03an2cul ¤ Tener una clase autoral empobrecida, entre las consecuencias, alerta el abogado Supresión ''ignominiosa y brutal'' de un beneficio vigente durante 70 años, dice José Luis Caballero ¤ Sumarse a la propuesta del Ejecutivo o defender a los creadores, disyuntiva del CNCA ARTURO GARCIA HERNANDEZ Para el especialista en derecho de autor, José Luis Caballero, es lamentable la modificación a la ley del ISR aprobada por el Poder Legislativo porque prácticamente deroga, ''ignominiosa y brutalmente", un beneficio que estuvo vigente durante más de 70 años; ahora, una de las consecuencias directas de la medida será una ''clase autoral empobrecida". La decisión de gravar fiscalmente los ingresos por derechos de autor superiores a 28 mil 400 pesos anuales es una medida ''mal planeada y mal ejecutada" que repercutirá de forma negativa en la creación artística e intelectual del país. Cristalización del sueño de Gil Díaz El abogado cuestiona el papel jugado en dicha modificación por la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, ''que presumiblemente está integrada por defensores de la promoción y defensa de la cultura de este país, pero omitieron todo argumento contra la modificación y avalaron una propuesta verdaderamente atroz; no hubo la mínima discusión y ningún diputado reparó en la importancia que los creadores tienen para el país. No hubo tiempo para el razonamiento y para la discusión. En este afán de conseguir a toda costa reunir los recursos necesarios para los planes y programas de gobierno, los diputados atendieron las indicaciones de sus líderes y se abstuvieron de pensar". Ante la ''increíble ineficacia del gobierno para recaudar impuestos, la modificación a la ley del ISR se antoja desesperada, desatinada y de consecuencias terriblemente lamentables". A diferencia de muchos sectores productivos -recuerda Caballero-- los autores ofrecen la obra de su creación a cambio de nada, una vez que se ha puesto a disposición del público (luego de 75 años) sale de su patrimonio para ser consumida y la única forma de retribuir ese beneficio social es a través de una política fiscal en la que, a falta de apoyos, la exención tributaria es el único incentivo. José Luis Caballero encabeza uno de los despachos que desde hace años apoyan y asesoran la lucha legal de los autores contra repetidos intentos de abolir la exención de impuestos por parte de la Secretaría de Hacienda. En 1990 gestionó y dos años después ganó una demanda de amparo de 400 autores contra una ley fiscal que abolía en ciertos rubros la exención de impuestos (La Jornada, 2/02/93). La exención fiscal estuvo garantizada por la Constitución de 1917 hasta 1990, cuando se intentó frenar el abuso de algunos industriales de la comunicación que se amparaban en dichos preceptos legales para no pagar impuestos, aun cuando su labor no fuera estrictamente creación autoral. Ya para entonces, los artistas plásticos habían perdido su derecho a la exención, aunque tenían la opción de pagar sus impuestos en especie. En 1991 la presión tributaria contra los creadores aumentó cuando se propuso dar a algunos autores un trato de ''profesionistas", lo cual ponía en riesgo el control de éstos sobre sus obras. Entonces se dijo que sólo los escritores, los caricaturistas y los autores de cierto tipo de obras musicales estarían exentos. En ese momento, el secretario de hacienda era Pedro Aspe Armella y uno de sus principales diseñadores de su política fiscal era Francisco Gil Díaz, actual titular de esa dependencia del gobierno federal. ''El sueño de Gil Díaz se ha cristalizado", sostiene Caballero. Urgencia de recaudar fondos De acuerdo con el especialista, la actual modificación a la ley del ISR desalentará el trabajo creativo de los autores: ''Muchos que antes se dedicaban medio tiempo a la creación, ahora mejor se dedicarán a actividades más productivas desde un punto de vista económico pero no intelectual." Este es el aspecto del asunto que no entienden los poderes Legislativo y Ejecutivo: ''Un autor contribuye al enriquecimiento cultural de una nación y de una sociedad. De ninguna manera es una casualidad que los países más desarrollados del mundo mantengan, entre sus mecanismos de desarrollo, un fuerte apoyo a la creación artística e intelectual". Sobre el señalamiento de que en algunos países sí se grava el ingreso de los autores, Caballero subraya que ''es evidente" que en esos países los autores cuenten con una serie de incentivos a la tarea creativa para compensar el pago de impuestos: ''Todo eso de lo cual se carece en este país, empezando por la falta de programas de desarrollo y difusión de la obra". En cuanto al papel que debe desempeñar el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, José Luis Caballero plantea una disyuntiva: ''O se adhiere a la propuesta del Ejecutivo o pelea por incentivos y se convierte en portavoz de los autores." Aunque anticipó que la comunidad artística e intelectual se manifestará en contra de la medida aprobada por los legisladores, se mostró pesimista sobre la posibilidad de que haya marcha atrás. ''La urgencia de recaudar recursos no admite otros argumentos", concluye.
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