Directora General: Carmen Lira Saade

México D.F. Jueves 24 de enero de 2002

Mundo

Robert Fisk

Enhorabuena, EU ha hecho feliz a Bin Laden

Encadenados, encapuchados, sedados. Trasladados a un remoto rincón del mundo donde podrían ser ejecutados, donde las leyes de los derechos humanos han sido suspendidas. Me suena a Medio Oriente. Encadenados, encapuchados, amenazados de muerte por "tribunales" ante los cuales no existe la posibilidad de defensa o inocencia. De hecho, suena a Beirut en los años ochenta.

Esta historia ya la escribí antes. La última vez, cuando me hablé sobre las amenazas contra mi amigo Terry Anderson, el secuestrado periodista de Associated Press, atado, vendado, siempre amenazado por sus captores "islámicos" en Líbano. Eso fue entre 1986 y 1991 y Terry -tengamos en cuenta esta distinción- no era partidario de la violencia. Era un periodista, un compañero, un amigo. Sin embargo, era tratado de la manera más cruel, sin que se le permitiera contacto alguno con su familia, bajo duras condiciones de cautiverio, amenazado por la muerte de una manera tan categórica como los tribunales militares estadunidenses saben que el destino de los hombres de Al Qaeda está en sus manos.

Y entonces recuerdo la horrible prisión de Khiam, en la cual Israel encerraba a sus adversarios libaneses -reales y presuntos, ninguno llevado ante los tribunales- y donde los prisioneros eran esposados, vendados y sedados para el interrogatorio. Este incluía descargas eléctricas -metal electrificado colocado en el pene, en los pezones (había también mujeres prisioneras)-, lo que nunca podría suceder en la bahía de Guantánamo, como los aliados israelíes de Estados Unidos enseñaron estas prácticas a los hombres de su milicia libanesa en 1980. Ellos a su vez las enseñaron a sus enemigos de la milicia libanesa chiíta, quienes utilizaron la electricidad con sus prisioneros.

Estados Unidos, amigo de Israel, hubiera podido cerrar esta malsana y vergonzosa prisión de haber insistido en ello. Pero Washington permaneció en silencio. Los prisioneros libaneses de la milicia chiíta tuvieron que vérselas con hombres que colocaban electrodos en sus testículos. La nación que más tarde declaró una guerra del bien contra el mal no vio nada tan malo en Khiam.

Ahora, un viaje por los callejones de la memoria. En los ochenta, cuando cubría la guerra en Afganistán entre las valientes guerrillas mujaidines y los ocupantes soviéticos, los combatientes árabes -armados por los estadunidenses, pagados por los sauditas y Occidente- eran a veces capturados por los rusos o por los sus cómplices locales, los gobernantes comunistas afganos. En su mayoría, los árabes eran egipcios. Exhibidos por la televisión de Kabul, luego eran ejecutados como "terroristas". Nosotros los llamamos "luchadores de la libertad". El presidente Reagan llegó a afirmar que los guías de estos luchadores no eran demasiado diferentes de los Founding Fathers, fundadores de la nación estadunidense.

En ocasiones, estas fuerzas revolucionarias atravesaban el río Amu Darya para atacar a la propia Unión Soviética. Los "árabes" afganos atacaban un país extranjero desde Afganistán. Lo hacían en el contexto de la guerra contra la ocupación. Los apoyamos. Eran "luchadores por la libertad". Ahora, al haberse opuesto a Estados Unidos, y atreverse a presentar oposición a las fuerzas estadunidenses dentro de Afganistán, con el fin de destruir a estas fuerzas que "ocupan" parte del mundo árabe -en Arabia Saudita, en Kuwait-, se han transformado en "combatientes ilegales" o simples "detenidos en el campo de batalla". Así, en esencia, es como los rusos los llamaban en los ochenta. Eso justificaba su detención en la terrible prisión de Pol e-Chowkri, en las afueras de Kabul, donde eran tratados como animales -a veces expuestos a los elementos de la naturaleza- antes de comparecer frente a un arbitrario consejo de guerra.

