Directora General: Carmen Lira Saade

México D.F. Miércoles 30 de enero de 2002

Mundo

Ť Levantar el corralito bancario sigue siendo la exigencia principal en Argentina

Las asambleas barriales, nueva forma de movilización, "antes que el cacerolazo se agote"

Ť Ya no es tiempo de oír al orador en turno y quedarnos en la queja melancólica: vecinos

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 29 de enero. Esta esquina del porteño barrio de Almabro parece una colmena, especialmente a estas horas, cuando los vecinos autoconvocados a las asambleas barriales están a la espera de las medidas económicas que el presidente Eduardo Duhalde daría a conocer el próximo sábado.

Estas asambleas surgieron apenas hace poco más de un mes, cuando el 19 de diciembre, sin propuesta previa, sin obedecer al llamado de ningún partido, los porteños decidieron salir a las calles minutos después que el presidente Fernando de la Rúa decretara el estado de sitio, haciendo sonar cacerolas, campanas o lo que tuvieran a mano, hasta llegar a la céntrica Plaza de Mayo.

El reclamo principal sigue siendo el levantamiento del corralito, como se le llama a las duras restricciones al uso de fondos bancarios que desde diciembre encierran la casi totalidad de los ahorros y salarios de decenas de miles de personas. Al principio "pensábamos: estamos aquí, Ƒquién nos trajo, quién nos llamó? ƑEs sólo esto: venir golpear cacerolas y volver a casa lo que queremos? No, esto es el principio de algo a lo que tenemos que dar forma. Fue como parir", explica una de las integrantes de la asamblea, donde las mujeres son especialmente activas.

Hay alegría, aun en la dificultad. Pero lo más visible es la solidaridad que va naciendo, y la recuperación de otra cultura, cuando aquella de la frivolidad, que durante la década menemista (1989-99) llegó a ser calificada "la de la pizza y el champán", quedó sepultada por los acontecimientos. Una reunión de la asamblea de barrio hace caer el rating al programa más popular, incluso el Gran hermano.

ƑQué sucedió? Graciela R. (prefiere no dar su apellido) no cree en milagros, y piensa más bien que esto estaba contenido, gestándose en movimientos que comenzaban a nacer en la golpeada clase media y entre los profesionales abandonados a su suerte, como el del trueque. Pero para darle forma tuvo que llegar el corralito, para que vieran que el sistema también alcanzaba de fondo a la clase media.

"Inspiración mexicana"

Ahora hay hasta "inspiración mexicana". Las mujeres de una de las asambleas de Almagro fotocopian un librito o folleto enviado por las asambleas barriales de México, a través de Internet. Es el Manual de Coordinación Ciudadana, de aquellas organizaciones mexicanas que datan de la década de los noventa. "No podemos quedarnos sólo en la queja melancólica", explican, mientras Graciela dice que "nos gusta el estilo coloquial" del cuadernillo mexicano. "Las asambleas nacieron de encontrarnos y reconocernos como protagonistas y terminar con un tiempo en que escuchábamos al opinador de turno y creíamos que estábamos haciendo algo (...) Lo del cacerolazo se iba a agotar. Nos iban a dejar liberar la presión y se iba a acabar", señala Graciela.

Ahora, las asambleas hasta generan sus propias noticias. Así empiezan los vecinos a ir a sus incipientes radios barriales, otros arman páginas en Internet, y están quienesbue05-164135-pih llegan a las puertas de los diarios para protestar contra informaciones que consideran falsas, y crece el intercambio de información que pasa de boca en boca, como Radio Bemba.

Cada uno asume un papel en las asambleas, donde toda designación es revocable. Un profesor de educación física ha resultado ser gran coordinador de grupos. Un contador resulta ser el "economista" que desentraña esa maraña de datos imcomprensibles para muchos. También aparecen los diseñadores de páginas web: por ejemplo, "Cacerolazo", C-a-c-e-r-o-l-a, en argentina. indymedia. org.

Cada grupo echa mano a sus propios recursos. Para muchos profesionales desocupados "esto significó volver a vivir, hacer algo y salir de la triste derrota del desempleo". Y así crecieron, en esta ciudad de casi 3 millones de habitantes, las asambleas de Santa Fe y Canning, cerca del Jardín Botánico, que "tiene hasta proyectos para mantener abiertas las escuelas aun en la crisis más grave, y cómo financiarlas", o la del más popular barrio de Chacarita, donde se hizo fuerte la organización para un boicot telefónico.

Las asambleas se identifican por las esquinas de reunión. En el barrio de Caballito la cita es alrededor del conocido monumento del Cid Campeador. Los domingos el Parque Centenario es una fiesta: allí convergen por lo menos unas 60 asambleas de distintos barrios, en una reunión que puede congregar de 3 a 5 mil personas. Hay algunas propuestas comunes, para las fechas y lugares de los cacerolazos, el No al pago de la deuda externa "ilegal", las protestas contra los bancos y el Banco Central, señalado por permitir que algunos "ricos y famosos" argentinos pudieran saltarse el corralito sin problemas, poniendo a salvo su dinero en el exterior.

Y se continúa exigiendo la renuncia de los ministros de la Corte Suprema de Justicia, al tiempo que también se busca hacer la vida "imposible" a los políticos responsables de esta grave crisis, que para los vecinos son casi todos. Hay un acuerdo según el cual, cuando aparece un político del "sistema", hay que batir palmas hasta hacerlo huir. Y recientemente, cuando el ex presidente Carlos Menem estaba en México gozando de vacaciones, algunos vecinos diseñaron un e-mail para "taponarle" todas sus casillas de propaganda.

Algunas asambleas han comenzado ya a coordinar algunas acciones con otros sectores, como los piqueteros, aquellos desocupados que hasta hace muy poco los vecinos miraban con desprecio, y que hoy siguen manifestandose para exigir pan y trabajo, ya que ni siquiera tienen un peso encerrado en el corralito.

No sólo en Buenos Aires hay asambleas. En poblaciones pequeñas del interior del país, los vecinos realizan acciones directas e incluso llegan hasta las municipalidades con proyectos propios, o exigen participar en el diseño del presupuesto. Todas tienen algo en común, una consigna, la del movimiento pacífico, para no hacerle el juego a quienes "quieren destruir este movimiento tan importante, o a los irresponsables que se meten en nuestras filas", explica un hombre.

ƑCómo evolucionará esta organización barrial inédita? Algunos creen que seguirá creciendo mientras sigue el desastre financiero, y que cualquiera que sea la salida del corralito, habrá nacido un nuevo tipo de diálogo colectivo. Para un asambleísta, "somos invencibles y sin violencia logramos mucho en estos días. Por eso nos cuidamos, porque sabemos que tratarán de separarnos. Ayer dimos una respuesta. Los abrazos en el camino de los (marchistas) piqueteros lo dijo todo (...) Ahora somos ciudadanos y estamos despiertos".