Nora Patricia Jara

Proyecto controversial

El Colegio de Ingenieros Civiles reúne a los mejores representantes de las instituciones de educación superior del país, y es a sus miembros a los que se les ha encargado la construcción del segundo piso del Viaducto. Junto con Servimet, instancia dependiente del Gobierno del Distrito Federal, realizará la magna obra. En esta ocasión no se concesiona, lo que significa que es el gobierno central de esta capital el que hace y financia a través de recursos fiscales; sin embargo, aun con el prestigio de nuestra ingeniería civil en el mundo y los logros de muchos mexicanos en esta rama, se duda de su capacidad de ejecución y se auguran fracasos, hasta con riesgos para a la población civil.

Entre las críticas, se mencionan las molestias que causará la construcción a los usuarios de las principales vías de esta ciudad, pero si usted es de los que manejan a vuelta de rueda, a cualquier hora, sabe muy bien que es urgente desahogar el tránsito en el Periférico, Viaducto y vías alternas. Hasta por seguridad. El cristalazo en los embotellamientos diarios en zonas clave es un hecho común contra los automovilistas. En ocasiones la parálisis vehicular propicia crímenes que atentan contra la vida de cientos de miles de personas, porque por esas arterias circulan de forma paralela microbuses, camiones y taxis. Por ello la propuesta de un segundo piso no suena mal a los ciudadanos que pierden horas en ir de su casa al trabajo por estas supuestas vías rápidas, sin tener otro medio de transporte alterno para dirigirse a sus labores y actividades cotidianas.

Ahora, no todos están de acuerdo con la supuesta gran obra de la ciudad para los próximos cinco años, ya que dicen que fueron excluidos de la decisión, así que la iniciativa privada no recibió con agrado la noticia; se le dejó fuera de uno de los concursos más importantes de los últimos años, y ha manifestado su protesta, al igual que los diputados locales, quienes se sienten agraviados porque no fueron consultados antes de dar a la prensa la información.

Y con la amenaza de no aprobar más deuda para el gobierno capitalino, los diputados del DF cuestionan también el proyecto y advierten que irán a las cortes si Andrés Manuel López Obrador no presenta sus proyectos a la ALDF y los somete a su aprobación, como marca la observancia de la administración pública en estos tiempos de democracia.

Además, la disputa por participar se visualiza dentro del marco de la reactivación económica de la ciudad de México, como se proyecta por parte de algunos expertos que afirman que en los próximos meses la industria de la construcción tendrá la capacidad de emplear y mantener una parte de su capital. Inclusive el gobierno federal ha comenzado a apostar a la edificación de vivienda, lo que se interpreta como un sector clave para el crecimiento en el segundo semestre del próximo año. Pero que sólo algunos se lleven los créditos es, al parecer, también parte del descontento, al incluirse señalamientos que van desde el clásico "medida populista", o el que acusa de querer algo más que resolver el problema del transporte en el Distrito Federal. Si así fuera, se propusiesen a la vez planes rectores en la materia, y éstos aún llegan, sugieren, aunque el gobierno perredista se defiende reiterando que sí existen y que el segundo piso es parte de él; aquí los ciudadanos nos quedamos igual, porque no los conocemos.

Y está la crítica que dice que lo que se quiere realmente con esta obra es sentar bases de popularidad para una futura candidatura presidencial. Como se observa, el tema de la vialidad se coloca entre las prioridades de la sociedad capitalina y los partidos en la Asamblea, a la par con el de la seguridad pública, y aquí en la capital ha demostrado ser suficiente argumento político como para que en su nombre se cierren escuelas públicas en demarcaciones contrarias a la administración local.