036n1con Afganistán: inocentes y todo, pero muertos El número de civiles que han perdido la vida por ataques de EU superaría ya al de las víctimas que dejaron los atentados del 11 de septiembre DAVID BROOKS CORRESPONSAL Nueva York, 3 de enero. Todos los días, funcionarios y medios estadunidenses informan de los detalles de misiones militares, maniobras, despliegues de tropas, acciones de fuerzas de operaciones especiales y números de todo tipo relacionados con la guerra que se realiza en Afganistán contra las fuerzas de Osama Bin Laden y el derrocado régimen talibán. Se habla de todo, menos del número de bajas civiles. Según un cálculo independien- te, éstas ya sobrepasaron el núme- ro de muertos en los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington. Sólo el pasado 30 de diciembre se reportó el fallecimiento de más de cien civiles en un ataque aéreo estadunidense cerca de Gardez, en Afganistán, según informaron testigos a la agencia británica Reuters. En tres meses de acciones bélicas contra las fuerzas de Bin Laden y el líder talibán, mullah Omar, se han ofrecido hasta mapas de un objetivo antes y después de un ataque, cuadros de campos militares y cuevas destruidas, de pueblos desolados por años de guerra ahora liberados, y de prisioneros, así como algunas imágenes de cadáveres casi siempre señalados como de integrantes de "fuerzas enemigas". Pero después de tres meses de bombardeos nadie ofrece cálculos de las bajas civiles, ni los funcionarios ni la mayoría de los medios estadunidenses. En las conferencias de prensa a veces hay preguntas sobre las versiones de muertes de civiles en alguna acción estadunidense, pero los altos funcionarios casi siempre las descartan. A veces no hay un solo cuestionamiento sobre el asunto. En la conferencia de prensa del martes pasado en el Pentágono nadie preguntó acerca de bajas civiles, pese a repetidos cuestionamientos sobre dos misiones de bombardeo estadunidense en Afganistán la semana pasada, a consecuencia del cual incluso se piensa que el jefe de inteligencia del régimen talibán perdió la vida. El 28 de diciembre, la última vez que el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, respondió a dudas sobre acusaciones de bajas civiles en una rueda de prensa, sostuvo que "el talibán y Al Qaeda, incluyendo a Osama Bin Laden, se han presentado día tras día desde el 7 de octubre para ofrecer mentiras sobre lo ocurrido. " -¿Es posible que en algún momento un civil fuera muerto? -se le preguntó. -Sí -respondió-. Anunciamos aquí que un civil fue muerto por un accidente desafortunado, y que lamentamos cualquier pérdida de vida inocente. Pero esa persona no fue muerta por nosotros; esa persona murió cuando Al Qaeda y Bin Laden atacaron a Estados Unidos y mataron a miles de personas, y nos obligaron a entrar en aquel país y sacar a esos terroristas antes de que mataran a miles más. En esa misma reunión con los medios el presidente de la junta de jefes militares de Estados Unidos, general Richard Myers, fue cuestionado sobre una ataque aéreo donde podían haber muerto más de 40 civiles. Respondió que inteligencia indicaba que era un campamento habitado por líderes del talibán. "No he escuchado, no sé cuál es la fuente para el número de bajas civiles, no hemos escuchado eso", comentó. El reportero insistió, y el militar reiteró: "creemos que la mayoría de la gente que estaba ahí adentro serían líderes talibanes. Decir que no había civiles ahí... podría haberlos. Recordaré lo dicho por el secretario: esta es una guerra contra el terrorismo y, por desgracia, probablemente habrá algunos de esos incidentes", manifestó. Sin embargo, la prensa británica había citado cálculos de aproximadamente mil 500 bajas civiles afganas después de tres meses de guerra a mediados de diciembre, y un académico estadunidense, con base en cálculos de prensa de la región y la europea, calculó a principios de diciembre que más de 3 mil 500 civiles afganos han muerto por los bombardeos estadunidenses, es decir, más que el total de