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Ť Comisión legislativa investigará fuga de capitales en el mandato de De la Rúa
"El país está fundido... quebrado, pero no volverá el proteccionismo", sostiene Duhalde
Ť Asegura que gobernará hasta 2003, pero "nadie puede pensar que en 2 años esto se arreglará"
DPA, REUTERS Y AFP
Buenos Aires, 13 de enero. El presidente de Argentina, Eduardo Duhalde, endureció hoy el tono al asegurar que las restricciones a los depósitos bancarios no serán levantadas en el corto plazo, aun con el reclamo popular en este sentido, y aseguró que pese a la profunda crisis que vive el país sudamericano, gobernará hasta el final de su mandato, en diciembre de 2003.
En entrevistas con los principales diarios del país, Clarín, Página 12 y La Nación, el mandatario peronista admitió que las restricciones al uso de fondos bancarios conocida como corralito e impuesta el 1 de diciembre pasado por el gobierno de Fernando de la Rúa, obligado a renunciar por una revuelta popular, "es una bomba de tiempo y hay que desactivarla, pues si explota nadie va a cobrar nada".
Duhalde explicó que se deberá tener mucho cuidado con la salida de los bancos de todos los depósitos, pues esto provocaría el derrumbe del sistema. Por esto, añadió, se están realizado consultas en el exterior para encontrar fórmulas que le permitan a la gente ir recuperando sus ahorros lo más rápido posible.
El presidente evaluó esta mañana el tema en una reunión con los ministros de Economía, Jorge Remes Lenicov, y representantes de varios bancos, a fin de reprogramar la devolución de los depósitos bancarios.
En la entrevista el presidente admitió que Argentina, que tras la caída de De la Rúa declaró una moratoria al pago de su deuda de 141 mil millones de dólares, necesita un programa sustentable para pedir ayuda financiera, como lo exige el Fondo Monetario Internacional (FMI).
"El mismo remedio para cualquier enfermedad"
No obstante, el peronista aclaró que ese programa "debe ser realmente sustentable desde el punto de vista argentino y no desde lo que piensan otros países", tras puntualizar que el organismo financiero "aplica el mismo remedio y la misma receta para cualquier enfermedad".
Consultado sobre el momento en que se retomarán las negociaciones con el FMI, Duhalde respondió que se está conversando "en general", luego de admitir que es necesario estar en los organismos internacionales lo antes posible, "pues necesitamos la colaboración de otros países como Estados Unidos, pero tenemos que ir con cosas concretas, no podemos ir sin tener un presupuesto y las definiciones sobre política monetaria y fiscal".
El Ejecutivo girará esta semana al Congreso un proyecto del presupuesto para 2002. El mandatario dijo que se tendrá que trabajar contra reloj para "presentarnos ante los organismos internacionales", pero advirtió que "nadie puede pensar que en dos años esto se va a arreglar".
También adelantó que la Cámara de Diputados tratará en los próximos días la creación de una comisión que investigue la fuga de capitales durante los últimos días de la gestión de De la Rúa. "Es muy posible que el país haya sido saqueado", reconoció Duhalde.
Sobre las presiones de empresas privatizadas para que Argentina no pesifique las tarifas de servicios públicos que están dolarizadas, afirmó que el presidente del gobierno español, José María Aznar, hace "muy bien" en defender los intereses de su país, pero apuntó que a él le corresponde defender los intereses de los argentinos.
En otra parte de su entrevista con la prensa local, el jefe de Estado reiteró que la situación que vive Argentina no tiene precedente: "El país esta fundido, quebrado en todas las actividades", afirmó, pero sostuvo que no volverá al proteccionismo.
Pese a las protestas y al descontento que continúa provocando el encierro de los ahorros en los bancos, lo que ha dejado sin circulante al país, Duhalde aseguró que gobernará hasta el final de su mandato, para el cual fue elegido por la Asamblea Legislativa luego de la caída del presidente provisional Adolfo Rodríguez Saá y el paso de dos mandatarios interinos.
No obstante, reiteró su advertencia de que el país está a "un milímetro" de vivir en la anarquía y la guerra civil. "Ahora estamos transitando la etapa que bordea la anarquía y el caos y con temores de descender un escalón más", señaló.
En este contexto, una encuesta difundida este domingo reveló que 30 por ciento de los argentinos participó en las protestas pacíficas conocidas como cacerolazos en todo el país, aunque la gran mayoría, 90 por ciento, las respalda.
El sondeo muestra que la opinión pública independiente emergió como "un nuevo actor" en la crisis social y el ciudadano descubrió que tiene poder cuando se moviliza en demanda de cambios, dijo a la radio local el analista político Enrique Zuleta Puceiro, cuya consultoría realizó la encuesta. "Si bien sólo 30 por ciento ha estado a nivel nacional en las calles, más de 90 por ciento hace suya esa protesta".
Por otro lado, el presidente Duhalde consideró hoy que las fuerzas armadas pueden ayudar al gobierno cuando se presenta una situación de emergencia social, aunque aclaró que esta ayuda sólo se daría en el contexto del reparto de alimentos y medicamentos.
Actualmente la ley de Seguridad Interior prohíbe a las fuerzas armadas -que protagonizaron numerosos golpes de Estado a lo largo de la historia argentina, entre ellos uno que en 1976 instauró una dictadura que dejó 30 mil desaparecidos- intervenir en situaciones de crisis internas y otorga ese rol a la gendarmería (policía de fronteras).