Señora directora: El 26 de enero Antonio Fariña, jefe de Relaciones Públicas, Difusión y Prensa del Museo de Arte Moderno (MAM), contestó sólo a las primeras líneas de nuestra carta publicada en La Jornada el 24 de enero, evadiendo la respuesta a nuestra petición, ya que el MAM no cuenta con salas permanentes dedicadas al conjunto de la obra de los grandes pintores mexicanos del siglo XX, sólo tiene algunas muestras de ellos. Como tampoco el Museo Nacional de Arte cuenta con lo mejor y la más amplia colección de la obra de esos artistas, sólo tiene algunas.
Lo mismo que el Museo de Arte Alvar y Carmen T. de Carrillo y otros museos más, porque la mayoría de las pinturas de los grandes artistas de México se encuentra dispersa y, principalmente, en colecciones privadas. En todo caso, el Museo Dolores Olmedo cuenta con un mayor acervo de obras de Diego Rivera y de Frida Kahlo que los museos antes mencionados, lo mismo que la colección privada de Jacques y Natasha Gelman.
Señor Fariña: nuestra petición no es para que nos invite al MAM o a otros museos, sino para que uno de ellos, el Museo Nacional de Arte, reúna la mayor y mejor obra de cada uno de los artistas en salas permanentes donde se valore su aportación cultural y se pueda proteger como patrimonio nacional (y universal), que es el alto rango que merecen esos artistas y para que las obras no anden dispersas en museos o colecciones, menos en subastas extranjeras, que parece son las únicas que valoran, monetariamente, la cultura de nuestro país.
¿Cuándo hemos podido ver reunida la obra de Orozco, Kahlo, Izquierdo, Rivera, Tamayo, Soriano y tantos más? Sólo cuando se les conmemora, aunque nunca del mismo modo como se ve en otros museos del mundo la obra de Goya, Velázquez, Miró, Botero... ¿Por qué? ¿Acaso nuestros artistas no merecen salas permanentes en un museo que realmente los valore, o nuestra plástica no está a esa altura, o el público nacional y extranjero no las merecemos?
Señora Sara Bermudes: nos dirigimos atentamente a usted para pedir que las autoridades valoren (e inviertan para adquirir) la obra de todos los buenos pintores de México, pues si bien se ve, recuperarían un patrimonio cultural nacional y universal que hasta como inversión vale la pena, como lo demostró la reciente exposición de fotografías de Juan Rulfo.
Asimismo, invitamos a los pintores y artistas en general a que a través de los medios que crean convenientes hagan suya esta causa. La plástica nacional, una de las mayores del mundo, debe contar con un lugar adecuado para enriquecer el panorama cultural de la actual generación y de las venideras.
Rocío Alzaga, Fabiola Torres, Berenice Ubeda, Nariño Tierno, Rodrigo Solís, Bernardo Russi, Mario Peña, David Castillo y 64 firmas más
Refuta Arnoldo Kraus apreciaciones de Petras
Señora directora: Delimitar qué es lo que se puede y qué es lo que no se puede -o no se debe- publicar es complejo. Los códigos éticos que rigen a los medios son frágiles, difíciles de definir, pisoteados o utilizados acorde con múltiples intereses. La cuestión no es sencilla, pues las distintas miradas que se tienen acerca de lo que es ético o no para los medios varía mucho entre sí, por lo que es onírico pensar que algún día existirá consenso entre lo que "se debe y lo que no se debe" imprimir.
Más allá de la divergencia de opiniones y desacuerdos que se pueda tener con muchos escritos -lo cual no sólo es válido, sino deseable-, existen cuestiones que por exaltar reflexiones opuestas a la razón, por ser intolerantes, racistas o discriminatorias deberían divulgarse "con cautela" ?las comillas son una autoacusación: no estoy seguro dónde comienza la intolerancia. La publicación del artículo "Israel y Estados Unidos: una relación única" de James Petras (La Jornada, 26/01/02) ejemplifica esa tendencia. Los postulados de Petras sorprenden y preocupan.
Sostiene Petras en su texto algunas tesis que recuerdan los argumentos de Los Protocolos de los Sabios de Sion. Afirma que Israel y los judíos estadunidenses, y en menor medida los del resto del mundo, son quienes dominan la política y la vida de Estados Unidos. "El poder israelí se basa en la diáspora, en las redes políticas y económicas judías altamente estructuradas que poseen acceso directo e indirecto a los centros de poder y propaganda en el país más poderoso del mundo", a lo que agrega que "por cada dólar que gastan las redes judías en influir los resultados electorales, el Estado israelí recibe 50 dólares en ayuda para financiar y armar a los colonos asentados ilegalmente..."
¿Cómo puede Petras comprobar estos datos?
Tras afirmar en repetidas ocasiones que un poder imperial -Estados Unidos- rinde tributo al poder regional -Israel-, lo cual linda en lo absurdo, lo inverosímil y la irracionalidad, sustenta que "la posición hegemónica de Israel ha perdurado a lo largo de las presidencias de demócratas y republicanos por más de un siglo": Israel fue fundado en 1948, lo que me hace suponer que Petras no se equivoca, sino que hace suya la idea de la conspiración judía para adueñarse del mundo.
