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Ť El enviado de la ONU para Colombia sostiene
que buscará "hasta el último minuto" un arreglo
Las FARC entregarán zona de despeje; fin al
diálogo de paz en cuestión de horas
Ť La guerrilla responsabiliza a una "minoría" privilegiada
del rompimiento de las negociaciones
DPA Y AFP
Santafe de Bogota, 13 de enero. El proceso de paz
iniciado en Colombia hace tres años llegaría este lunes a
su fin, luego de que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)
anunciaron la devolución de la zona desmilitarizada del sur del
país, y pidieron que esto se realice en un acto público,
después de que el gobierno de Andrés Pastrana no aceptara
una propuesta presentada por la fuerza guerrillera.
El enviado especial de la Organización de Naciones
Unidas (ONU) a Colombia, James Lemoyne, anunció que permanecerá
en la zona de despeje para buscar hasta el último minuto un acuerdo
entre el gobierno y la guerrilla.
En un comunicado leído a la prensa por el comandante
rebelde Simón Trinidad, la guerrilla de las FARC señaló
que el plazo de 48 horas fijado anoche por el Ejecutivo para que desaloje
el área despejada cierra cualquier posibilidad de seguir dialogando.
Se
hará en un acto público
"Conocida la decisión del presidente Andrés
Pastrana de dar por terminado el proceso de diálogo y negociación
con las FARC, le proponemos realizar la entrega formal de los cascos urbanos
de los cinco municipios en un acto público, tal como los recibimos,
con la presencia de representantes de la comunidad internacional, los gremios
económicos, los trabajadores, campesinos, partidos políticos
y diversas personalidades y organizaciones", señaló el comandante
de las FARC.
"El ultimátum de 48 horas, que termina el 14 de
enero a las 21.30 horas, dado por el señor presidente, cambia de
manera unilateral todo lo acordado en estos tres años y por lo tanto
cierra las posibilidades al actual proceso", consideró.
La declaración de la principal guerrilla del país
se conoció horas después de que Pastrana rechazara una propuesta
de ese movimiento para reactivar el plan de pacificación, y condicionara
la continuidad del diálogo a un cese del fuego y de las hostilidades
por parte de los insurgentes.
La guerrilla marxista (que cuenta con al menos 16 mil
combatientes) reiteró además su voluntad de seguir "utilizando
todas las formas de lucha" en su búsqueda de "los cambios que Colombia
necesita".
"Ha sido nuestra bandera y continuaremos agitándola",
resaltó el comunicado leído por el comandante Trinidad.
Las FARC responsablilizaron a los "guerreristas y a una
minoría privilegiada" del fracaso del proceso de paz que celebraban
desde enero de 1999 con el gobierno colombiano. "Una vez más los
intereses mezquinos de una minoría privilegiada y rica se ponen
por encima de los intereses de 40 millones de colombianos".
Las FARC instaron al Ejecutivo, además, a garantizar
la seguridad de los cerca de 100 mil pobladores del territorio despejado,
otrora sede del proceso de paz. "Nosotros cumpliremos el compromiso de
replegarnos de los cascos urbanos, tal como fue acordado por usted y el
comandante de las FARC, Manuel Marulanda Velez", subrayó el comunicado
rebelde.
El grupo guerrillero presentó a Pastrana una propuesta,
avalada por el delegado de la ONU, James Lemoyne, para restablecer las
conversaciones mediante la cual se comprometían a iniciar de inmediato
el estudio del llamado Acuerdo de San Francisco. Mediante ese convenio,
suscrito el pasado 5 de octubre, las partes anunciaban su disposición
a examinar una propuesta de tregua y otras fórmulas para reducir
la intensidad del conflicto armado.
Asimismo, las FARC incluyeron en su iniciativa una invitación
a los representantes de los diez países facilitadores del proceso
de paz para celebrar la próxima semana un nuevo encuentro, y propusieron
a Alberto Giraldo, presidente de la Confederación Episcopal colombiana,
asistir a las reuniones entre los comandantes rebeldes y delegados oficiales.
Sin embargo, Pastrana juzgó como "insatisfactorias"
esas resoluciones y ratificó el plazo de 48 horas para que las FARC
definieran su posición. "Que las FARC no se equivoquen: Con una
declaración que recoja este anhelo nacional habrán salvado
el proceso. Sólo una manifestación pública en tal
sentido podrá detener el reloj", enfatizó anoche durante
un mensaje televisado.
La negociación entre el Ejecutivo y las FARC se
deterioró luego de que las partes no lograran conciliar sus posiciones
en torno a los controles periféricos en la zona desmilitarizada
y en medio de un ambiente de mutua desconfianza.
El gobierno colombiano había reiterado que bajo
ninguna circunstancia suspendería los sobrevuelos y patrullajes
en la región desmilitarizada y bajo control de la guerrilla desde
1998, mientras que las FARC condicionaban su presencia en la mesa de diálogo
a la revisión de esas medidas.
Por su parte, el enviado de la ONU dijo en la zona desmilitarizada
de San Vicente del Cagüán que los esfuerzos para salvar el
proceso de paz continúan, pero "no hay garantías" de que
se logre, tras reunirse en un lugar no determinado con el jefe y fundador
de las FARC, Manuel Marulanda, Tirofijo.
Lemoyne aseguró que "no hay solución mágica",
pero destacó la labor que realizan los diez países amigos
del proceso de paz (Canadá, Cuba, España, Francia, México,
Italia, Suiza, Suecia, Noruega y Venezuela) encabezados por la ONU, para
que las partes vuelvan a la mesa de negociaciones.
Desconfianza, el punto de tensión
El enviado de la ONU indicó que el punto de tensión
sigue siendo la mutua desconfianza en el proceso de negociación,
pero confió en que ello pueda ser resuelto en las horas que restan
del plazo oficial para que las FARC definan si prosiguen el diálogo.
A su vez, el comandante de las Fuerzas Militares de Colombia,
general Fernando Tapias, garantizó que los pobladores de la zona
desmilitarizada no se verán afectados por las acciones que emprendan
las fuerzas militares cuando retomen el control del área. El comandante
del ejército colombiano, general Jorge Mora, precisó por
su parte que tropas de la Fuerza de Tarea Conjunta del Sur avanzan hacia
la periferia de la zona ocupada por la guerrilla de las FARC, en un operativo
en el que participan al menos 13 mil hombres del ejército, la
marina y la fuerza aérea.
En este contexto, Antonio Navarro, legislador de izquierda
colombiano y ex jefe rebelde, señaló que Estados Unidos presionó
a Pastrana para que endureciera su posición ante las FARC. "Creo
que en la decisión de Pastrana influyó mucho el entusiasmo
con que Estados Unidos acogió la intención expresada el jueves
pasado por el mandatario de dar por terminado el proceso de paz; para Washington,
la existencia de la zona de despeje era como una espina en la garganta",
dijo a la prensa.
"Las decisiones mundiales ?estimó el parlamentario?
actualmente están bajo la influencia de los estadunidenses, por
los atentados del 11 de septiembre".