víctimas de los atentados del 11 de septiembre, cuando se estima que aproximadamente 3 mil 100 personas perecieron en el World Trade Center y en el Pentágono. Según Marc Herold, profesor de economía de la Universidad de New Hampshire, su cálculo de 3 mil 767 civiles afganos muertos es resultado de agregar los números de incidentes reportados por diferentes medios electrónicos, agencias de noticias y periódicos importantes de Estados Unidos, Gran Bretaña, India, Pakistán, incluyendo la BBC, The Independent, Dawn, Afp, Reuters, la edición india de The Times, entre otros, en hechos que ocurrieron entre el 7 de octubre (cuando se iniciaron los bombardeos) y el 7 de diciembre. El promedio es de 62 civiles diarios. Esta tendencia se extiende hasta el primero de enero y la cifra actual sería de 5 mil 317. No cabe duda, como lo reconoce el propio Herold, de que hacer tal compilación de datos no puede dar un resultado exacto. Además, es difícil evaluar si algunos casos son contados dos veces o que un informe periodístico puede ser contradicho por otro, y que en muchos casos la información proviene de testigos que no necesariamente logran ofrecer un conteo científico. Pero Herold señaló que intentó utilizar varias fuentes para documentar cada incidente y enfatizó que se preocupó ya que pudo confirmar muchos de éstos en la prensa extranjera, pero poco en los medios de comunicación estadunidenses. "La gente -dijo- tiene que saber que hay un costo humano en la guerra, y que ésta es con miles de bajas. Esta era gente pobre y, además, no tenía absolutamente nada que ver con los hechos del 11 de septiembre". El analista militar William Hartung, di-rector del Arms Trade Resource Center del World Policy Institute de Nueva York, se-ñaló que "el Pentágono, en su sabiduría, ha optado para ocultar dos hechos esenciales al pueblo estadunidense. El apoyo para la guerra, el cual sigue en alrededor de 80 por ciento (en las encuestas), depende de la supresión continua de estos hechos". Hartung agregó que información como la de Herold, la de medios europeos y de la re-gión del conflicto sobre bajas entre la población civil afgana, junto con versiones borrosas sobre las bajas entre las propias tropas estadunidenses, es parte de la política de Washington. Indicó que se han ocultado "imágenes de esos civiles afganos que han terminado como 'daño colateral' de la guerra contra el terrorismo. No han sido otorgados nombres, mucho menos números". Hartung añadió que "estos números son de gran importancia, especialmente cuando se nos dice que la superioridad tecnológica estadunidense puede realizar guerras antisépticas. Los medios estadunidenses han capitulado casi completamente a las de-mandas del Pentágono de que cualquier mención de las muertes civiles afganas sean contextualizadas". Casi en cada ocasión en que se les pregunta a los oficiales estadunidenses sobre versiones locales de un ataque, rechazan su veracidad y dicen que no cuentan con esa información, no tienen "confirmación independiente" (argumento frecuentemente utilizado por los medios locales al reportar sobre versiones de bajas civiles) o que "se está investigando el incidente". De hecho, recientemente el vocero del Pentágono, el almirante John Stufflebeam, comentó que el último ataque contra objetivos del régimen talibán se realizó el 28 de diciembre -el viernes pasado-, y ni él ni los reporteros que cubren el Pentágono mencionaron el reporte de Reuters del lunes, que informa sobre la muerte de cien civiles el domingo 30 de diciembre. De hecho, la conferencia de prensa se inició con la advertencia oficial de que "no vamos a abundar sobre detalles operativos", según dijo la vocera asistente Victoria Clarke, quien subrayó que en medio de un conflicto no se ofrece información que po-dría poner en riesgo a las fuerzas estadunidenses o a sus aliados, por tanto "no se divulgan" detalles sobre operaciones. Tal vez el número de las bajas civiles es información privilegiada.
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