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Ť Voceros de la ANP desmienten versiones israelíes sobre supuesta dimisión del líder
Multitudinario apoyo a Arafat en Gaza y Cisjordania
Gaza, 20 de enero. Miles de palestinos manifestaron este domingo en Cisjordania y la franja de Gaza su apoyo al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat, cuyos voceros desmintieron versiones israelíes sobre una eventual dimisión del líder palestino.
El servicio de noticias por Internet de Israel informó, con base en un alto representante palestino cuyo nombre no reveló, que Arafat podría dar en los próximos días "un dramático discurso" al pueblo, en el que anunciaría su intención de abandonar su cargo.
Nabil Abu Rudeina, portavoz de Arafat, calificó la información de "guerra sicológica israelí", mientras el antiguo consejero Ahmed Tibi habló de un mal chiste y aseguró que lo que Israel pretende es acabar con el presidente palestino democráticamente elegido.
La información de Internet mencionaba que el trasfondo de la presunta dimisión de Arafat era el escaso apoyo internacional que recibe.
El diario israelí Yedioth Achronot precisó que los consejeros financieros del presidente palestino le están preparando una "red de seguridad" en el extranjero, para lo cual Mohammed Rashid y Fuad Shubaki habrían vendido inmuebles y zonas petrolíferas.
Pero miles palestinos que se manifestaron este domingo expresaron su apoyo a Arafat, quien desde el 3 de diciembre se encuentra bloqueado en su sede de la ciudad cisjordana de Ramallah, rodeado por el ejército israelí.
Más de 3 mil palestinos, entre funcionarios de la ANP, civiles y partidarios de Fatah, movimiento de Arafat, marcharon en la franja de Gaza, en tanto que en la ciudad cisjordana de Jenín otros 3 mil palestinos instaron a la unidad entre las facciones nacionalistas y militantes que luchan contra la ocupación israelí.
En Damasco, el brazo armado del Frente Democrático de Liberación de Palestina (FDLP) llamó en un comunicado a todas las organizaciones palestinas a lanzar ataques suicidas contra el ejército israelí que rodea las ciudades de Cisjordania. "Las Brigadas de la Resistencia Nacional llaman a todos los brazos armados de los movimientos nacionalistas a apretar filas y lanzar grandes operaciones suicidas contra los tanques y las fuerzas del enemigo que rodean Ramallah, Tulkarem y otras ciudades", dijo.
Al mismo tiempo, las Brigadas Al Qods, brazo armado del movimiento Jihad Islámica, amenazaron con lanzar ataques antisraelíes si Tel Aviv no le devuelve la libertad de movimiento a Arafat, y frente a la continuación de los ataques de Israel.
Pero las autoridades israelíes aseguraron que mantendrán la presión sobre el presidente de Palestina con el refuerzo del cerco en torno a su cuartel general en Ramallah, e incrementarán su acciones contra Fatah. Además, algo que podría aumentar la tensión es un informe de la radio israelí en el sentido de que el servicio secreto de Israel, el Shin Beth, recomendó al gobierno permitir a los judíos visitar el Monte del Templo de Jerusalén.
Dicho lugar, que los musulmanes denominan Al Haram al Sharif (Santuario Noble), permanece cerrado para los ju-díos desde el 28 de septiembre de 2000, cuando comenzó la actual intifada tras la visita que realizó el entonces líder de la oposición y actual primer ministro Ariel Sharon a dicho recinto.
Aunque la tensión bajó este día, efectivos israelíes intercambiaron disparos con militantes palestinos en Ramallah, donde tres palestinos resultaron heridos.
Desde Tokio, el secretario estadunidense de Estado, Colin Powell, dijo que la situación entre israelíes y palestinos es "muy peligrosa y difícil", y se complica por el asunto del buque Karine A, interceptado en el mar Rojo con un cargamento de 500 toneladas de armas para los palestinos, sobre lo cual pidió una respuesta a Arafat.
De su lado, el ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, declaró anoche, tras recibir un doctorado honorífico de la Universidad de Tel Aviv, que la ola de violencia que comenzó hace un año fue un "terrible error". Tras reconocer que ambas partes tienen reclamos justificados, aseguró que no habrá un victoria militar.
Juan Pablo II pidió a la comunidad internacional que intervenga en el conflicto en Medio Oriente y reclamó tanto a palestinos como a israelíes que "abandonen la terrible lógica de la violencia" y se dirijan nuevamente a una conversación de paz.