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DOMINGO Ť 9
Ť DICIEMBRE Ť
2001
Ť El viernes presentó Los grandes discos
del rock 1951-1975, su más reciente libro
Aprecio y selecciono álbumes por su valor más
que por mi gusto: José Agustín
Ť Cada acetato narra una historia y traté
de referirlas por medio de parábolas, afirma el escritor
Ť Los Rolling me costaban trabajo, pero me sensibilicé;
el punk me atrapó por su energía
PATRICIA PEÑALOZA
El escritor José Agustín nos invita a la
sala de su casa para corrernos 80 discos, 80 fumadas, de su nuevo libro
Los grandes discos del rock 1951-1975 y así con él
escuchemos una misma banda sonora y viajemos al unísono por las
mismas pachecas sentimentales y reflexivas, que a él le han hecho
sentir 50 años de rocanrol: "Feliz viaje y respeten las señales
del camino", advierte en la introducción del primero de dos tomos.
En
esta selección -señaló el autor durante la presentación
de su libro el viernes por la noche en la tienda de discos Tower Records
de Niza- mucho hay de "perspectiva mexicana", esto es, de cómo alguien
que ha vivido en México se pudo acercar al rock sajón, influido
por la premura o tardanza con que llegaban al país los discos, de
acuerdo con los sorpresivos gustos nacionales o con la manera en que los
medios locales han respondido al rocanrol. "Pasó algo curioso en
los sesenta en México: Creedence Clearwater Revival fue un fenómeno,
al igual que los Rolling Stones o los Beatles, cosa que no ocurrió
tan fuerte en otros países, más allá de Estados Unidos.
Además creo que toda esta música, lo que se piensa de ella,
está llena de referentes vivenciales, de vasos comunicantes, que
por supuesto influyen en lo que comento de cada disco. Otro ejemplo es
que cito a Agustín Lara o temas de boleros o rancheras; tal vez
estos referentes dentro de una crítica de rock sólo podrían
haberse dado en un contexto mexicano", dijo.
Respecto de si los discos elegidos son trillados o no,
el creador de la serie histórica/literaria Tragicomedia mexicana
indicó que muchas veces en México, mientras más
cercano nos es algo más lo despreciamos, debido a un enorme complejo
de inferioridad: "Se piensa que si lo conozco, si tengo acceso fácil
a él, ya no es mítico, es chafa; pero si tal disco
es lo más raro y lejano, entonces debe ser muy bueno".
La dificultan con los Rolling
"Aprecio y selecciono los discos por su valor más
que por mis gustos personales. Por ejemplo, a mí al principio los
Rolling Stones me costaban trabajo, tenía que oírlos mucho.
También me pasó con algunos punks como los Sex Pistols o
los Ramones, pero me fui sensibilizando, dándome cuenta de lo que
aportaban... en particular el punk me atrapó por su energía
y virulencia, elementos que luego retomaría en los 90 el grunge",
comentó el escritor, empleando el mismo viaje de ida y vuelta en
el tiempo que utiliza en el volumen, por lo cual nunca se siente nostálgico,
sino que posee la perspectiva de una actualidad digerida.
Sus lectores y cazautógrafos le preguntan sobre
temas aleatorios, no sólo sobre el libro. Que qué opina de
Napster y la industria del disco. Que si los tiempos pasados siempre fueron
mejores: "No. Siempre ha habido grupos buenos y grupos malos; deslumbrones
que luego desaparecen o quienes comienzan leve y van ganando respeto poco
a poco. A partir de los 80 comienza a haber mucha fusión de géneros,
y se vuelve un poco más difícil discernir, pero sí
que hay cosas buenas hasta los años 90, de lo cual escribo en el
segundo tomo, que ya está listo, pero saldrá en el 2002".
Para circular sin sobresaltos
Desde finales de los años sesenta el autor de De
perfil no escribía ensayo roquero, a pesar de ser pionero de
la crítica de rock en México. Textos nuevos y otros varios
que han sido publicados en El Universal, La Mosca en la pared, Magazine
de Reforma y La Risa de la Hiena componen este volumen de
200 páginas, el cual ofrece a los amantes de la "nueva música
clásica" ?como él llamó al rock en su libro homónimo
de 1969?, los "Discos Absolutamente Imprescindibles que se Deben Tener
para Circular por la Vida sin Sobresaltos", asegura el narrador en la introducción.
"De más está advertir que se trata de mi muy particular punto
de vista, de mi manera de concebir el rock y de mis muy personales gustos.
Supongo que muchos dirán que algunos discos que señalo no
son tan buenos o, más probable aún, que haya infinitas omisiones",
advierte. Y el que avisa, subraya, "no traiciona".
Pero José Agustín no traiciona y con profundo
entusiasmo, el libro editado por Planeta realiza un recorrido cronológico
que va entrelazando semblanzas -de Muddy Waters a Patti Smith- con apuntes
informativos, fábulas literarias en torno a las bandas o solistas
en turno, fotografías e ilustraciones.
Quizá -menciona el escritor- los discos señalados
no son los correctos o están muy "choteados", sin embargo, destaca,
procuró incluir aquellos que han sido, a su parecer, fundamentales
en la historia y desarrollo del rock como fenómeno cultural que
es. La prosa joseagustiniana invade, inventa y se mimetiza con el choro
informativo. No se trata de una reseña tras otra, sino de una obra
ensayística y literaria que aunque por su estructura a modo de "fichas"
podría acercarse a lo enciclopédico, en espíritu nada
tiene que ver. Por el contrario, el desenfado rocanrolero brota tanto en
el fondo como en la forma: "Cada disco narra una historia y traté
de referirlas por medio de parábolas".
La rigurosa selección/disección/rastreo
de las raíces del género puede parecerle obvia a los avezados
en el tema. Sin embargo, puede que sirva muchísimo a quienes no
lo vivieron o no tienen idea de dónde viene todo eso que hoy se
escucha, refriteado hasta el hartazgo por las bandas actuales.
Otros puntos interesantes en este recuento son las referencias
a discos afines hechas al final de cada apartado, así como un diseño
que, acompañado de ilustraciones bizarras, hace lucir al libro contemporáneo
y accesible.
Si bien puede que se sienta la omisión de influyentes
creadores como John Mayall, Jethro Tull, Yes, Beach Boys, de los cincuenteros
oriundos parece no faltar nadie. Y ciertamente, escuchar los 80 platos
seleccionados le dará a cualquiera las armas para desenvolverse
en el rock sin que nadie lo engañe. Además, a cambio de los
olvidados hay interesantes propuestas de discos no tan conocidos, lo cual
siempre se agradece cuando se es hambriento cazador de raíces y
de buen rocanrol.
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