Lunes 21 de enero de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
n Compete a los ayuntamientos de San Pedro y San Andrés su elaboración: Martín Cruz
Sin reglamento, la declaratoria de Cholula como zona arqueológica no puede aplicarse

Amelia Domínguez n

A nueve años de que el gobierno de la República Mexicana emitiera la declaratoria de Cholula como Zona de Monumentos Arqueológicos, en 1993, todavía hace falta la elaboración del reglamento para la aplicación de la ley, cuestión que compete a los ayuntamientos de San Pedro y San Andrés Cholula, expresó Martín Cruz, investigador del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) correspondiente a Puebla y director de la zona.
Manifestó que la Declaratoria de Zona de Monumentos Arqueológicos comprende un área de 154 hectáreas, que incluye a la pirámide y sus alrededores, la cual obliga a la conservación, por un lado, y por el otro implica restricciones para los propietarios de las construcciones asentadas en el área, pues con toda probabilidad debajo de ellas hay vestigios arqueológicos.
Por esta situación, el INAH buscará tener un acercamiento con los presidentes municipales electos de esos municipios que comparten el territorio de la zona arqueológica, a fin de que durante la administración que inicia en febrero se pueda elaborar el reglamento, ya que sin éste, la declaratoria es sólo un instrumento legal sin mecanismos de operación en lo que se refiere a usos del suelo y reglamentos de construcción.
La falta de integración del reglamento hasta ahora se ha pospuesto fundamentalmente por los conflictos que enfrentan ambos municipios desde la época prehispánica, por cuestión de límites territoriales, ya que, además, la parte central del conflicto es precisamente el área de la pirámide.
Indicó que actualmente a propuesta de la Secretaría de Cultura la empresa Ezquerra y Asociados lleva a cabo un diagnóstico de la zona como fase inicial del Programa subrregional de desarrollo urbano de San Pedro y San Andrés, que comprende el rescate del centro histórico y zona arqueológica, el cual, para ponerlo en práctica se requerirá forzosamente tener ya listo dicho reglamento.
En este proyecto el Centro INAH Puebla forma parte como comité evaluador y a la vez ha realizado propuestas, entre ellas la ampliación del área de la zona arqueológica, fundamentalmente en el costado sur y oriente, que son áreas no construidas, dedicadas al cultivo, y que se encuentran en el territorio de San Andrés. Esta propuesta también incluye el traslado del Sanatorio de Nuestra Señora de Guadalupe -ubicado a un costado de la pirámide- a otro lugar, a fin de liberar ese espacio para otros servicios.
La ampliación del área de la zona arqueológica implicaría también que los habitantes de San Andrés se vean beneficiados de la derrama económica que deja el turismo en la zona, pues a la fecha el producto del turismo se queda primordialmente en San Pedro, porque es evidente que en ese municipio está la mayor parte de los servicios, reconoció.
La idea entonces es hacer circuitos de recorrido que abarquen también a San Andrés, que visualmente es la zona más agradable, ya que todavía se puede apreciar las plataformas constructivas de la pirámide, y establecer servicios en ese municipio de manera paralela, equilibrando así la derrama económica.
Opinó que Cholula como zona turística tiene mucho potencial, pero está muy degradado y muy desaprovechado. Pareciera ser que los visitantes llegaran aquí en automático, que no hubiera necesidad de invertir ni de ofrecer servicios porque la gente que llega a Puebla acude invariablemente a la zona arqueológica.
Respecto a la posibilidad de liberar estructuras arqueológicas y abrir al visitante otras áreas, dijo que es difícil, pues bajo el sistema constructivo generalizado en Cholula, seguramente las estructuras que se encontrara serían con rellenos de adobe y recubrimientos, que son muy fáciles de erosionar porque no hay una técnica adecuada para conservarlas.
