Ť Rafael Fiol Mateos, responsable de la prelatura en México
Enfrentar la creciente secularización social, reto del Opus Dei
Con un crecimiento extraordinario, como pocos en la Iglesia católica, el Opus Dei está dejando atrás el mito y la falsa idea de ser una organización secreta y elitista. "En ese sentido se ha hecho buen trabajo", expresa su representante
JOSE ANTONIO ROMAN
Con un crecimiento extraordinario, como pocos dentro de la Iglesia católica, y una creciente presencia en medios sociales de escasos recursos, el Opus Dei "está dejando atrás" el mito y la falsa idea de ser una "organización secreta y elitista". En ese sentido se ha hecho un buen trabajo y se sigue avanzando, señala el vicario de la Prelatura de la Santa Cruz y el Opus Dei en México desde 1977, Rafael Fiol Mateos.
Incluso, señala que la obra y las enseñanzas de buscar la santidad en todas las actividades que realiza el hombre son cada vez más comprendidas por la sociedad, y por lo tanto cada vez la agrupación es menos criticada. Prueba de ello son las escasísimas declaraciones que hoy en día aparecen en los medios de información y que se oponen a la canonización de su fundador Josemaría Escrivá de Balaguer, situación totalmente distinta de la que se vivió en 1990 cuando el papa Juan Pablo II lo beatificó.
En
una amplia entrevista con La Jornada, Rafael Fiol habla del panorama
y perspectivas del Opus Dei en México, la creciente secularización
de un mundo cada vez más globalizado, de su relación con
los Legionarios de Cristo, y su fundador el padre Marcial Maciel; de la
teología de la liberación, del décimo aniversario
de las reformas constitucionales en materia religiosa y lo que falta por
avanzar en este campo, así como los problemas más urgentes
que enfrenta el país, entre otros asuntos.
Al inicio de la conversación, realizada en las oficinas de comunicación social de la sede, el eclesiástico advierte que aun cuando sería "maravilloso" que el beato Josemaría fuera canonizado en México, tal vez en la Basílica de Guadalupe, es una "posibilidad muy remota", además de que tradicionalmente este tipo de celebraciones se hacen en Roma. Pero destaca la enorme veneración que los opusdeístas tienen hacia la Virgen de Guadalupe.
De los más de 85 mil personas y mil 800 sacerdotes que la obra tiene en un centenar de países de los cinco continentes, en México hay unos ocho mil opusdeístas, es decir, casi 10 por ciento, que lo ubica entre los principales países de todo el mundo con una fuerte y creciente presencia del Opus Dei, fundado el 2 de octubre de 1928 en España por el entonces sacerdote Josemaría Escrivá de Balaguer.
Luego de señalar que la obra llegó a México en marzo de 1949, el superior Rafael Fiol habla de las perspectivas y del futuro de la organización para los próximos años. Señala que dentro del contexto internacional, de un mundo cada vez más globalizado y donde hay fuerte desencanto con las ideologías, la Iglesia católica y desde luego el Opus Dei tienen que hacer frente a la creciente secularización de la sociedad postmoderna.
La tarea esencial en estos momentos, añadió, es insistir en que exista una coherencia entre la fe y la vida de los cristianos. Con todos sus errores, dijo, el hombre debe darse cuenta que todavía no ha llegado a una "edad madura" como falsamente se había creído, y también debe comprender que los principios de Cristo se hacen cada vez más necesarios en la vida social.
Subraya que esta tarea no sólo es de la Iglesia, sino una obligación de todos los cristianos: hacer presentes los valores de la fe católica en la vida cotidiana. Sin embargo, las iglesias, sus jerarquías y el clero no deben entrometerse en cuestiones políticas, que corresponden exclusivamente a los laicos y los ciudadanos.
El crecimiento vertiginoso de la obra se ha dado, desde un principio, con el reconocimiento, apoyo y estímulo de la jerarquía episcopal, pero de manera notable por parte del actual papa Juan Pablo II, quien en reiteradas ocasiones a lo largo de sus 23 años de pontificado ha mostrado, tanto en las palabras como en los hechos, especial preferencia por el Opus Dei.
