Ť Advierten sobre tragedia de proporciones imprevisibles
Recomiendan el cierre del centro de detención de refugiados en Australia
PL, AFP, DPA Y REUTERS
Sidney, 29 de enero. El centro de detención de refugiados indocumentados de Woomera, Australia, podría ser clausurado en respuesta al reclamo internacional por la serie de disturbios que han provocado los solicitantes de asilo.
Una comisión de asesores gubernamentales creada para estudiar el problema de los inmigrantes recomendó el cierre de esta antigua base misilística en la cual cientos de personas que buscan asilo realizan una huelga de hambre desde hace más de dos semanas, mientras continúa la amenaza de suicidio de parte de 11 adolescentes afganos.
La comisión que visitó el lugar advirtió sobre una "tragedia humana de proporciones imprevisibles" si los detenidos de ese centro, situado en el desierto de Australia, no son desplazados.
El centro se ha hecho famoso por los disturbios, incendios, ataques, fugas, huelgas y mutilaciones protagonizadas por los indocumentados que solicitan permiso temporal de residencia, ante la lentitud administrativa y las condiciones de detención.
Paris Aristóteles, integrante del panel de asesores designado por la oficina de inmigración australiana, apoyó el cierre de dicho campamento y reconoció que "allí se respira un ambiente hostil".
También los médicos que visitaron Woomera lo describieron como un lugar opresivo donde la comida es de pésima calidad y los niños están deprimidos y traumatizados.
La oficina del ministro de Inmigración Philip Ruddock confirmó que el gobierno busca expulsar a 67 de los detenidos en Woomera, algunos de los cuales son sospechosos de encabezar la huelga de hambre que llevan a cabo unas 250 personas. Entre ellos hay iraníes y paquistaníes, generalmente excluidos del estatuto de refugiados.
También espera que una aceptación indirecta de esta recomendación ponga fin a la amenaza de suicidio de 11 adolescentes, si no son liberados.
Los jóvenes, entre 12 y 17 años, le comunicaron a su abogado que se envenenarán o se arrojarán contra el alambrado de púas si no son atendidas sus demandas.
El gobierno de Canberra suspendió recientemente el otorgamiento de asilo a unos 10 mil afganos por considerar que el derrocamiento del talibán ya no justifica las solicitudes de asilo, y se niega a flexibilizar su política de extranjería.
Este centro de detención es uno de los seis campamentos en los cuales se encuentran 2 mil solicitantes de asilo, en su mayoría procedentes de Asia central, a la espera de que se consideren sus pedidos.
Las políticas de inmigración también son cuestionadas en Suecia, donde el asesinato de una joven de origen kurdo, por parte de su padre la semana pasada, por deshonrar a la familia al salir con un sueco, desató un debate sobre la manera de facilitar la integración de sus inmigrantes y luchar contra los códigos culturales contrarios a las tradiciones de apertura del país.