Además de la ya existente Declaratoria de Zona de Monumentos Arqueológicos, añadió que se está buscando se declare a Cholula como Zona de Monumentos Históricos, para lo cual ya se tiene muy avanzado el expediente técnico y se cuenta con el aval del gobernador del estado y los ayuntamientos de San Pedro y San Andrés, para que se proteja también el patrimonio histórico y colonial de la zona.
A este respecto, el Centro INAH Puebla ha trabajado de manera coordinada no sólo con las autoridades municipales sino también con la población civil, y particularmente con la asociación civil ProCholula, que está colaborando en la conclusión del Inventario de bienes culturales muebles de la Capilla Real, iniciada a raíz del temblor de 1999. Para apoyar estos trabajos, en el mes de febrero se impartirá un curso de valoración y conservación del patrimonio cultural a fiscales y custodios de las iglesias aledañas.
La zona arqueológica de Cholula recibe al año 200 mil visitantes, que dejan una derrama económica de un millón 800 mil pesos, ya que sólo el 25 por ciento de los que ingresan paga su entrada, aclaró el director; el restante 75 por ciento entra el domingo, día que no se cobra, o utiliza su credencial de estudiante, maestro o persona de la tercera edad, que tienen entrada gratuita.
Precisó que la nómina de los trabajadores del INAH que se encuentran en la zona asciende a un millón 500 mil pesos anuales, de manera que la ganancia para el Instituto Nacional de Antropología e Historia solamente es de 300 mil pesos.
A pesar de que el boleto de ingreso le da derecho al visitante a entrar también al museo de sitio, la mayor parte de los turistas no acude a esta parte -ubicada al extremo izquierdo de la pirámide viniendo del centro de San Pedro, cruzando la calle-, lo cual es lamentable ya que sólo así se puede entender la historia del lugar, las etapas constructivas que conforman el centro ceremonial y los túneles por los que se accede en el interior de la pirámide.
Al entrar al museo, lo primero que llama la atención del visitante es la gran maqueta de la pirámide que se encuentra al centro de la sala, en donde se puede observar las diferentes etapas históricas de esta ciudad prehispánica, que se muestran de otra manera en los túneles excavados en el interior de la pirámide. Según explicó el arqueólogo Arnulfo Allende, dichos túneles fueron excavados precisamente por los arqueólogos durante los primeros trabajos realizados en el lugar, a fin de definir las etapas constructivas -tres básicamente-, desde la estructura más primitiva, a finales del preclásico medio, hasta la última etapa en el posclásico.
Los primeros asentamientos en la región se producen en el periodo preclásico, en donde los pobladores subsisten con base en una agricultura incipiente. En el periodo clásico, se desarrolla la agricultura basada en un sistema económico fuerte, que permite la proliferación de expresiones artísticas y un desarrollo tecnológico. La forma de gobierno es teocrática, regida por sacerdotes, y se posibilita un desarrollo de la ciencia. En esta época, que es la de máximo esplendor, se elaboró los murales Los bebedores y Los chapulines, encontrados en el interior de la pirámide, a los cuales se accede a través de los túneles, y que actualmente se encuentran cerrados para evitar su deterioro, pero cuya reproducción, al tamaño natural, se puede observar en un ala del museo.
En el mural de Los chapulines los antiguos cholultecas hicieron una alegoría de la muerte, como un cambio, una mutación; mientras que en el de Los bebedores, de tipo realista, se pueden observar a varios sacerdotes ingiriendo pulque, la bebida ritual de la época.
El discurso del museo, presentado en orden cronológico muestra todas las etapas estilísticas de la cerámica cholulteca. Destaca por su belleza la cerámica polícroma, cuyo esplendor se tuvo en el posclásico y cuyas características comparten con el resto de pueblos del altiplano, del golfo y los valles de Oaxaca. A la llegada de los españoles, se produjó cambios estilísticos en los diseños de las piezas elaboradas por los indígenas, así como la utilización de nuevas técnicas, como la mayólica, traídas por los conquistadores, de acuerdo a las piezas que se exhibe también en el museo de sitio que vale la pena visitar.