Lunes 14 de enero de
2002 |
Maestro Nuevos escenarios n Gustavo Santin |
Los acontecimientos
recientes muestran con toda claridad que la efervescencia
política que se vive en el sector educativo priva sobre
el quehacer académico y pedagógico de los actores del
proceso educativo. Inmersos los que lo están cada uno
por su parte, en definir ámbitos de competencia unos,
los gobernadores, y en posicionarse políticamente dentro
del Partido Revolucionario Institucional (PRI) otros, los
líderes magisteriales, las tareas del magisterio
nacional parecen encontrarse suspendidas aunque
trabajadores de la educación, niños y padres de familia
cumplan formalmente con sus actividades escolares. Pero aún cuando la lectura de la suspención de la entrega de los servicios educativos de origen federal por parte del gobierno constitucional del estado de Tlaxcala a cambio de una ayuda económica a cargo de las oficinas federales -con la que solventaría parcialmente el déficit financiero ocasionado por el pago a los maestros-, se pudiese interpretar como el triunfo de una postura basada en el chantaje de un gobernador que utiliza, lo mismo que los líderes de la educación con los que trata institucionales o no, posiciones de fuerza para lograr su cometido, subsisten las denuncias y/o las amenazas de otros mandatarios estatales que condiciones de penuria económica similares se han pronunciado por regresar los servicios educativos en proceso de descentralización o en todo caso revisar las condiciones en las que se desarrolla un proceso que en el próximo mes de mayo cumplirá 10 años de edad. En tanto la competencia por la presidencia del PRI en la que participa Elba Esther Gordillo Morales, líder moral del magisterio, incorpora formalmente a la dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) a la política partidista, en contra de pronunciamientos anteriores de la organización que preveían que, a partir del retiro forzoso de Carlos Jongüitud Barrios, en ese sindicato se rompería con la afiliación forzosa de los trabajadores de la educación al partido de estado prevista en esa etapa en los documentos básicos del SNTE. Sin embargo, las torpes declaraciones de apoyo pronunciadas por los líderes de las secciones 23 y 51 del SNTE, para que Elba Esther ocupe el cargo de Secretaria General del Revolucionario Institucional al amparo de algo no establecido en el capítulo IV de los Estatutos para Comité Nacional de Acción Política, aparecen como vuelta atrás en el fenómeno de vinculación corporativa del SNTE y en una adhesión a nombre de todos los maestros al proceso con visos de cargada. Por si fuera poco, los nuevos escenarios políticos del magisterio nacional se ven enriquecidos con las expectativas generadas en Puebla por los posibles movimientos del gabinete local, incluido el cambio del titular de la Secretaría de Educación Pública, Amado Camarillo Sánchez. |