Javier Aranda Luna
De libros y recaudaciones
ƑCuánto cuesta producir una novela? ƑCuánto un puñado de poemas? Ningún economista sensato se atrevería siquiera a tratar de averiguarlo. Algunos libros se escriben durante toda una vida mientras que otros en unos cuantos días. Según José Emilio Pacheco el tiempo de producción del Bestiario de Juan José Arreola fue de un par de semanas. A Pacheco debemos creerle: fue el amanuense de Arreola para ese libro.
Pero no todos los libros se escriben como el Bestiario. Otros tardan años en elaborarse: tal ocurrió con esa catedral literaria e historiográfica llamada Noticias del Imperio. Durante años miles de fichas de trabajo inundaron el estudio de Fernando del Paso; decenas de páginas quedaron escritas y corregidas en su escritorio pues, a fin de cuentas, no fueron incluidas en la novela. Aunque los procesos de producción de ambos libros fueron distintos, como lo son el número de sus páginas, los dos tienen el aire de la genialidad. Uno y otro son, digamos, de los mejores bienes producidos en México aunque ninguno haya aumentado el producto interno bruto.
La productividad de un dentista puede medirse por sus estándares de calidad, por el número de muelas que extrae, repara, limpia, implanta. Los bienes que produce (porcelanas, puentes, placas, amalgamas) pueden medirse, repito, con cierta facilidad. ƑEs posible hacer eso con una obra literaria? No lo creo. Sólo suponerlo suena ridículo. Un soneto puede ser perfecto formalmente y no tener nada de poesía y existen grandes novelas, como Don Quijote, que con frecuencia se saltan las trancas gramaticales. Además, Ƒcómo medir los beneficios sociales del Pedro Páramo, de Rulfo; de El águila y la serpiente, de Martín Luis Guzmán; de la Suave Patria, de Ramón López Velarde? Imposible saberlo, pero estoy seguro que pocos se imaginan un México sin el ritmo y las imágenes del más famoso poema de López Velarde.
El valor de los libros tampoco puede medirse por sus tirajes, sus ediciones, ni por el número de sus páginas. El águila y la serpiente es un gran libro olvidado e invaden a nuestras librerías cientos de libros efímeros: los best-seller y los libros de coyuntura que a los pocos meses terminan siendo lo que siempre fueron: un montón de basura. Aclaro que no todo best-seller resulta deleznable: basta pensar en Don Quijote que fue un best-seller desde su primera edición de 1605, o en la Odisea o incluso, por qué no, en El señor de los anillos, el libro más vendido del siglo XX. Tal vez la forma más sensata de medir el valor de un libro sea por la imaginación que provoca en quien lo lee. Pero esa forma de medición también tiene sus bemoles: la imaginación difiere de un lector a otro. ƑEl libro que acepta más interpretaciones y traducciones es el mejor? Probablemente, porque eso ocurre con los clásicos.
Los funcionarios de la Secretaría de Hacienda creen que las novelas, los libros de cuentos y de poemas producen grandes ingresos a sus creadores. La lógica de tal despapucho es simple: todos los escritores son Carlos Fuentes, como todos los pintores son, para ellos, José Luis Cuevas. Si los funcionarios de Hacienda revisaran los números de cualquier editorial, se darían cuenta que las regalías que reciben la mayor parte de los escritores en México son, por lo menos, ridículas. También podrían ver que muy pocos escritores reciben regalías anuales superiores a cien mil pesos por una novela, salvo casos como Juventud en éxtasis que más que novela o ensayo es un bodrio editorial. Además verían que, como los libros de cuentos no se venden, algunos editores elaboran antologías para mantener vivo al género y que la peor vocación del mundo es la del poeta: ganan poco y muchas veces ellos tienen que costear parte de la edición de sus libros.
El secretario de Hacienda ha dicho que pese a los muchos años de subsidio a la creación no se han obtenido frutos: nuestros niveles educativos y culturales no se han elevado. Como si la obligación de los escritores fuera desempeñar las funciones de la Secretaría de Educación Pública o del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Ese bajo nivel, Ƒno tendrá que ver más bien con la clase política de la que el señor secretario forma parte?
Ahora que los creadores pagarán más impuestos, Ƒla Secretaría de Hacienda podrá disponer de mayores recursos para aumentar nuestro nivel educativo y cultural? Ojalá. Así muchos funcionarios no contratarán lectores para que les hagan ''resúmenes" de novelas o de libros de poemas para que tengan tema de conversación en cocteles y reuniones. Ahorraríamos, en ese rubro, también un poco.