Ť Los atentados del 11 de septiembre, oportunidad para México, dice ex comisionada del SIN
Bush se echó para atrás cuando pudo firmar acuerdo migratorio
ROSA ELVIRA VARGAS
En los primeros meses de su administración, y aunque tuvo la oportunidad de tomar una decisión importante, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se "echó para atrás" respecto a la posibilidad de signar un acuerdo migratorio con México. Y no sólo no hizo nada, sino que tampoco aceptó la presión mexicana en la materia, afirmó Doris Meissner, comisionada del Sistema de Inmigración y Naturalización durante el gobierno de Bill Clinton.
Explicó que esa actitud de la Casa Blanca respondió no sólo a que las políticas migratorias son siempre muy complejas y difíciles, sino a que actualmente lo son aún más porque gobierna el Partido Republicano.
Ejemplificó lo anterior con las actitudes similares que sobre el mismo fenómeno adoptaron a mitad de los 90 tanto el gobernador Pete Wilson, en California, como el propio Bush, en Texas.
Invitada por los editores de la revista Foreign Affairs a comentar el ejemplar más reciente (primavera de 2002), la especialista subrayó que en su país no ha habido acuerdo sobre la forma en que México ha planteado la negociación migratoria, y convino en que aquella debe modificarse de acuerdo con los nuevos temas de política exterior de Estados Unidos.
Desde el análisis de Meissner, el 11 de septiembre modificó las cosas en una dirección que podría ser positiva para la causa mexicana, porque el trabajo de negociación, análisis y del diseño de políticas que implicaran cambios grandes e importantes ya estaba hecho desde antes de ese día y no se reiniciaría "picando piedra".
El curso que ahora debieran tomar las conversaciones hacia un acuerdo migratorio, apuntó, pasa por el esquema de colaboración con Estados Unidos que ha diseñado México, centrado a terminar con posibles focos de corrupción, "y eso es exactamente lo que el presidente Vicente Fox había prometido a los mexicanos como parte de la política interna, así que debe enfocarse mucho más a ello''.
Y otro punto central, destacó la investigadora, es el de la seguridad. Hasta ahora, dijo, en Estados Unidos nadie ha visto a México como una debilidad respecto a las preocupaciones de seguridad, y al mismo tiempo, todo mundo está consciente de la importancia de la frontera que ambos países comparten y la movilidad que ésta tiene.
Todo ello haría difícil que Washington diera la espalda a México. "De una manera extraña, los sucesos del 11 de septiembre han beneficiado a México y le dan una gran oportunidad. Creo que la duda de su país es por dónde empezar después de lo ocurrido ese día''.