PRESENTACION No es necesario que se presente un evento volcánico ni llegar a una atmósfera de catástrofe para contar con información permanente, oportuna y objetiva sobre los volcanes que existen en el país. Naciones como Ecuador, por ejemplo, tienen mapas de peligros para cada uno de sus volcanes activos. A pesar de su importancia, la noticia científica de la terminación del Mapa de Peligros del Citlaltépetl (Pico de Orizaba) -apenas el tercero que existe en el país- obtuvo breves menciones en algunos medios de comunicación. Este tipo de mapas son útiles y poco costosos, pero su elaboración requiere de tiempo y de la participación de especialistas. Al margen de las polémicas que rodean al tema y ahora que no se está bajo la presión de una situación de emergencia es el momento de establecer un programa a largo plazo de medidas preventivas, entre las que destaca contar, por lo menos, con los mapas de peligro para los otros 12 volcanes considerados como activos en el país. Con el propósito de otorgar a la elaboración del Mapa de Peligros del Citlaltépetl (o Pico de Orizaba) la relevancia que merece, Lunes en la Ciencia, retoma a profundidad el tema y ofrece a sus lectores dos textos excepcionales: las lecciones aprendidas por el geólogo estadunidense Wendell A. Duffield a raíz de la erupción de el Chichonal, en 1982, y el poema que a partir de esa desgarradora experiencia escribió diez años después el poeta Efraín Bartolomé. (Patricia Vega) |