1 en San Luis Potosí, 12.6 en Yucatán, 11.5 en Tamaulipas, 9.9 en Coahuila, 8.6 en Sinaloa, 7.6 en Jalisco y 2.7 en Guanajuato. Por el contrario, el personal ocupado aumentó 1.3 por ciento en Zacatecas y 10.9 en el Distrito Federal.
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