ASTILLERO
Julio Hernández López
NUNCA HABRA DE AGRADECERSE suficientemente la rapidez y la contundencia con la que el presidente Fox ha sido capaz de demostrar a los mexicanos que el modelo empresarial no puede suplir al ejercicio político y que las presuntas maravillas del estilo gerencial sirven mejor para vender cocacolas que para resolver los problemas profundos de una nación.
ALABADO SEA EL SEÑOR de las botas, pues, por el acelerado desengaño colectivo que ha producido, ha roto sin falsas conmiseraciones el fenómeno de hipnosis política que amenazaba con instalar en el poder durante largos años al fanatismo neoliberal de derecha. Duro habría sido remontar, en cambio, un ejercicio gubernamental foxista inteligente, atinado y exitoso. Con el capital político que recibió en 2000, más las ganancias derivadas de un buen gobierno, la ola foxista-panista-derechista habría estado destinada a dominar la política mexicana por largo tiempo; buen gobierno no quiere decir buenos resultados en obras y servicios, inalcanzables tal vez por la recesión estadunidense, sino buena conducta y buenos esfuerzos, que llevaran a los ciudadanos a apreciar lo políticamente hecho aunque no se tradujera exactamente en signos materiales.
EL FRACASO EN EL INTENTO de elevación del empresariado a los altares políticos está a la vista. Si la nación fuera un negocio manejable con reglas patronales, el gerente ejecutivo federal ya habría sido despedido por malas cuentas entregadas. No ha resuelto problemas importantes en más de un año, ya no se diga en los famosos "quince minutos" chiapanecos de extrema demagogia, y mucho menos en el lapso terco e irracional del "hoy, hoy, hoy". La obesidad administrativa del pasado fue multiplicada con gabinetes alternos e íntimos palaciegos de los que la debacle de la pretendida reforma fiscal lo libró contra su voluntad, encontrándoles de cualquier manera acomodos en otras regiones de la nómina dorada. El contubernio con los depredadores del erario ha rozado las fronteras de la complicidad: en el gabinete fueron acomodados ejemplares de raza pura del salinismo y el zedillismo, como Francisco Gil y Santiago Levy, y en las entidades federativas los delegados federales (del foxismo, pues) han pasado dos alegres navidades en paz, arreglando estados financieros encubridores y manteniendo trafiques sin castigo. El modelo empresarial salvífico no ha sabido ni siquiera implantar una reforma fiscal lógica y aceptable, y ahora ha entrado con el pie equivocado a la batalla por la transformación de la normatividad en materia de generación eléctrica.
A LA DEBACLE PERSONAL y grupal el foxismo ha debido sumar un imprevisto como es la caída de Enron, el socio financiador de campañas políticas estadunidenses que aportó interesados puntos de vista para la confección del plan energético del gobierno actual. Si se usaran los parámetros tradicionales de medición del éxito empresarial, Enron sería un ejemplo a seguir para los modernizados mexicanos cuyo corazón canta en inglés. Carretonadas de insultos discriminatorios habrían caído sobre los atrasados mexicanos que hubiesen puesto en tela de duda las bondades de que un gigante de los asuntos energéticos se hubiese dignado dar la mano a sus vecinos pobres para que salieran de su desgracia crónica. Enron -el socio, Ƒel financiador en vías de cobrar favores?- demostró en la Meca del empresariado, Estados Unidos, que la corrupción de los políticos no es nada ajena a los hombres de negocios, sino que, en realidad, ese binomio (políticos-empresarios) forma una cadena natural de complementaciones.
LOS ACCIDENTES TRAUMATICOS del citado modelo empresarial están llevando a los que se supone deben ser sus estrategos en Los Pinos a desarrollar una campaña de mejoramiento de imagen que no pasa -porque no hay materia para tales esfuerzos- por encomiar las buenas cosas propias sino la distracción a título de hechos ajenos. Culpables de no haber podido dirigir a sus ovejas legislativas hacia el objetivo fiscal deseado por el dios Pan, los pastores tricolores identificables por sus panchos travestidos han sido castigados con la exhibición pública del cobro de pago de marcha que luego del 2 de julio hicieron por vías petroleras. Apenas va agarrando vapor el citado escándalo ajustador de tuercas cuando ya está encima otro, el del aumento de los cobros por consumo eléctrico como curso propedéutico de peores males argentinizables. El arribo de los empresarios al poder, como está a la vista, no está solucionando nada en comparación con sus grandilocuentes promesas de cuello blanco hechas en campaña.
ASTILLAS: EN VARIAS UNIVERSIDADES públicas del país, en tanto, ayer fue día de paro en demanda de mejoras económicas para los trabajadores. Años ha que el activismo en esas casas de estudios pasa por radicalismos intrascendentes sin ganar base social verdadera. Los aprietos en el bolsillo podrían, sin embargo, darle más densidad a ese tipo de movimientos... El Instituto Federal Electoral, por su parte, deberá entregar a todo solicitante la información que éste requiera, según instrucción del Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal. ƑQué tal estarán, por ejemplo, las comprobaciones de gastos de la empresa ecologista familiar de color verde?... El Presidente vació ayer sobre sí mismo toda clase de explicaciones complacientes sobre lo que ha hecho en más de un año de gobierno y repartió entre sus oyentes doradas cartas de buenas intenciones sobre el futuro. En su gira por Querétaro inauguró una facultad de la universidad autónoma local, en donde algunos estudiantes expresaron críticas y rechazos, e incluso exhibieron mantas como una que decía: "Que gobiernen las putas, porque sus hijos no pueden"... El autómata que ocupa la silla principal de la Secretaría de Educación Pública, Reyes Tamez, jura y perjura que no va a renunciar, como interesadas voces promueven en los círculos palaciegos. Benjamín González Roaro, el subdirector general del ISSSTE -la dirección general, como se sabe, está a cargo de Elba Esther Gordillo- también anda en esos raros chismes de elite... šLástima! El presidente Fox no podrá celebrar junto con su colega Bush la próxima fiesta juarista, pues el distinguido visitante llegará hasta el 22 de marzo -tal vez con alguna flauta de carrizo de regalo para su ejidatario anfitrión-, y no a San Pablo Guelatao, sino a Monterrey. Tampoco podrá escuchar el estadista vecino algún remedo de informe que se tratase de pergeñar sobre el caso Colosio nomás para no dejar pasar la fecha... A propósito, Alfonso Durazo Montaño, secretario particular que del sonorense fue, ahora es panista convencido, no sólo por el similar cargo que ejerce actualmente en Los Pinos sino, además, porque se ha inscrito oficialmente, como miembro adherente, al partido que lo podría hacer candidato a gobernador de aquellas tierras norteñas...
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