Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 18 de enero de 2002
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Cultura
06an1esp EDUCACION ARTISTICA

Ť Evelia Kochen: los bailarines que egresan deben paliar el desempleo

La deserción en la Escuela Nacional de Danza es superior a 50 por ciento de la matrícula

Ť Necesario, un seguimiento tutoral para enriquecer la enseñanza de las artes, sugiere

CRISTINA MARTIN URZAIZ ESPECIAL PARA LA JORNADA

En las grandes crisis ''la creación artística es lo único que nos mantiene vivos, en nuestro lugar, sin tener que depender de los poderosos", sostiene la bailarina y maestra de danza Evelia Kochen.

Estudiante de ballet clásico en la Academia de la Danza Mexicana, hoy Sistema Nacional para la Educación a la Danza, la docente se integró después a la Compañía Nacional de Danza; luego al Ballet Independiente ?con Raúl Flores Canelo?; siguió Utopía, de Marco Antonio Silva, y más adelante con Cecilia Lugo. ''He recorrido todas las compañías independientes y no independientes", señala.

En 1993 formó, con cuatro bailarines, Viraje Danza Contemporánea, compañía en la que invirtió el orden establecido, es decir, que los bailarines eligieran con quién trabajar ''en lugar de lo que siempre ha sucedido en la historia de la danza, que los coreógrafos deciden con quién quieren trabajar, y con esa idea y esa inquietud formamos este grupo y trabajamos con los coreógrafos que queríamos trabajar".

Durante dos años, Kochen estudió la técnica Limón Humphrey en Nueva York. De ahí ''me surge la inquietud de por qué los estadunidenses poseen todos los derechos y el conocimiento de José Limón y aquí en México no había nada, por lo que empecé a proponer residencias culturales entre bailarines y maestros de la Compañía José Limón y sus pares mexicanos".

Egresados, sin asideros

evelia_kuchen_63jEvelia Kochen habla de la carencia actual del ''maestro", así como se entendía en la Edad Media y el Renacimiento, ''cuando se tenía a alguien que era el guía desde el principio hasta el final; todo el tiempo había alguien que opinara del trabajo, a quien recurrir cuando hubiera dudas, que corrigiera el trabajo de maestra, de coreógrafa, de bailarina, un apoyo no sólo emotivo, sino profesional".

Refiere que en Nueva York encontró ese tipo de relación maestro-alumno con el director de la escuela Limón, Alain Danielson, ''quien es como mi padrino", lo cual no es común en México, donde el bailarín, una vez que concluye su carrera, no cuenta con ese respaldo.

A partir de entonces, recuerda, ''tuve la necesidad de decir a los bailarines mexicanos que había otra manera de aprender y de enseñar, con más humildad, con más entrega, con más apertura, con más placer, con menos angustia''.

Kochen considera que la falta de ese ''maestro" para los jóvenes resulta algo doloroso, pues ''a veces los veo deambular, tratan de estructurar y de hacer, de crear unos con otros, pero siento que no tienen asideros, preguntándose a partir de dónde crear, adónde ir".

De alguna manera, reconoce, ''todos pasamos por eso, pero podemos hacerles el camino más fácil escuchando sus inquietudes e ideas''.

La función del docente, explica, es comunicar al alumno que para ser ''animal de danza o de teatro" siempre debe rodearse de un rito, no de pose, de apariencia, y que al subir a un foro para bailar o actuar tiene que haber un rasgo de rito y respeto.

Se trata de que el alumno sepa que tiene a quién acudir cuando concluye su formación académica, porque ''cuando uno sale de la escuela después de tanto tiempo de estar adentro siempre respaldado por una institución, es un desconcierto. Los alumnos de danza y de teatro, después de que terminan, siguen aquí, no pueden irse porque están descobijados'', en la orfandad.

Una vez que terminan los estudios, expone la maestra, algunos se reúnen con integrantes de su generación; otros, los talentosos, tienen suerte y se incorporan a una compañía; tienen adónde recurrir, pero por lo general están desprotegidos. Abunda: ''Lo que me gustaría decirles es justamente eso, que no porque salieron de la escuela ya no pueden hablar conmigo, sino que en el caso de que requieran asesoría, adelante, que cuenten conmigo".

Creer en el arte como salvación

El nivel de deserción en la Escuela Nacional de Danza del Centro Nacional de las Artes es superior a 50 por ciento, pues de cada grupo de 20 alumnos sólo seis o siete concluyen los estudios. ''Es la única escuela, aquí en el CNA, en la que se entra desde la primaria y se pasa allí la adolescencia, por eso viene la deserción", sostiene Evelia Kochen.

Antes, recuerda, ''las compañías independientes duraban varios años. Ahora los bailarines en una semana dan tres funciones de tres obras distintas, con tres coreógrafos distintos, desde un comercial hasta Bellas Artes. No los puedo criticar porque es otra época y los coreógrafos están en ese plan''.

En cuanto al desempleo, asegura que los jóvenes tratan de agruparse y elaboran estrategias contra la desocupación. ''Salva mucho el ser maestro, inventar un curso, dar un taller, hacer comerciales.

"Por más que la política cultural, que no existe hoy día en el país, quiera comercializar la visión y el concepto de la creación artística, todavía quedamos quienes dentro del trabajo y la creación artística creemos en el arte como algo que salvará a la humanidad y no como producto de venta."

Remata: ''La de los artistas es una raza que no está en extinción; no hay país carente de expresión artística, porque no necesitamos un edificio como el del CNA para hacer una escuela de arte. Se puede hacer en los jardines, o como antes, en las plazas de los pueblos, en los kioscos".

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