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¤ Largas filas en los cajeros automáticos:
"Si encontrás un dólar, sos Gardel"
Duhalde no sabe si va a devaluar; 83% de argentinos
rechazan la medida, según sondeo
¤ La retiquetación, viento en popa con incrementos
hasta de 40 por ciento en alimentos
JAIME AVILES ENVIADO
Buenos Aires, 3 de enero. "Si encontrás
un dólar en un cajero automático, sos Gardel", decía
esta mañana un hombre que pasaba por la calle a otro que se tostaba
al sol, formado a la mitad de una larga cola esperando turno para entrar
en un despachador electrónico de dinero. Pero el drama era que por
falta de liquidez no había sistema en casi ninguno de los bancos
de la City, el viejo barrio de estilo londinense donde se concentran las
principales instituciones de crédito.
Segundo
día hábil del año y del mes: los ahorradores asediaban
desde ayer las sucursales donde tienen secuestrado su capital para sacar
los mil pesos mensuales que les permite el corralito, pero a escasas
horas de que el gobierno anuncie la esperada y temida devaluación
-que podría suspenderse a última hora-, miles y miles de
personas trataban de conseguir dólares con frenesí.
Esta noche, el popular programa de televisión Detrás
de las noticias, así, en plural, ofrece un espectáculo
en un escenario presidido por un ataúd y dos cirios. Se trata del
velorio de la convertibilidad, o sea, la relación de uno a uno entre
el peso y el dólar, que el primer gobierno de Carlos Menem implantó
en 1991. Sin embargo, una encuesta de la agencia Equis, dirigida por el
sociólogo Artemio López, reveló hace unos minutos
que 83 por ciento de los argentinos se opone a la devaluación.
Vía teléfono celular, una fuente parlamentaria
dijo a este enviado que, según personeros de Duhalde, el resultado
de la consulta de Equis ha sembrado el desaliento en el equipo presidencial.
"No saben si van a devaluar, no saben qué van a hacer, están
perplejos", subrayó el informante. Por su parte, agregó,
los principales bancos -Central Hispánico, Santander y BBVA-, así
como las empresas de servicios públicos privatizados, entre ellas
Repsol (petróleo) y Telefónica (comunicaciones), dominadas
también por empresarios ibéricos-, "están presionando
fuertemente al gobierno para impedir la pesificación", esto es,
la conversión a pesos de todos los contratos en dólares,
anticipada el martes por Eduardo Alberto Duhalde, el nuevo mandatario interino
de este país.
Encuesta reveladora
Véase de qué tamaño es la parálisis
del flamante gobierno. Hoy a las siete de la tarde, los 250 integrantes
de la Cámara de Diputados estaban convocados a una reunión
a puerta cerrada en el Congreso para escuchar un mensaje del nuevo ministro
de Economía, el peronista Jorge Remes Lenicov. La cita era para
anticiparles el paquete de medidas de emergencia que, teóricamente,
serán discutidas mañana viernes. Pero el encuentro se desarrolló
en el vacío, porque Duhalde y sus expertos están catatónicos
por las presiones de los inversionistas europeos y el sondeo que desaconseja
la devaluación.
No obstante, los noticiarios nocturnos de la tele
dan por hecho que la depreciación del peso argentino será
de 35 por ciento y que se impondrá un precio oficial máximo
a los medicamentos, luego que fuentes oficiales divulgaran a lo largo de
este día que empieza a presentarse el problema del desabasto de
fármacos, particularmente en el rubro de la insulina, que pone en
peligro de muerte a 300 mil diabéticos.
Mientras tanto, la retiquetación de alimentos continúa
viento en popa con un sobreprecio promedio de 40 por ciento. Los comerciantes
se protegen de antemano absorbiendo el impacto previsto de la devaluación.
Para contrarrestar tal desorden, los analistas financieros recomiendan
al público que no compre en las tiendas de abarrotes donde alteren
el valor de los productos, pero el riesgo de que se desate la inflación
comienza a materializarse inevitablemente.
