Ť Las investigaciones apuntan a que se trataría de una venganza de narcotraficantes

Chihuahua: ejecutan a dos policías que habían sido secuestrados

Ť Relacionan muerte de un agente de la PFP en Sinaloa con la matanza de El Limocito, Cosalá

MIROSLAVA BREACH Y JAVIER VALDEZ CORRESPONSALES

Los dos agentes de la Policía Judicial del estado de Chihuahua a quienes levantaron hace una semana en el poblado El Sauz, cercano a la capital de dicha entidad, fueron encontrados muertos con aparentes señales que indican que fueron ejecutados.

Así lo informó el subprocurador general de Justicia del estado, Alejandro Astudillo, quien indicó que de confirmarse la hipótesis de que el crimen organizado está involucrado, el caso deberá investigarlo la Procuraduría General de la República (PGR).

El subprocurador Astudillo dijo que las primeras investigaciones sobre el homicidio de los judiciales Rafael Carmona y Lucio Portillo apuntan hacia una posible venganza de narcotraficantes pues los cadáveres, hallados la noche del domingo, fueron arrojados en el kilómetro 25 de la autopista Chihua-hua-Cuauhtémoc amarrados con cuerdas, envueltos en cobijas y con tiro de gracia en la frente.

El subprocurador general de Justicia de Chihuahua indicó que estos dos crímenes podrían sumarse a los 56 expedientes sobre ejecuciones y homicidios de mujeres que analizará en las próximas semanas la Unidad Especializada contra la Delincuencia Organizada (UEDO) de la PGR si se encuentran evidencias que los relacione con el narcotráfico.

Se vincularía reciente asesinato con matanza de febrero pasado

Por la forma en que se dio muerte a un agente de la Policía Federal Preventiva (PFP) la semana pasada en Sinaloa, las armas y vestimenta que utilizaron los asesinos, la Policía Ministerial (PME) de la mencionada entidad no descarta que los perpetradores fueran los mismos que asesinaron a 12 personas en la comunidad El Limoncito de Alayá, municipio de Cosalá, en febrero de este año.

Jesús Antonio Aguilar Iñiguez, director de la PME sinaloense, informó que los investigadores a su cargo "tienen sospechas fundadas" en el sentido de que quienes participaron en estos dos hechos fueron las mismas personas.

Comentó: "Lo que sí nos llamó mucho la atención es lo que (los testigos) dijeron de las vestimentas que portaban (los homicidas), tipo militar, cosa similar a lo que se dijo en su momento" de los involucrados en la masacre de El Limoncito.

El 14 de febrero pasado, sujetos fuertemente armados asesinaron a 12 personas en El Limoncito de Alayá, hecho en apariencia relacionado con el narcotráfico, pues los homicidas iban en busca de Javier Torres, quien presuntamente comercializaba estupefacientes.

En tanto, el viernes de la semana pasada y luego de una persecución, individuos que al parecer vestían uniformes militares asesinaron a balazos a Saúl Montoya Amarillas, efectivo de la PFP adscrito al municipio de Elota.

El homicidio ocurrió sobre la carretera internacional México 15, cerca del crucero que lleva a La Cruz, y los agresores abandonaron posteriormente la camioneta de redilas en que huyeron. A continuación, elementos de la PME de cuatro municipios -Culiacán, Cosalá, San Ignacio y Elota- organizaron un operativo para buscar a los responsables por esa región.

Versiones no confirmadas indicaron que los asesinos transportaban en la camioneta algún tipo de droga, por lo que agredieron a balazos a los uniformados y huyeron.

Aguilar Iñiguez sostuvo que los asesinos del agente federal "son profesionales, son gatilleros que saben utilizar las armas que portan, además de que conocen el oficio y el terreno, porque fácilmente se dieron a la fuga".

Añadió que los resultados de las pruebas de criminalística todavía no están listas, "y no se puede determinar aún" si las armas utilizadas en el homicidio del agente de la PFP se usaron para cometer otros homicidios ocurridos en Sinaloa.