No obstante, el representante en México aclara que las expresiones papales hacia la obra, que son de agradecerse y tienen enorme valía, también las ha tenido con muchísimas otras instituciones. "No nos consideramos privilegiados exclusivos; el Papa ha tenido manifestaciones de cariño hacia muchos movimientos y órdenes religiosas". El punto esencial de estas expresiones a todos, dijo, ha sido la fidelidad a la Iglesia.
Respecto al padre Marcial Maciel y los Legionarios de Cristo, orden religiosa relativamente nueva y también con enorme crecimiento, Fiol Mateos señala que, al contrario de lo que se piensa, no existe rivalidad entre ambas instituciones, que además tienen un orden jurídico totalmente distinto, pues mientras el Opus Dei es una prelatura personal, los Legionarios son una orden religiosa. Y aclara que él tiene amistad con el padre Maciel. "Nos llevamos verdaderamente como hermanos, como sacerdotes y cristianos que somos."
?Tanto el beato Josemaría como el padre Maciel han sido personajes duramente criticados. ¿Estas coincidencias hermanan a estos personajes y a las instituciones que fundaron?
?Indudablemente que sí, sobre todo los hermanaría a ellos dos con el que ha sido el más atacado de todos, que es Jesucristo. Con una visión cristiana ahí hay una realidad que, no cabe duda, es una tradición dentro de la Iglesia. El Papa actual también ha sido y es aún frecuentemente atacado.
Rafael Fiol, quien desde 1977 es el máximo responsable de la obra en México, se refiere también a la teología de la liberación y a algunos de sus principales exponentes. Advierte, basado en las instrucciones pastorales que sobre la materia ha publicado el Vaticano, que esa teología es necesaria, que el mismo Cristo la hizo presente, pero aquí ?añade? "también hubo excesos". Debemos reconocer que la teología de la liberación "tuvo, en algunos de sus representantes, una influencia de las ideologías excesivamente desequilibrada o exageraciones".
De Gustavo Gutiérrez, considerado el padre de la teología de la liberación, comentó que continúa ejerciendo su ministerio en la diócesis peruana de Lima, mientras que el religioso franciscano, brasileño Leonardo Boff, que obligado por las circunstancias optó por regresar al estado laical, dijo desconocer el tema a profundidad, pero expresó plena confianza en el proceder del Vaticano, especialmente del cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Pontificia Comisión para la Doctrina de la Fe, quien trató el tema de manera directa.
De origen español, pero nacionalizado mexicano -llegó al país a principios de los sesenta-, Fiol señala que si bien las reformas constitucionales en materia religiosa de hace 10 años representaron un avance importante en el respeto a los derechos humanos respecto al campo de la libertad religiosa, todavía es necesario recorrer un camino pendiente. En números, estima, se ha avanzado 75 por ciento, pero todavía falta.
Entre los pendientes, añade, están algunos puntos en el tema educativo y otros más en el manejo y posesión de los medios de comunicación electrónicos, no para que las iglesias alcancen privilegios, como los tenían efectivamente en el siglo XIX, sino porque los tiempos han cambiado radicalmente.
Sobre este mismo punto, comenta que muchas instituciones de la Iglesia católica, entre ellas el Opus Dei, desarrollan múltiples proyectos de trabajo social en comunidades de escasos recursos, donde lo deseable sería que existiera una mayor colaboración con las instancias de gobierno para que las organizaciones religiosas o laicales tuvieras más y mejores programas de desarrollo social, dentro del principio de subsidiaridad.
"De hecho, las iglesias están llenando algunos huecos que le correspondería cubrir al Estado, y en ese sentido están teniendo una función social. Sería justo que también se reconociera desde el punto de vista económico esa ayuda a determinadas áreas en las que las iglesias están presentes. En muchos países hay fórmulas jurídicas y mecanismos fiscales que se establecen para cooperar, pero no sólo con exclusividad de las iglesias, sino también los particulares", señaló.
Finalmente, sobre los tres problemas más importantes y urgentes que tiene el país para los próximos años, desde su juicio, el representante del Opus Dei cita: en el nivel ético, la corrupción; en el social, la enorme injusticia en la distribución de la riqueza; y en el global, los gravísimos problemas que tiene México en materia ecológica. Están en tres niveles distintos, pero igualmente trascendentes e importantes para el futuro del hombre.