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Ť Resalta la importancia que cobrarán China,
India y Rusia hacia 2015
Un EU con menos influencia y rodeado de enemigos, prevén
expertos de inteligencia
Ť México, Canadá y Brasil, entre los aliados
claves; total coincidencia de la "diplomacia proactiva" que impulsa el
gobierno foxista con los planes de Washington
CARLOS FAZIO
Apenas en diciembre pasado, la "comunidad de inteligencia"
de Estados Unidos diseñó un cuadro de perspectiva estratégica
que, con base en los intereses de "seguridad nacional" de la superpotencia
mundial, prevé para el año 2015 la emergencia de Asia central
como un "foco rojo regional", donde estarán involucrados los intereses
de Washington, Occidente, Rusia, China, la India, Irán y Turquía.
En forma paralela -y en el marco de una renovada disputa
de la "hegemonía estadunidense" por nuevos actores mundiales emergentes
(China, India, Rusia) y bloques de naciones (Unión Europea)- el
análisis identifica "amenazas" a la infraestructura básica
instalada en el territorio de Estados Unidos (comunicaciones, sector transporte,
área financiera, redes energéticas), vulnerable -dice- a
los ataques físicos o electrónicos impulsados por gobiernos
enemigos, grupos terroristas o subversivos y redes cibernéticas
extranjeras.
El
documento afirma que ante los avances en la ciencia y la tecnología,
los retos a la "seguridad nacional" estadunidense serán de carácter
y tamaño impredecibles. Augura una escalada de la guerra no convencional,
con el uso de municiones de tecnología alternativa, operaciones
informáticas y armas de destrucción masiva -incluidos misiles
nucleares- en contra de Estados Unidos. De manera específica menciona
la utilización de armas químicas y biológicas, "más
fáciles de desarrollar, esconder y desplegar que las armas nucleares"
(bioterrorismo). Dicho armamento, agrega, podrá ser enviado por
varios medios, "incluyendo los misiles, vehículos aéreos
sin tripulación y de manera encubierta por tierra, aire y mar".
Denominado Tendencias globales al 2015: diálogo
con expertos no gubernamentales acerca del futuro, el estudio geopolítico
de inteligencia prevé que los "enemigos" de Estados Unidos podrán
"seleccionar" si el ataque contra centros neurálgicos causará
"daño letal o no", además de que contarán "con la
posibilidad del anonimato". Las inferencias de los dos últimos puntos
con el atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York es pura coincidencia...
El informe fue elaborado por el Consejo Nacional de Inteligencia
de Estados Unidos ?con la ayuda de las demás agencias de espionaje
estadunidenses, incluidas la CIA y la DIA? entre septiembre de 1999 y diciembre
de 2000. Contó con el copatrocinio del Departamento de Estado y
fueron consultados varios expertos de la academia. Sin embargo, no se trata
de un análisis objetivo. La óptica de los futurólogos
estadunidenses está impregnada de una lógica imperial, de
poder. El resultado es un documento dogmático, determinista y maniqueo
en el que está ausente la lucha de clases, que es sustituida por
países ganadores y perdedores, incluidos los Estados "canallas",
y en el que todos los adversarios potenciales de Washington son criminalizados.
Entre los "peligros", el informe advierte que los enemigos
tratarán de atacar intereses y las capacidades militares estadunidenses
-en su territorio o en el exterior, incluidas bases y misiones diplomáticas-,
a través de la guerra electrónica, las operaciones sicológicas,
la negación y la decepción, y de nuevas tecnologías,
como armas de energía directa o de pulsación electrónica.
Adelanta, asimismo, que surgirán otros "medios"
para enviar armas de destrucción masiva en contra de Estados Unidos,
algunos "más baratos, confiables y precisos" que los misiles balísticos
intercontinentales de generaciones anteriores, y dice que las armas podrán
ser desplegadas en naves de superficie o por "misiones encubiertas" a través
de fuerzas de operaciones militares especiales o servicios estatales de
inteligencia.
A la luz de los atentados criminales contra las Torres
Gemelas del World Trade Center de Nueva York y el Pentágono en Washington
(11 de septiembre de 2001); la declaración de guerra unilateral
y asimétrica de Washington contra el régimen talibán
de Afganistán (20 de septiembre), y de la sicosis mundial generada
por la bacteria del ántrax, la profecía parece haberse cumplido
antes de tiempo. A no ser que la "guerra contra el terrorismo" y la nueva
agenda de "cooperación internacional" de Estados Unidos ?que incluye
la "intervención humanitaria" y el "derecho extensivo de secesión"
y a "abrir fronteras" (incluidos en el documento)? formen parte de una
maquiavélica apuesta geoestratégica, ante la pérdida
de la influencia global estadunidense, elemento pronosticado en el análisis.
EU, ¿imperio en decadencia?
Con base en su indiscutible poderío económico,
tecnológico, militar y diplomático, el documento prevé
que Estados Unidos continuará siendo el líder del sistema
internacional en el año 2015. La superpotencia militar. Sin embargo,
y pese a que podrá ampliar su liderazgo en asuntos bélicos
convencionales (por su ventaja en información y tecnología
armamentista de punta), el estudio vaticina que la influencia global de
Washington habrá decaído en 15 años.
