Si derogaran el ISR en marzo, los autores no pagarían el resto de 2002
Ť ''El Ejecutivo puede condonar gravámenes''
Ť Preparan demandas de amparo ante la Corte
ARTURO JIMENEZ
De ser derogada la disposición que establece el impuesto sobre la renta de 35 por ciento a las regalías de los autores durante el próximo periodo de sesiones del Congreso de la Unión, que comenzará el 15 de marzo, la nueva medida entraría en vigor después de publicarse en el Diario Oficial y el gravamen aprobado el 31 de diciembre como parte de la reforma fiscal ya no tendría que aplicarse el resto del año.
Lo anterior fue señalado, en entrevista, por el presidente de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem), Víctor Hugo Rascón Banda, quien así respondió a las versiones de que aunque se derogue este año el ISR a la creación, los autores tendrían que pagar el gravamen durante todo el 2002.
La
moneda está en el aire
Es medio día en el Zócalo capitalino y un fuerte sol acompaña la protesta de las diversas sociedades autorales en contra de la eliminación de la exención fiscal a los creadores. Dramaturgo y abogado, Rascón Banda sostiene:
''Esa es una falacia que se ha publicado en algunos medios. Los que estudiamos derecho sabemos que el Código Fiscal determina que el poder Ejecutivo puede condonar o exentar cualquier impuesto. No hay que esperarse hasta diciembre."
Explica que cualquier ley se puede derogar el día en que la soberanía de la nación, que es el Congreso, lo decida. ''Si el Congreso decide echar abajo ese gravamen a la creación, sale publicado al día siguiente en el Diario Oficial y desde ese momento nos beneficia. Otra cosa son los presupuestos aprobados, pero al final, simplemente, al presupuesto de este año le faltarían los 12 millones que iba a recaudar el fisco con la escritura y las regalías a los derechos de autor de los escritores".
Precisa: ''Claro, la aprobación de los diputados tendría que ser después ratificada por la Cámara de Senadores y no vetada por el Ejecutivo. Pero por eso es esta lucha: para concientizar a la opinión pública y a los legisladores que aún dudan. La moneda está en el aire, en este momento no podemos cantar victoria, al contrario, la lucha apenas comienza. Tan empieza que estamos preparando los amparos para presentarlos ante la Suprema Corte de Justicia el viernes 8 de febrero, aunque tenemos de plazo hasta el día 14".
Rascón Banda comenta que se prepara esa segunda vía, la judicial, para dejar sin efecto la reciente reforma y ''por si la lucha se alarga en el Congreso, pues tantos asuntos que hay en el Palacio Legislativo pueden llevarnos a otro periodo de sesiones".
Reiteró que hasta marzo proseguirán su labor de cabildeo con los diputados e informó que espera una respuesta de Felipe Calderón, líder de la fracción panista.
Ť Presencia de danza y canto, entre otros
Ť Repudio de nueve sociedades de artistas
ARTURO JIMENEZ
De la palabra escrita los poetas, narradores y ensayistas pasaron a la palabra hablada. Y ante las medidas fiscales que, se afirma, dañan a la producción cultural en México, se opuso una diversidad de lenguajes provenientes de la danza, el canto y las artes plásticas y escénicas.
Ayer en el Zócalo capitalino, desde el mediodía y hasta pasadas las 2:30 de la tarde, decenas de escritores, bailarines, músicos, artistas plásticos, actores, escenógrafos, cineastas, historietistas y otros miembros de por lo menos nueve sociedades autorales manifestaron una vez más su rechazo a la eliminación de la exención fiscal a la creación.
Quizá ya acostumbrados a las sorpresas que siempre depara el Zócalo, los asiduos visitantes de la Plaza de la Constitución y sus alrededores -estudiantes de pinta, desempleados, parejas de novios, indigentes, obreros, oficinistas, ambulantes y amas de casa huyendo de la rutina doméstica con la esperanza de encontrar algún buen precio- se mezclaron esta vez con otros ciudadanos, los que producen libros, películas, obras de teatro, de arte.
Todos ellos, los asiduos, escucharon y vieron, tal vez por primera ocasión, a Víctor Hugo Rascón Banda, a José de la Colina, a Gerardo de la Torre, a Sixto Valencia (autor de Memín Pingüín), a grupos como Barro Rojo.
Los asiduos, los de siempre, pudieron sorprenderse con el enorme y extraño camposanto El futuro de la creación nacional, tapizado con flores y largos rollos de película para cine. Y observaron que las tumbas y cruces representaban la diversidad de la creación cultural: ''Literatos", ''Caricaturistas", ''Guionistas de cine", ''Fotógrafos", ''Pintores", ''Compositores musicales".
Pudieron oír además, y tener en sus manos, el ya famoso, en ámbitos reducidos, Manifiesto de los creadores, cuyos 12 puntos fueron leídos de manera alternada por diferentes artistas. Y percatarse, sobre todo los varones, de la belleza del arte con los dos desnudos-performances realizados en el par de escenarios: un maniquí y una Diana Cazadora, que parecía querer apagar con su flecha el inclemente sol.
Terror oficial por la cultura
Pero los asiduos también rieron, de manera paradójica, a la hora de los discursos. Y es que, por ejemplo, Gerardo de la Torre dio en el blanco con dardos como éste:
''Ante un gobierno que ha manifestado su terror hacia la cultura, primero con el intento de aplicar el IVA a los libros y ahora con el impuesto a los escritores, debemos temer también al incremento a las tarifas de luz, pues seguramente se quiere imponer con la secreta intención de que la gente no lea en las noches."
Al final los artistas comenzaron la retirada apurados quizá por el hambre y la sed. Había mucho material para la plática de café (o de cualquier otro tipo de bebida). En cambio, los asiduos, los de siempre, los eternos fieles al Zócalo y sus alrededores, sólo atinaron a moverse con lentitud, en busca de más sorpresas.