Menos la tortura, Estados Unidos hace ahora lo que la mayoría de los regímenes árabes han estado haciendo por décadas: arrestar a sus brutales enemigos "islámicos", mantenerlos incomunicados, encadenados y vendados, mientras planean sus irregulares procesos judiciales. El presidente Mubarak, de Egipto, lo aprobaría así. También el rey Abdullah, de Jordania. Y los sauditas, cuyo grotesco y completamente injusto sistema de "justicia" islámica sería habitual para los prisioneros que ahora tiene Estados Unidos. Las celdas del régimen de Saddam puede ser mucho peores -mantengamos todo en proporción- pero en la mayoría de los países árabes y en Israel, los miembros de Al Qaeda recibirían un trato similar.

Y lo queramos o no, muchos sauditas creen que las tropas estadunidenses están ocupando su país, que su sola presencia en el reino es un crimen. Por supuesto que el rey Fahd invitó a los estadunidenses a Arabia Saudita en 1990, tras la invasión iraquí a Kuwait. El presidente Bush (padre) prometió a los árabes que las tropas se retirarían cuando la amenaza de una ocupación iraquí hubiese terminado. Pero los soldados siguen allí. Hace algunos años, consigné en The Independent que el príncipe heredero Abdullah -el verdadero gobernante ahora que el rey se encuentra incapacitado- quería que los estadunidenses se marcharan. Esto provocó muchos comentarios burlones entre analistas estadunidenses. Pero ahora nada menos que The Washington Post ha reportado que los sauditas quieren que los estadunidenses se vayan, y los analistas responden con silencio. Aunque no así el secretario estadunidense de Estado, Colin Powell. Para él, la presencia estadunidense en Arabia Saudita podría durar hasta que el mundo se transforme "en la clase de lugar que soñamos". Las tropas estadunidenses en ese reino no son solamente una fuerza disuasiva para Saddam Hussein, dijo el pasado fin de semana, sino que también son un "símbolo" de la influencia estadunidense.

ƑPuede tener Al Qaeda una razón más poderosa que esta para proseguir con su resistencia? La "ocupación" de Arabia Saudita sigue siendo la piedra angular de la batalla de Osama Bin Laden contra Estados Unidos, la raison d'etre original de su lucha sin piedad contra América. Y aquí está el señor Powell confirmando, en efecto, que Washington tuvo motivos encubiertos para enviarlo al Golfo. Cuando el secretario de Estado añadió que "no deberíamos abusar del gobieno más allá del mínimo absoluto requerido", la frase "más allá del mínimo abosluto" lo dice todo. Estados Unidos decidirá cuánto tiempo se queda en Arabia Saudita, no los sauditas; esto es exactamente lo que el señor Bin Laden ha estado diciendo todo el tiempo.

Ahora nos enteramos que las tropas estadunidenses arrestaron a seis árabes liberados de una prisión en Bosnia. Los bosnios habían anunciado que, en vista de que los estadunidenses no habían revelado la evidencia que podría haber sido usada contra los detenidos en un juzgado -para proteger sus "fuentes de inteligencia"-, los hombres debían salir de prisión. Lo que sucedió, sólo para ser capturados por los estadunidenses. ƑQué dice, con total seriedad The Washington Post ? Que la operación fue conducida, según se informa, por tropas estadunidenses que actuaron independientemente de la fuerza de la OTAN en Bosnia.

ƑEn serio? ƑEs tan estúpido el Washington Post? ƑLo somos nosotros? ƑDe esto es todo de lo que se trata la ley y el orden? Sí, Occidente combate a un enemigo cruel. Cualquiera que haya leído la declaración completa del video de Osama Bin Laden en diciembre debe darse cuenta que la guerra en su contra -de hecho el conflicto en Afganistán- apenas ha comenzado.

Sin embargo, ya nos estamos convirtiendo en la clase de gente despiadada y mentirosa que Bin Laden imagina que somos. Encadenados, vendados, sedados. Listos para un proceso sin una completa exhibición de evidencia. Con una posible sentencia de muerte al final. Somos ahora el mejor modelo de enemigo que Bin Laden busca. combatir. Debe ser un hombre feliz.

© Copyright The Independent

Traducción: Alejandra Dupuy