Asegura también que EU se subordina a Israel y a la presencia del lobby judío de esa nación, y agrega que "el poder de Israel se manifiesta en las numerosas peregrinaciones que políticos estadunidenses realizan anualmente a ese país para declarar su lealtad al Estado hebreo". Esas ideas dan cuenta de una hipótesis imposible incluso de pensar: Estados Unidos es manejado por Israel y por la judería estadunidense.
En otro orden, el autor parece aliarse con quienes sostienen que fueron los mismos estadunidenses quienes derribaron las Torres Gemelas, ya que "los operativos israelíes sabían de los ataques del 11 de septiembre con anterioridad. Pero el grado de la implicación israelí en estos hechos es un secreto celosamente guardado". Se habla también de que "...la represión israelí contra el pueblo palestino es una respuesta justificada por las víctimas del Holocausto...".
¿Qué hacer ante tales dislates? ¿Cuál es la visión de la izquierda ante estas afirmaciones?
Mi querella contra Petras es simple: ¿puede comprobar todas sus tesis? Pobre de la izquierda si la visión del mundo se expresa a través de militancias tan obsoletas, tan recalcitrantes y tan delirantes. Más allá de la lamentable situación que viven palestinos e israelíes, los medios ?no desdeño la publicación en este rotativo del artículo de A. Yehoshúa "La legitimidad del Estado de Israel", ensayo en el que la mirada y la importancia del otro predominan? son formadores de opinión.
La trama de Petras -nada queda en pie, incluso acusa a los judíos de su pobreza intelectual- en nada contribuye al debate sobre el drama del Medio Oriente.
Aclaro que no defiendo la política de Ariel Sharon, que detesto su imagen y que siempre, durante los casi 600 artículos que he escrito en este rotativo lo he hecho primero como humano, después como persona y finalmente por el resto de mi historia: como mexicano, judío, médico y un cúmulo inagotable de preguntas -el peso de mis carencias también me acompaña.
El sesgo en la información o la imparcialidad deforma mucho y cobra caro. Petras reiventa Los Protocolos de los Sabios de Sión: EU se ha arrodillado ante Israel. ¿Cómo encontrar el término justo entre lo que debe y lo que no debe publicarse?
Arnoldo Kraus
Precisiones de la PGR
Señora directora: El día 29 apareció firmada por Karina Avilés una nota titulada "Denuncian los Cerezo Contreras vigilancia y amenazas de muerte". Ahí se alude a las declaraciones de Emiliana Cerezo Contreras, quien entre otras cosas afirma "que su casa es vigilada por una cámara de video, además, de que su familia ha recibido cuatro amenazas de muerte... (y) que las autoridades federales se han valido de "trampas" para evadir la recomendación de la CIDH".
Que "el plazo para que el gobierno cumpliera la recomendación de la CIDH venció el 25 de enero, y sin embargo ella y su otro hermano, Francisco, tuvieron en sus manos un citatorio en la misma fecha en que el plazo había vencido. En el citatorio, la UEDO los llamaba para notificarles de las medidas de protección que había decidido tomar para su integridad física".
La nota constata la declaración de la misma persona en el sentido de que "la CIDH también establece que dichas medidas tienen que ser acordadas entre quienes las piden y quienes las otorgan".
Resulta oportuno, para mejor conocimiento de sus lectores y evitar cualquier tergiversación, asentar lo siguiente:
1) La CIDH solicitó al gobierno de México, el 10 de enero del año en curso, la adopción de medidas cautelares, otorgando para tal efecto 15 días; 2) El 12 de enero de 2002, el director general de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Gobernación trasmitió a la PGR la solicitud de dichas medidas para su correspondiente aceptación; 3) El 18 de enero la PGR, por conducto de la Coordinación General de Investigaciones "A" de la UEDO, emitió citatorio urgente a Emiliana y Francisco Cerezo para que comparecieran ante el Ministerio Público y proceder conjuntamente a la adopción de las medidas de protección; 4) El 21 de enero, el titular de la UEDO remitió al director general de Asuntos Jurídicos de Gobernación la formalización de la aceptación de las medidas cautelares, expidiendo copia a la SRE, que informaría de tal circunstancia a la CIDH.
En virtud de todo anterior, resulta necesario precisar que la CIDH no ha emitido recomendación alguna en contra del Estado mexicano, sino que sólo ha solicitado la adopción de medidas cautelares; que las medidas cautelares fueron aceptadas en tiempo y forma por la PGR en el plazo fijado por la CIDH.
En todo momento la Secretaría de Gobernación y la PGR han mantenido una permanente comunicación y coordinación para atender con seriedad y profesionalismo este caso. A la fecha, Emiliana y Francisco Cerezo no han comparecido ante el Ministerio Público a efecto de que la protección que, en primera instancia, haya de brindarles la PGR adopte las modalidades que de común acuerdo y ajustadas a derecho deba tener.
José Luis Santiago Vasconcelos, titular de la
UEDO