Martes 8 de enero de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
CARPETA

Vasilissa Ramírez

n Sergio Cortés Sánchez

Sexagenaria oriunda de Piaxtla, procreó tres hijas con Camerino García entre los años de 1971 y 1976. La crianza de las hijas la asumió como madre soltera y sus primogénitas llevan el apellido materno como único. Carente de patrimonio propio, su hermano Inocencio le permitió asentar una humilde vivienda en sus terrenos: fue en un cuarto de 10 metros cuadrados hecho con carrizos donde se criaron sus tres hijas. Felipa fue la menor de ellas, nació el 26 de mayo de 1976 y se casó a la edad de 17 años con Miguel Leal, piaxtleco de 30 con quien tuvo dos hijos: Emmanuel, nacido en Piaxtla, y otra niña nacida en Nueva York. Las otras dos hijas de Vasilissa son Marisela y Margarita, ambas casadas y con maridos radicados en Nueva York.
Al igual que muchas jóvenes casadas, Felipa vivió en la casa de su madre mientras el marido trabajaba en Nueva York; nació Emmanuel, su primer vástago, y siguió viviendo en la misma casa. Las remesas enviadas por su marido no eran ni frecuentes ni generosas, apenas lo indispensable para vivir, por lo que Felipa emplazó al marido: le pidió que le construyera un cuarto de 12 metros cuadrados para ella y su hijo; la respuesta de Miguel León fue de rutina: si quieres casa, vente a trabajar a Nueva York. Así lo hizo y a los 17 años cumplidos marchó en busca del sueño norteamericano.
En Nueva York vivió con su marido en la casa del tío Inocencio, hermano de Vasilissa. En los escasos dos años (1993-1995) que vivió en Brooklyn, trabajó pero no logró juntar lo suficiente como para adquirir un predio en su natal La Unión, ni para edificar su vivienda. Prosiguió trabajando y atendiendo a Miguel, y en 1995 nació una hija de ambos. Mientras ella radicó en Nueva York, en Piaxtla fue asesinado su suegro y un hermano del mismo (Antonio y Joaquín Leal), el presunto asesino fue Wolfrano Garita. Miguel Leal se cobró la afrenta en la persona de Felipa, ya que creía que ella era hija de Wolfrano, y a navajazos la degolló en la casa del tío Inocencio. Miguel está en la cárcel de Nueva York pagando condena por el agravio, la hija de Miguel y Felipa fue recogida por el gobierno estadounidense y el cuerpo de la occisa trasladado a Piaxtla. Vasilissa muele cacao para entregar pequeños paquetes de chocolate y así ayudarse a mantener al huérfano Emmanuel. Margarita, la otra hija, tiene dos empleos en Nueva York, lo cual le permite enviarle su mesada a su madre.
De todos los mixtecos poblanos occisos entre 1990 y el año 2000, el 2 por ciento muere en los Estados Unidos. La mitad de las muertes de mixtecos en el aquel país son violentas (homicidio, traumatismo y envenenamiento). A diferencia de las muertes en territorio mexicano, las acaecidas en Estados Unidos corresponden en su mayor parte a jóvenes. El sueño americano para las hijas de Vasilissa ha sido una quimera, a las dos que le sobreviven no les ha ido muy bien en sus matrimonios y a pesar de tener más de cinco años trabajando allá, aún no fincan cuarto ni hay reunificación familiar: unos nietos viven allá, otros en Piaxtla con los suegros. La esperanza de Vasilissa es que su hija Margarita retorne bien; deseo poco probable, ya que siete de cada diez emigrados escoge como lugar de residencia los Estados Unidos.