José Antonio Rojas Nieto
"Que se vaya el Diablo"
šTan-tan! ƑQuién es? Es el Diablo, dice nuestro querido José Gorostiza en Muerte sin fin. šQue se vaya el Diablo! šQue no nos aceche la muerte! šQue no nos disfruten enteros en solo un golpe de risa! ƑNo nos habrán muerto allá, siglo de edades arriba, sin advertirlo nosotros? šQue no nos enamore la muerte con su ojo lánguido..., que la putilla del rubor helado también se vaya al diablo! Hay que leer a este gran señor del verso y de la prosa. Sentir con él y con todos los mexicanos que tenemos salidas... que tenemos esperanza... La guerra en Afganistán... la crisis de Argentina... la quiebra de Enron... los presuntos desvíos de Pemex... Todo o casi todo nos conduce a la desazón y a la desesperanza. Nadie puede disfrutar estos hechos... nadie. Menos aún saber que mucho de lo de hoy -más que mucho, me diría alguien- apunta a lo mismo. Y, sin embargo, tenemos salidas... tenemos esperanza. En todo. No es excepción nuestro delicado y ambicionado terreno del petróleo, del gas natural, de la electricidad, de las fuentes renovables.
Ayer lo sentí -profundamente- en el auditorio del SME con la constitución de la Unión Nacional de Trabajadores de Confianza de la Industria Petrolera. Esa unión del querido y recordado Ulises Ricoy, quien aseguraba -como bien lo dijo ayer David Cortés, su primer presidente- que nuestra industria petrolera tiene rumbo para una mayor seguridad nacional, porque México cuenta con -afirmaba Ulises- suficientes reservas probadas de crudo para satisfacer los requerimientos nacionales a mediano y largo plazos, si logra implantar procesos de recuperación mejorada de aceite mediante la reinyección de gas y no su quema o su consumo exagerado en la generación eléctrica.
Y nos lanzaba a impulsar un mayor entendimiento de la distribución y asociación de las características de las cuencas sedimentarias de México, y una mayor eficiencia y efectividad en la localización de nuevos yacimientos. Lo escuché decir: "no nos hagamos... no hay tanto gas natural como se dice, pero hay mucho aceite... muchísimo... y con él el suficiente gas asociado que debemos utilizar en la reinyección para optimizar la explotación del crudo". Y me sumo a ese sentir y al de muchísimos trabajadores, técnicos, profesionistas y administrativos de las industrias petrolera y eléctrica para asegurar que en este terreno, precisamente en éste, tenemos salidas. Honestas, honradas, viables. Intensas y extendibles. Específicas e integrales. Graduales e irreversibles.
Por eso, sería regresivo que el gobierno actual evadiera la responsabilidad de convocar a la nación a diseñar, construir e impulsar una estrategia de transformación de nuestro sector energético. O, más aún, que bajo el marco de la necesaria clarificación de la transferencia ilegítima e ilegal de fondos al PRI y la lucha contra la corrupción se intentara dañar a Pemex. Se requiere un trabajo fino y cuidadoso de construcción de una estrategia de transformación energética integral, que no fragmentada e incompleta, por más importantes que resulten las propuestas específicas para las industrias petrolera y eléctrica.
Que no se utilice el descenso de la popularidad de este gobierno para evadir esa responsabilidad. Ni siquiera los posibles vínculos de algunos de sus miembros con personeros del huidizo Enron de México, para no hacer un mínimo esfuerzo y convocar al diseño de una estrategia nacional en la que la sociedad y sus organizaciones técnicas, profesionales, sindicales, académicas, empresariales y ciudadanas honestas tengan un papel relevante que respalden los partidos. En contra de lo que algunos aseguran, en el terreno de los energéticos sólo un acuerdo nacional podrá fundamentar el impulso de una estrategia energética de largo aliento, de largo plazo, de grandes cambios. Finalmente, en este terreno cinco o 10 años no son nada. Vamos, en principio, por políticas para 25 años, que orienten nuestro actuar hoy, mañana y pasado mañana. Y para ello no son suficientes, aunque resulten necesarios, la actividad, el trabajo y la atención del gobierno y de los partidos, los cuales, de verdad, no pueden pedirles a la sociedad y sus organizaciones que se pongan atrás de ellos. Todo lo contrario. Sólo la participación y movilización sociales dará orientación estratégica. ƑQuién le va a imponer a quién sus cometidos? ƑQuién? ƑQué no podremos realizar, lo antes posible, un trabajo conjunto, gobierno, partidos, empresas estatales y organizaciones sociales, para lanzar una estrategia energética nacional? Sí, con Gorostiza digamos: que se vaya el Diablo... que se vaya la muerte insultante ... que no nos enamore la desesperanza. De veras.