En esa fecha, la población mundial será
de aproximadamente 7 mil 200 millones, en su mayoría urbana. Entre
los actores mundiales emergentes que disputarán a Estados Unidos
su hegemonía, el análisis ubica como principal adversario
a China, debido a sus potenciales capacidades económicas y militares.
Prevé, asimismo, que la India ?país que contará con
mil 200 millones de habitantes en 2015? fortalecerá su papel como
potencia regional. Rusia y Japón pasarán por un periodo crítico,
en tanto que la Unión Europea intentará poner mayor control
político sobre las instituciones financieras y comerciales, a fin
de contener los "excesos" de la globalización y de su "superpatrón",
Estados Unidos.
Respecto a Medio Oriente prevé, en el mejor
de los casos, una "paz fría" entre Israel y sus adversarios árabes.
Como aliados importantes de Estados Unidos menciona a Canadá, Brasil
y México, con los que mantiene acuerdos comerciales regionales como
el TLC y el ALCA (en formación). Prevé inestabilidad en los
países andinos (Colombia, Venezuela, Ecuador y Perú).
Junto con la premisa de la pérdida de hegemonía
estadunidense, hay un dato perdido en el informe que parece clave en relación
con los hechos del presente. En particular, con la guerra unilateral de
Estados Unidos y su aliado, Londres, contra Afganistán. El documento
señala que "la máxima prioridad del sector privado estadunidense
?que seguirá siendo central para el mantenimiento del liderazgo
económico y tecnológico de Estados Unidos? será la
ganancia financiera, no los objetivos de política exterior". Como
señala François Lafargue: "el mundo actual asiste a la privatización
de la política exterior de los Estados. Las grandes empresas tienen
su propia política exterior, ejercen una gran influencia sobre los
gobiernos y modifican el curso de la historia" (Proceso, 30/9/01).
Nada nuevo.
El análisis geopolítico que maneja el documento
se mueve entre dos planos: los actores y los recursos. Así, el potencial
chino, el declive ruso, la incertidumbre japonesa y la perspectiva hindú
están relacionados con la pérdida de hegemonía estadunidense
o figuran como "desafíos" a esa supremacía. Inclusive, una
tendencia bosquejada en el análisis habla de una eventual alianza
geoestratégica de facto entre China, la India y Rusia para
contrarrestar la influencia de Estados Unidos y Occidente (Europa).
En el plano de los recursos, el tema dominante es el de
los energéticos: petróleo y gas natural. El informe prevé
que Asia (China y la India, en particular) remplazarán a Estados
Unidos como región líder en consumo de energía. Afirma,
incluso, que para 2015 sólo un décimo del petróleo
del golfo Pérsico irá a parar a los mercados de Occidente;
tres cuartos se destinarán directamente a Asia. Y, en menor medida,
las dos economías emergentes asiáticas también recurrirán
a la energía del mar Caspio y Asia central. Dice que algunos de
los objetivos militares chinos, como la protección de las rutas
marítimas que abastecen el petróleo desde el golfo Pérsico,
podrían acercarse a los objetivos estadunidenses. Idéntico
papel que adjudica a la armada oceánica hindú para dominar
las rutas de tránsito en el Océano Indico usadas para la
distribución del petróleo del Pérsico. En ese contexto
se alude al juego dinámico y a la mutua hostilidad entre India y
Pakistán (dos países que controlan la tecnología nuclear)
y la disputa por Cachemira (reactivada en estos días). Se menciona
a Rusia y Eurasia, vinculados con los recursos energéticos de la
zona (con Rusia y otras ex repúblicas soviéticas como poseedoras
también del arma atómica).
A todo esto, ¿qué hay en Afganistán?
Petróleo y gas natural. Reservas de más de 200 mil millones
de barriles de petróleo. Además de que está instalado
en el corazón de Asia central, la segunda cuenca petrolera más
grande del mundo, después del golfo Pérsico. En esa cuenca
están los oleoductos que surten de energéticos a Europa;
si Estados Unidos controla la zona, podrá abrir o cerrar la llave
del suministro cuando quiera.
Es en ese contexto geopolítico, que cobra realce
con la ofensiva militar de Estados Unidos y Gran Bretaña sobre Afganistán,
que el documento dice que "la diplomacia será cada vez más
complicada". Washington, promotor y principal beneficiario de la "globalización",
tendrá cada vez más dificultades para "adornar" su poder
con el propósito de conseguir ciertos objetivos en política
exterior. Las dificultades para construir coaliciones que respalden sus
objetivos crecerán, y algunos Estados, aliados o enemigos, pondrán
a prueba su hegemonía.
Una cosa resulta asombrosa: la total coincidencia entre
la "agenda para la cooperación internacional" que incluye el documento
de la "comunidad de inteligencia" de Estados Unidos, y la nueva agenda
de la "diplomacia proactiva" de Tlatelolco, encabezada por el canciller
Jorge G. Castañeda. No faltan ni el "contraterrorismo" (uno de los
nuevos temas favoritos del presidente Vicente Fox) ni el establecimiento
de fuerzas armadas para el mantenimiento de la paz bajo la autoridad de
las "Naciones Unidas" o de la mayoría de las organizaciones regionales
(novedosa propuesta de Castañeda).
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