Prevén "los peores disturbios"
En la redacción de uno de los diarios argentinos
más influyentes, fuentes de inteligencia del gobierno filtraron
que cuentan con datos duros para diagnosticar que mañana viernes,
después que Duhalde anuncie su paquete de medidas económicas,
podrían ocurrir en Buenos Aires "las mayores protestas y los peores
disturbios" desde que el 3 de diciembre entraron en vigor las restricciones
del corralito, que ?para decirlo con una sintética expresión
de Eduardo Galeano? "confiscó el dinero de los ahorradores para
pagar la deuda externa".
Por lo pronto, a las 9:30 de la noche, decenas de personas
empiezan a juntarse, batiendo palmas y golpeando tapas de ollas, en el
céntrico barrio de El Caballito, en preparación de un nuevo
cacerolazo.
Duhalde y los suyos, por lo tanto, caminan con pies de plomo porque saben
que están apostando su futuro inmediato a las cartas que jugarán
mañana. Y tienen razones de sobra para apelar a la máxima
cautela, porque si bien el nuevo presidente fue electo con 90 por ciento
de los votos del Congreso, en una alianza de peronistas y radicales, las
dos fuerzas más importantes de Argentina, también es cierto
que, según una encuesta del 26 de diciembre, realizada por la agencia
Mora y Araujo, se le considera como uno de los políticos más
impopulares del país.
La diputada Elisa Carrió, jefa de la tercera fuerza
política y electoral, cuenta con la mejor imagen entre la opinión
pública, mientras en el grupo de las figuras más desprestigiadas
están los ex presidentes Raúl Alfosín y Fernando de
la Rúa, y debajo de ellos, en el sótano de la tabla de posiciones,
Duhalde, Menem y el sindicalista Rodolfo Moyano, repudiado por corrupto.
Para colmo, donde menos quieren a Duhalde es aquí
en Buenos Aires, la ciudad que recibió su nombramiento el martes
con una gran protesta callejera. A fin de apagar la intifada de
la clase media, que exige desesperadamente la derogación del corralito,
el nuevo presidente gestiona un crédito de emergencia por 15 mil
millones de dólares con el FMI, que le permitiría devolver
a la gente sus depósitos bancarios.
"Pero ni eso lo salva", dijo a este diario un colaborador
de Elisa Carrió. "Con esa guita (dinero) la gente va a sacar sus
ahorros del país, pero el gobierno seguirá sin fondos para
reactivar los programas sociales." La duda, pues, de acuerdo con este trágico
panorama, no es si Duhalde va a renunciar como De la Rúa y Adolfo
Rodríguez Saá, sus antecesores en el cargo, o si va a aguantar
hasta diciembre de 2003, sino cuántos días le faltan para
anunciar elecciones anticipadas.
De las "relaciones carnales" con EU, a la "poligamia"
El nuevo canciller argentino, Carlos Ruckauf, quien integró
el gobierno de Carlos Menem (1989-99) que había instaurado las que
denominó "relaciones carnales" con Estados Unidos, preconizó
este jueves la "poligamia" en materia de relaciones económicas en
política exterior de Argentina.
En su primera conferencia de prensa, el canciller del
presidente peronista, Eduardo Duhalde, abogó igualmente por "seguir
fortaleciendo el Mercosur". Cuando fue consultado acerca de los bloques
a los cuales Buenos Aires debería privilegiar como asociado, el
Area de Libre Comercio de las Américas y la Unión Europea,
se preguntó "por qué no podemos ser polígamos en materia
de relaciones exteriores", pero aclaró que se refería a las
"económicas" con otros países.
Ruckauf, cuyo primer viaje al exterior será a Brasil
(principal socio del Mercosur), confirmó que el presidente George
W. Bush envió una misiva de felicitación que le fue entregada
a Duhalde por el embajador en Argentina, James Walsh, en la que el mandatario
estadunidense afirma que Washington continuará manteniendo con Buenos
Aires "relaciones estrechas, basadas en valores compartidos".
En tanto, el primer comunicado emitido por la cancillería
reafirmó los "derechos de soberanía" sobre las australes
Islas Malvinas, aunque aclaró que seguirá reclamándolas
por la "vía pacífica", y que tiene el propósito de
seguir "avanzando en el diálogo con el Reino Unido", que las ocupa
desde 1833. AFP
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