Ť El mandatario venezolano califica a sus contrarios de "oligarcas escuálidos"
Miles de partidarios y opositores de Hugo Chávez se manifiestan en Caracas
Ť "Hay ricos y pobres en ambos bandos", ese es el fracaso del presidente: Petkoff
REUTERS, AFP Y DPA
Caracas, 23 de enero. Decenas de miles de partidarios y opositores del presidente Hugo Chávez tomaron hoy las calles de Caracas, enarbolando como propia la defensa de la democracia, en dos marchas sin precedente que confirmaron la fuerte polarización política que se vive en Venezuela.
Ambos bandos marcharon pacíficamente por el centro de la capital , en el día que se conmemora un nuevo aniversario de la caída de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, en 1958.
En la denominada "Gran marcha de Venezuela unida por la libertad y la democracia", convocada por partidos políticos tradicionales y sectores de la sociedad civil, ondeaban pancartas que pedían "Renuncia Chávez" y "Fuera Osama Bin Chávez".
Según la policía, la marcha de los opositores -a los que Chávez llama "oligarcas" o "escuálidos"- reunió al menos 80 mil personas, pero los organizadores hablaron de 200 mil participantes.
Por su parte, los seguidores del mandatario reunieron unas 16 mil personas, según la policía, aunque los chavistas dijeron que triplicaron a sus rivales, y la agencia Afp sostuvo que cada una de las concentraciones reunió a unas cien mil personas.
Chávez se sumó hoy a sus seguidores, y al final de la marcha pronunció un discurso en el que prometió "acabar con el inmoral latifundio que ha frenado el desarrollo" en Venezuela, y reiteró que en breve entregará títulos de propiedad a moradores pobres que pueblan las villas miserias de Caracas y el interior del país.
La ley de tierras es la más polémica, junto con la de hidrocarburos y pesca, del paquete de 49 leyes económicas establecidas por decreto por Chávez, hecho que detonó un exitoso paro empresarial el pasado 10 de diciembre.
Los opositores "gastaron un realero (mucho dinero). Tienen a casi todas las radios y televisoras a la orden de ellos. Hicieron una marchita fría, pero cargada de odio. Nosotros, a diferencia de ellos, aquí lo que estamos derrochando es amor", expresó el ex militar, cuya popularidad ha caído a 35.5 por ciento del 92 por ciento que tenía cuando asumió hace tres años.
"Quiero al presidente", dijo emocionada María Rivera, de 45 años, quien viajó desde los Andes venezolanos para participar en la concentración a favor de Chávez, quien era teniente de paracaidistas cuando se alzó en armas en 1992. Otra mujer explicó que vive en un refugio donde "nos dan comida, medicinas y ahora me darán mi propia casa".
Contrastando con el acto pro oficialista, la marcha opositora denotaba buena organización, engrosada por una evidente mayoría de la clase media, que cargaban pancartas decoradas y golpeaban cacerolas. Incluso, en tinte humorístico, algunos carteles pidieron "Chávez, con mi whiskey no te metas", y algunas inscripciones decían "soy escuálido, y qué". Un grupo quemó una boina roja, símbolo del partido oficialista Movimiento V República.
Luis Vicente León, analista político, afirmó que la marcha de la oposición fue la ganadora, porque logró aglutinar a personas de diferentes partes del país, de todas las edades y partidos.
Por lo pronto, la mayoría de los comentaristas alertaron que hoy se profundizó la polarización política del país. "Ahora que estamos en un ambiente de altísima polarización, la sociedad comprende que tiene en sus manos su rumbo político. Todos somos responsables por lo que pase en este país", señaló la historiadora Inés Quintero.
El vespertino Tal Cual, dirigido por el ex líder guerrillero Teodoro Petkoff, dijo hoy que "la celebración de las dos marchas da buena cuenta de cuán profundamente está dividida la sociedad venezolana".
"Contra lo que quisiera pensar Chávez, esta división no es horizontal. No es una entre los de arriba y los de abajo, sino que es vertical. Todo el cuerpo de la nación está dividido de arriba a abajo. Ricos y pobres hay en los dos lados, esa es la mejor imagen del fracaso de Chávez", opinó el editorial.
También indicó que a diferencia del 23 de enero de 1958, cuando la sociedad se unió para sacar del poder a Pérez Jiménez, ahora el país está profundamente dividido.