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ASTILLERO
Ť Julio Hernández López
EL PRESIDENTE FOX VA entrando en una especie de promiscuidad zapatera. No se habla aquí, desde luego, de las varias, encontradas y raras posiciones que el titular del Poder Ejecutivo ha ido asumiendo en el año de su ejercicio respecto del movimiento insurgente del sureste mexicano, sino a los giros y matices que ha ido imprimiendo a uno de sus instrumentos básicos de imagen política, el pedestre.
DE INMEDIATO PASA A explicarse esta precavida columna, antes que algún fanático del foxismo envíe algún correo electrónico amenazante: las recias botas vaqueras que los creadores de su imagen política le endilgaron como elemento de identidad mercadotécnica cuando decidieron lanzarlo como producto presidenciable, dieron paso en meses anteriores a la delicadeza de salón de las escandalosas botas de charol y, este sábado, luego de analizar con su obeso gabinete lo hecho en el primer año de eso que habrá de llamarse gobierno, el Presidente bajó de sus torres gemelas de cuero para posarse deportivamente en unos tenis comunes y corrientes. Para mayor enredo zapatero, José Luis González, el bigotón amigo creador de los ídem de Fox, quien ahora anda cerrando trato con Televisa para incorporarse como ejecutivo, ha propuesto públicamente que su compañero de andanzas cocacólicas deje las botas guerreras y vuelva a usar zapatos comunes y corrientes, para demostrar al ciudadano que ahora se ha puesto en su misma circunstancia pédica.
(EL CAMINO DEL RETORNO a la telera podría ser seguido por Francisco Ortiz Ortiz, el actual coordinador de Comunicación Social, que no ha dado el ancho en la chamba y, por ello, será regresado vivo a los corrales de Los Pinos para que siga nada más como encargado de la cuenta de Pancho Pantera en vivo y contigo. Si el mago de la mercadotecnia no se siente a gusto con su devaluación burocrática, podría pedir asilo político en la nación Televisa. El relevo, como se ha dicho hasta el cansancio en todas las columnas bien informadas -es decir, no en ésta- será Rodolfo Elizondo Torres, amigo personal del Presidente y una especie de comisionado de éste para tutelar los primeros pasos independientes de la señora Marta en política. Desde luego, y cumpliendo así a plenitud un requisito indispensable del foxismo para ocupar esos ámbitos de la comunicación social, Elizondo Torres no sabe absolutamente nada de la materia básica de su nueva chamba: con los medios no ha tenido más relación que la de dar declaraciones de vez en cuando, y su contacto más cercano con el periodismo pudo haberse dado en su lejana juventud si es que tuvo surtidores metálicos de diarios en algunos de sus negocios duranguenses. Eso sí, quienes conocen de su trato amable y alegre, avizoran una intensa agenda de corte social y relaciones públicas.)
LA TRANSICION DE BOTAS a tenis se debió a una audacia deportiva del Presidente. El mismo día que se jugaría la final del futbol mexicano, entre los Tuzos de Pachuca y los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León, organizó un partido en el que usaron casacas correspondientes a estos dos equipos profesionales. El Presidente hizo como que jugaba de delantero, pero se cansó tan rápido que se la pasó más bien sobrellevando las cosas, aunque nadie se atrevió a relevarlo hasta que él por sí mismo abandonó la responsabilidad a la mitad del periodo (recuerde, amable lector, que estamos hablando de futbol, no de política ni de gobierno, mucho menos haciendo profecías de temporalidad sexenal). Las revelaciones del partido jugado en el deportivo del Estado Mayor Presidencial (Proceso y La Jornada habían dado a conocer fotografías en las que se demostraban los agravios cometidos en 1968 por elementos del Ejército y, presumiblemente, por miembros de guante blanco de ese Estado Mayor) fueron el secretario del trabajo, Carlos Abascal, a quien acompaña un aura futbolística notable, y el secretario que no podría ser de la delantera ni del medio campo, Ricardo Clemente Vega, quien fue férrea barrera infranqueable de la soberanía nac... perdón, en la defensa de uno de los equipos contendientes. El procurador Macedo de la Concha reiteró lo que ya había mostrado en un juego pionero de ese tipo: le echa más crema a los tacos (no los de comer, sino los de jugar futbol) y se avienta sus jugadas de fantasía. El canciller Castañeda, según clasificación científica emitida por el cronista José Ramón Fernández, se hizo guaje (eso sí, en las gradas, no en la cancha ni en la banca, y protegido de las inclemencias del sol con unos elegantes lentes oscuros: agregados de Astillero, no del susodicho Fernández). Cambios hubo muchos, pero todos sin sentido y sin trascendencia. Es decir, el partido (que de eso se está hablando aquí) siguió igual, sin rumbo ni proyecto mayor que divertirse y pasar el sexen... perdón, el rato.
RESPECTO A CAMBIOS, OTRO jugador se lanzó ayer a la cancha de una manera que a este persignado tecleador le pareció confusa. Norberto Rivera, delantero primado de la sucursal nativa del Deportivo Vaticano, se lanzó ayer contra toda la raza mexicana (aunque también podría aplicarse la catilinaria a los directivos del país), a la que nomás le gusta hacerla de tos y no colaborar para cambiar las cosas. Digamos que, al comenzar el primer tiempo de sus declaraciones, el hombre que sí podría anotar goles gracias a la mano de Dios dijo que hay muchos que siempre encuentran excusas para no cambiar, "por falta de voluntad política o de compromiso histórico, diríamos hoy". Advirtió, además, que sería ingenuo pensar que con el simple cambio de estructuras surgiría un pueblo nuevo, liberado y solidario, pues "siempre encontramos justificaciones para hacer lo que se nos pega la gana, lo que satisface nuestro egoísmo o favorece a nuestro grupo o partido". También censuró los mesianismos temporales.
EL PRESIDENTE FOX, POR su parte, daba muestra ante billeteros de lotería de que no cambia por nada del mundo. Días atrás se aferraba a la idea de que no habría crecimiento de la tasa de desempleo en el país, y ayer dio la buena nueva de que siempre sí habrá tal crecimiento, aunque nada más en 2.4 por ciento, que es bajo en comparación con lo que sucede en otros países.
Y, MIENTRAS CAMPESINOS DE Veracruz siguen crucificándose por turnos frente a Gobernación y la Contraloría compra su billetito de lotería para ver si se saca un pez grande (Ƒserá, de veras, grande?) en enero, esta columna corre, presurosa y cardenaliciamente bendecida, a sumarse con fervor al cambio, aunque sea de zapatos... (y a prepararse para sus vacaciones, pues ya sólo escribirá dos entregas más, para publicarse martes y miércoles y, entonces sí, pasar a retirarse por unos bastantitos días con sus respectivas noches...) Ť Fax: 55 45 04 73 Ť [email protected]
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