Víctor Trujillo: " no soy Judas ni traidor"

Los programas se están volviendo más importantes que los canales, afirma

JORGE CABALLERO

El primer pensamiento que le vino a la cabeza a Víctor Trujillo al cruzar el umbral de Televisa Chapultepec fue: "Estoy haciendo lo correcto. Entré convencido de lo que hacía. Seguro. Me siento muy a gusto: hace mucho que no teníamos oficina, por ejemplo: trabajábamos en los camerinos, no hay ostentación, no es 'el espacio', pero es maravilloso trabajar así haciendo lo que sabemos hacer. Estoy seguro de que dentro de poco tiempo la gente más crítica dirá: 'Mira, no lo hizo tan de a grapa este güey'".

Explica por qué eligió la televisora de Emilio Azcárraga Jean para llevar desde este año El Mañanero, el informativo chacotero a los hogares de México, Sudamérica y España: "Tuve que tomar una decisión. En la proyección que hice la mejor opción fue Televisa, estoy apostando porque en unos años me dé yo mismo la razón de que elegí correctamente".

-¿Era una meta llegar a Televisa?

-No, es un medio más para hacer un proyecto. Considero que Televisa es la empresa que está dando el vuelco junto con el país. Unas televisoras se quedaron pasmadas con el cambio y otras no tienen capacidad de producir.

-¿Crees en la apertura de Televisa?

-Sí, he comentado con Adela Micha y en otros medios que es muy grande la diferencia entre la empresa que conocí hace diez años y la de ahora. Debo decir que no todo va de acuerdo con lo que pienso, pero también había muchas cosas así en Tv Azteca y otras en Canal 40. Sin embargo, es en Televisa donde puedo desarrollar los proyectos que tengo.

Víctor Trujillo, en su caracterización más sofisticada, la de Brozo, el payaso tenebroso, afirma en su oficina de Chapultepec 18 que El Mañanero fue el que coptó a Televisa: "Si hacemos un poco de historia, los proyectos en los que he intervenido tardan en prender, como La Caravana, que tardó en venderse dos años, pero los siguientes fueron de éxito. La tienda (En tienda y trastienda) duró seis años años y nunca fue vendida hasta que llegaron los de Azteca a quitarla porque no era de su producción original. Incluso Los Protagonistas, que desde Imevisión tardaron en ser lo que finalmente fueron -y quién sabe si valorados por la empresa-, pero el programa funcionaba. El Mañanero duró seis años en radio y uno en televisión para que se dieran cuenta de que funcionaba, porque era un programa de muy alto riesgo hace siete años. El país ha cambiado tanto que una oferta noticiera-cómica como El Mañanero le llamó la atención a Televisa y le interesó como concepto de 'informativo chacotero', y a mí eso me llama la atención".

Y agrega: "Claro, vienen todas las demás tesis: '¿no será que te quieren aquí para después tronarte?' Yo mismo lo pensé, o '¿no será que quieren atraerte acá, darte unos peniques y después comenzarte a deslavar?' Eso sería lo lógico, lo que mucha gente, por razones obvias de la fama de Televisa, se imagina. Es más: 'Eres Judas, eres un traidor', como si Tv Azteca fuera la contraparte en el melodrama. Lo que pasa es que se están volviendo más importantes los programas que los canales".

-¿Parece que el encanto de tus personajes era esa cosa artesanal que te hacía sustituir con talento las carencias?

-Así seguiré siendo. Cuando hablamos de producción no nos referimos sólo al dinero, estamos hablando de posibilitar los proyectos. En mi carrera, desde el primer proyecto hasta el último todos fueron baratos, porque no se pensaba en efectos, sino en contenidos. Lo que pasa es que en algunas empresas los contenidos imposibilitaban el programa y en otras hasta la producción más pobre la hacía irrealizable: jugar con corcholatas y tierra, expandir el proyecto era meter palitos y canicas, pues hay empresas que no tenían ni para los palitos y las canicas. El encanto de poder tener esta sociedad con Televisa es que estoy seguro de que tendrán canicas, palitos, confeti, globos, botecitos de plástico, lo que tenga que haber...