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¤ Falló la estrategia de buscar apoyo ciudadano
para la aprobación de la reforma fiscal, dice
Debe acabar el mito de que el cambio solucionaría
todos los problemas: Fox
¤ Es necesario que los legisladores respondan a sus bases,
no a sus partidos o visiones personales
¤ La opinión pública quiere una Presidencia
formal y así actuaré, dice en entrevista con Aguilar Camín
Con el reconocimiento de que en su primer año de
gobierno perdió "la batalla mediática", el presidente Vicente
Fox Quesada convino en que tres fueron las mayores "dificultades" que encontró
en 2001: la fallida estrategia de apoyarse "democráticamente en
la ciudadanía" para la aprobación de la reforma hacendaria;
el escaso margen que le dejaron los partidos políticos para alcanzar
consensos, y su propia actuación, toda vez que la opinión
pública y los medios de comunicación "reclaman una Presidencia
de la República muy seria y que no haga chascarrillos".
Y aprendió la lección de que en México
"las cosas todavía se mueven de otra manera". Como muestra de ello,
y aunque no reveló nombres, lamentó las deslealtades y "el
muy poco cumplimiento de compromisos" que dominan el espectro político
nacional.
Ubicado ya en el terreno de las confesiones, como primer
mandatario no priísta del México posterior a la Revolución
del siglo pasado, Fox Quesada consideró que ha llegado el momento
"de terminar con el mito de que el cambio político iba a traer solución
a todos los problemas del país y a todas las familias del país".
El titular del Ejecutivo federal ofreció "hace
unos días" una larga entrevista al historiador y periodista Héctor
Aguilar Camín. La conversación se transmitió anoche
en el programa Zona abierta, que se difunde por Televisa.
La parte final de las preguntas de Aguilar Camín
llevaron a Fox Quesada a hacer un balance de su primer año de gestión,
que devino en un lacónico reconocimiento de que, a fin de cuentas,
muchas de las situaciones que enfrentó y de los personajes que trató
no fueron como él se los imaginó antes del primero de diciembre
del 2000.
La "mayor lección"
¿Cuál es la mayor lección de este
año?, preguntó el periodista. Y el Presidente ?que no deja
de mencionar la errática estrategia para negociar su reforma fiscal?
se concentra en reconocer que su propia actuación significó
una "dificultad" en el ejercicio de gobernar:
"¿Qué otra cosa te diría yo que fue
dificultad? ¡Bueno, pues mi propia actuación! Yo, ciertamente,
pensé que se podría tener una Presidencia de la República
aceptada por todo mundo, de alguna manera informal, menos presidencialista,
más ciudadanizada, menos vestida de traje y etiqueta, menos
formal en el discurso, llanera en la expresión... y creo que ahí
tengo que reconocer que la opinión pública y los medios reclaman
una Presidencia de la República muy seria, que no haga chascarrillos.
"Aprendí, y ya estoy corrigiendo en ese sentido,
que (por ejemplo) no se den besos allá en Roma con la esposa o que
no tire el ramo la señora a las reporteras... Bueno, vamos a ser
más formales en ese sentido; aunque hay muchos ciudadanos que me
dicen que siga así, pero creo que le vamos a dar esa formalidad.
Y esa es la corrección que hemos hecho."
Las deslealtades
En la delgada franja que media entre las desilusiones
y las "lecciones" de gobierno, Fox no esperó pregunta para advertir
que en el trato con los políticos, en "muy pocos" puede confiar.
Abundó: "Finalmente, yo te diría que he
aprendido que en el asunto político hay muy pocas lealtades; hay
muy poco cumplimiento de compromisos. Muchas cosas que he platicado en
esta oficina y que he acordado y que he saludado de mano y he dicho que
es un acuerdo... apenas ha salido esa persona de aquí, de la oficina,
y ya está actuando de otra manera. Entonces sí creo que la
política necesita muchos valores éticos, mucho más
formalidad para que realmente resulte en beneficio del país. En
ese sentido yo seguiré impulsando ese código de ética,
seguiré impulsando una Presidencia transparente, honesta, comprometida
con el país antes que con nadie más, y una Presidencia que
tiene que asegurarse, de manera seria y formal, de eliminar la corrupción,
la impunidad. Este año vamos muy en serio frente a estos problemas
y estas lacras que tiene nuestro país".
Legisladores y ciudadanos
Respecto de la estrategia que no le "funcionó"
para sacar adelante las modificaciones fiscales que presentó desde
marzo pasado y que fueron desechadas hace unos días por el Congreso,
el jefe del Ejecutivo federal la atribuyó a que en México
no hay legisladores que respondan a "sus bases".
Explicó que al hacer públicas sus intenciones
hacendarias, "busqué apoyarme democráticamente en la ciudadanía
para lograr la aprobación en el Congreso; la estrategia no me funcionó.
Funciona en otros países, así se opera en las democracias
modernas, el Ejecutivo se apoya mucho en el apoyo ciudadano..."
?¡Es que deber haber relección de los diputados
para que ellos pierdan! ?intervino Héctor Aguilar Camín.
?¡Así es! Para que ellos respondan más
a sus bases que los eligieron que a sus partidos o a sus visiones personales.
Ahí encontré dificultad.
En ese orden, Fox mencionó una más: la falta
de consensos con las fuerzas políticas. "Siempre hablé de
que la convergencia y el consenso eran el ingrediente indispensable en
esta administración, porque somos un gobierno de minoría
política (en el Congreso). Yo no tengo la mayoría, mi partido
me ha respaldado fuertemente en las decisiones estratégicas y cruciales,
y hago un reconocimiento público al Partido Acción Nacional...
entonces en materia de consenso o convergencia, sí me he encontrado
con un alto compromiso de nuestra parte de buscar esa convergencia. Antes
bastaba un telefonazo desde Los Pinos para sacar una iniciativa."
Ausentes esos consensos, hizo votos porque el próximo
año se respete el acuerdo político nacional que en septiembre
pasado firmaron el Ejecutivo federal y los ocho partidos políticos
con registro. "Ese es el documento al que hay que darle mucha fuerza en
el año 2002 y que se convierta en la guía sobre la cual caminemos
todos los políticos", instó.
La batalla perdida
Pero con todo eso, a pesar de todas las dificultades,
Fox Quesada subrayó que el país "no está tan mal como
por ahí se ha planteado", y tampoco "hubo los errores y las fallas
tan graves" como se ha dicho. Pidió, incluso, que se compare su
primer año de gobierno con el de su antecesor, Ernesto Zedillo.
Las cosas están caminando y caminando bien... a
final de cuentas, lamentó, "en el año 2001 lo que perdí
fue la batalla mediática..." (JMV)
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