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Ť Narcotráfico y terrorismo, materias de colaboración
Podría ampliarse la cooperación con EU, dice en Guantánamo Raúl Castro
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 20 de enero. Cuba envió una fuerte señal de respaldo a la vía de la distensión con Estados Unidos cuando el segundo hombre de la jerarquía, Raúl Castro, hermano menor del presidente Fidel, afirmó que la limitada cooperación actual entre los dos países puede ampliarse.
En una visita a la frontera cubana con la base naval estadunidense de Guantánamo, el sábado, Raúl Castro, ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, ofreció precisiones a la prensa sobre el clima de tranquilidad que persiste a lo largo del perímetro del enclave de 28 kilómetros. "Esta mínima cooperación que hay aquí es una muestra que puede haberla en muchas otras cosas'', señaló.
Por la naturaleza de sus cargos, Raúl Castro, de 70 años, es el hombre designado para suceder a su hermano Fidel, cinco años mayor, en el liderazgo cubano: es primer vicepresidente de los consejos de Estado (máximo órgano ejecutivo) y de Ministros (gabinete), segundo secretario del Partido Comunista de Cuba y único general de Ejército (cuatro estrellas), además de titular de la defensa.
Castro citó narcotráfico y terrorismo como materias de colaboración bilateral, además de la migración, único asunto que reúne en una mesa de negociaciones a los dos países, sin relaciones diplomáticas desde hace cuatro décadas. Pero el alto jefe militar recordó que, aunque coincide con Estados Unidos en la lucha antiterrorista, Cuba discrepa en el método, pues ha mantenido una firme denuncia del ataque estadunidense contra Afganistán.
"Lamentamos el golpe terrible del 11 de septiembre, pero nosotros hemos tenido ese golpe terrible durante más de 40 años", dijo Castro, en alusión a una constante protesta cubana por los casi tres mil 500 muertos por atentados que atribuye a grupos anticastristas, en su mayoría radicados en Miami, con el consentimiento activo o pasivo de Washington. Matizó también que una colaboración bilateral debe ser respetuosa, pues Cuba rechazaría una relación "de orden y mando: a nosotros no nos manda nadie, nos manda nuestro pueblo''.
Las declaraciones, que difundió la televisión local, fueron las primeras de Raúl Castro en público sobre el ambiente de apaciguamiento entre Washington y La Habana, surgido tras el paso del huracán Michelle por Cuba el pasado 5 de noviembre, y que se ha enriquecido con una excepcional compra de alimentos a empresas estadunidenses, numerosas visitas de legisladores, empresarios, estudiantes y académicos estadunidenses a la isla, contactos entre las partes sobre la lucha antiterrorista y un lenguaje moderado.
En otro signo de que la directiva cubana está mirando con renovado interés el futuro del conflicto con Estados Unidos, Castro dijo que las relaciones entre los dos países son "impredecibles" y confió a los reporteros que había discutido el tema el viernes por la noche con tres líderes históricos de la revolución cubana: Jaime Almeida Bosque, Ramiro Valdés Menéndez y Guillermo García Frías.
En la nutrida agenda de intercambios entre los dos países aparece por ahora una visita del gobernador de Illinois, George Ryan, a La Habana, para esta semana, y un encuentro entre altos ejecutivos de empresas estadunidenses y un elenco de funcionarios del gobierno cubano, que se realizará a finales de enero en Cancún.
Raúl Castro dijo que el clima de distensión en la zona de Guantánamo se inició cuando Estados Unidos confinó en la base a más de 40 mil balseros cubanos y haitianos, en 1994. Las dos partes suavizaron los rigores de la vigilancia fronteriza para evitar incidentes, añadió. El enclave de 117 kilómetros cuadrados fue convertido en posesión estadunidense desde 1898 y es reclamado incondicionalmente por Cuba desde el triunfo de la revolución de 1959.
Reveló que hace dos años Estados Unidos terminó el retiro de tanques del área y en reciprocidad, en forma unilateral, Cuba retrasó su línea de tanques. Luego, los cubanos también desmontaron la artillería de grueso calibre que estaba emplazada en túneles y apuntando al enclave estadunidense, desplazaron a una zona profunda su dotación de morteros y dejaron sólo fusiles y unidades antiaéreas. También recordó que aún existe una franja de territorio cubano densamente minado en torno a la base. Recordó que el último incidente fronterizo fue el 7 de diciembre de 1989, cuando hubo disparos a las postas cubanas desde el lado estadunidense, sin consecuencias.
Castro puso como ejemplo del ambiente en la zona que, si llegaran a evadirse a territorio cubano algunos de los talibanes, capturados por Estados Unidos en Afganistán y encarcelados en Guantánamo, serían detenidos y devueltos. Washington informó a La Habana previamente sobre su plan de recluir a sus prisioneros en el enclave, a lo que la isla reaccionó agradeciendo el gesto y tomando distancia de la operación, pero sin desplegar medidas excepcionales y ofreciendo, en cambio, asistencia médica y sanitaria.