Lunes 29 de enero de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
n "No hay aumentos al subsidio ordinario", reclama Enrique Doger al presidente en una carta
Se inconforma la UAP ante Vicente Fox Quesada por la asignación de presupuesto

Martín Hernández Alcántara n

La Universidad Autónoma de Puebla (UAP) manifestó su inconformidad al presidente de la República Mexicana, Vicente Fox Quesada, porque en los recursos que le fueron asignados para este año no hay ningún incremento al subsidio ordinario, con respecto al ejercicio 2001. Además, la institución también señala al mandatario federal su preocupación por la pretensión de la Secretaría de Educación Pública (SEP) de fijar en apenas 5.25 por ciento el incremento a los salarios para trabajadores universitarios, elevación que contrasta con el 8.7 por ciento de aumento a los emolumentos de los empleados de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aprobado el año pasado.
Lo anterior se desprende de una misiva que fue entregada por el rector de la UAP, Enrique Doger Guerrero, a Fox, durante la gira que éste realizó por la entidad el pasado miércoles 23 de enero.
Este diario tuvo acceso a la carta, en la cual Doger Guerrero explica que, después de un análisis hecho por la máxima casa de estudios local sobre la asignación y ampliación de recursos para el ejercicio 2002, se concluye que para la UAP no hubo incremento en el subsidio ordinario en comparación con el año anterior.
"Los aumentos que se reflejan de un año a otro se refieren únicamente a las remuneraciones del personal (38 mil 855 millones de pesos directos al salario, más mil 110 millones de pesos para otros compromisos salariales) que ascienden a 49 mil 995 millones de pesos. A los cuales se agrega 17 mil 977 millones de pesos correspondientes al incremento salarial proporcional a tres quincenas de 2002", se asevera en la epístola.
Añade que en este ejercicio el gobierno federal no entregó recursos a la UAP para la creación de nuevas plazas académicas y administrativas ni para efectuar promociones a los laboristas o aumentos a los gastos de operación. "Es más, a diferencia de años anteriores, no se considera la partida específica que compensaba la disminución por inflación, situación que causa una enorme zozobra en tanto no se reconoce los esfuerzos de mejora que a lo largo de más de 10 años ha realizado la comunidad universitaria", apunta Doger Guerrero.
Aunque en el documento se reconoce que el subsidio extraordinario, entregado a los planteles de educación superior a través de las distintas bolsas que componen el Programa Integral de Fortalecimiento Institucional, ha jugado un papel fundamental para el desarrollo del sistema de enseñanza profesional en el país y recalca que la UAP ha obtenido por cuatro años consecutivos los primeros lugares en montos asignados, el rector hace una advertencia:
"Se trata de recursos extraordinarios, no regularizables, por los que cada año hay que competir sin que exista certidumbre alguna de mantener los resultados; además, estos proyectos generan necesidades en gastos operativos adicionales (mantenimiento del equipo, depreciación, pólizas de seguro, licencias de software, etcétera). Si bien la competencia es sana y estamos de acuerdo sobre los beneficios de este mecanismo, mantenerlo durante mucho tiempo genera afectos adversos, de tal forma que, a diferencia de los principales países industrializados que tienen gasto operativo fijo, en nuestro caso, competir por los recursos para financiar la infraestructura académica impide una planeación de corto plazo, propicia que la inversión de activos que se tuvo en un año pudiera no tener continuidad al siguiente y aumenta las brechas entre los grupos consolidados y emergentes".
El rector de la UAP puntualiza también que en las modificaciones realizadas al proyecto de decreto del presupuesto de egresos 2002, hay una asignación de 14 mil 600.7 millones de pesos, entre los cuales 2 mil 850 millones serán otorgados a las universidades estatales, mientras que otras instituciones recibirán una partida extraordinaria, como la UNAM que obtendrá 500 millones, el Instituto Politécnico Nacional que tendrá 200 millones más y la Universidad Autónoma Metropolitana que incrementará su presupuesto en 300 millones de pesos.
A juicio de Doger Guerrero lo anterior "mantiene los beneficios especiales de las llamadas universidades federales"; empero, recalca: "Sin manifestar nada en contra de estas instituciones, estos recursos les están siendo asignados de manera directa, sin pasar por los concursos a los que son sometidas las universidades estatales".
El rector de la UAP le dice también a Fox Quesada: "Le expreso mi preocupación sobre el incremento salarial que formula la SEP del 5.25 por ciento y los recursos para ser aplicados a otros conceptos de relación salarial por 11 millones de pesos, los que, acumulados, resultan ser menores a los pactados por los administrativos de la UNAM de 8.7 por ciento. Es necesario enfatizar que la Universidad Nacional es referente para el conjunto de universidades del país. De no modificar la propuesta salarial, es previsible un panorama de conflictos sindicales, además de mantener condiciones de desigualdad e inequidad entre las instituciones de educación superior en favor de las instituciones federales".
En resumen, el rector de la UAP asegura que los recursos ordinarios para 2002 no presentan crecimiento real alguno, existe confusión respecto a los criterios de reasignación y hay una ausencia de concordancia con el Programa Nacional de Educación en el sentido de apostar por una planeación de mediano y largo plazo en el sistema de enseñanza nacional.
Doger Guerrero propone que la Subsecretaría de Educación Superior e Investigación Científica informe con claridad, de manera permanente, con respecto a la distribución de los recursos para el ramo, poniendo especial atención a las asignaciones comprometidas por el Congreso de la Unión en su programa económico 2002.
Hace una solicitud de apoyo básico por 88.2 millones de pesos para la UAP -algo que ya había sido requerido con anterioridad a los diputados federales y a la Secretaría de Finanzas de Puebla- para la creación de plazas de docentes de tiempo completo, para un fondo de exclusividad académica, los programas de regionalización de la institución y de infraestructura.
Sugiere también que "los recursos considerados extraordinarios, que se relacionan con gastos operativos, deben reconocerse como parte del subsidio regularizable".