028n1mun DOMINGO Ť 9 Ť DICIEMBRE Ť 2001
Ť Powell le ratifica acuerdo de reforzar la seguridad y recursos para modernizar su ejército
Promete el presidente uzbeko abrir en breve el puente de Termez para que fluya ayuda a Kabul
Ť Aprueba el parlamento referéndum en un mes para ampliar mandato de Karimov hasta 2007
JUAN PABLO DUCH ENVIADO
Tashkent, 8 de diciembre. El secretario estadunidense de Estado, Colin Powell, se llevó este sábado de la capital uzbeka la firme promesa del presidente Islam Karimov de que se abrirá muy pronto el puente de Termez, lo que hará posible transportar grandes volúmenes de ayuda humanitaria al vecino Afganistán.
Powell, por su parte, ratificó el compromiso de reforzar la seguridad de Uzbekistán y de asignar recursos adicionales para modernizar su ejército, como parte de una relación estratégica que pretende ir mucho más allá de la cooperación que se está dando en el marco de la campaña militar afgana.
"Uzbekistán es un importante miembro de la coalición internacional contra el terrorismo, y estoy seguro que lo seguirá siendo. Le reiteré al presidente (uzbeko) nuestro interés en su país y en la región, interés que se mantendrá después de la actual crisis en Afganistán", afirmó Powell, en rueda de prensa al término de sus conversaciones con Karimov.
Los detalles de esa relación estratégica serán precisados en Washington, en el momento en que Karimov atienda la invitación de visitar Estados Unidos que le formuló el presidente George W. Bush, en carta entregada hoy por Powell.
Será interesante ver, por ejemplo, qué dice Bush de la intención de Karimov, presidente de Uzbekistán desde hace 10 años, de perpetuarse en el poder. El parlamento uzbeko, dócil instrumento de los designios del "líder irremplazable", aprobó ayer celebrar dentro de un mes un "referéndum" para ampliar el mandato de Karimov hasta el año 2007. Cuando el presidente bielorruso hizo lo propio, Estados Unidos consideró una farsa su "referéndum" y calificó de "ilegítima" la presidencia de Aleksandr Lukashenko.
Pero, en tanto, no cabe la menor duda de que el puente sobre el río Amudaria, que une las ciudades uzbeka de Termez y afgana de Jairaton, se abrirá en los próximos días, pero quizás no tan pronto como se anunció.
"Hablamos de la situación humanitaria (en Afganistán) y el presidente (Karimov) me confirmó que el puente se abrirá mañana (domingo), después de una última revisión técnica", afirmó Powell.
Karimov, como buen anfitrión oriental, no desmintió a su huésped y, tras una larga perorata sobre el significado político, económico y humanitario de la apertura del puente, que hasta el pasado jueves insistía en mantener cerrado, se permitió precisar:
"Este domingo se reunirá una comisión gubernamental que decidirá la fecha de entrada en funcionamiento del puente de Termez; aún es necesario ultimar detalles técnicos", expresó Karimov.
Acaso para no empañar el impacto del anuncio de su jefe, el Departamento de Estado, siete horas después de que Powell dejó Tashkent, aún no había puesto en su página web la versión estenográfica de sus declaraciones en la rueda de prensa conjunta con Karimov.
De cualquier forma, la decisión política ya está tomada y, según confirmaron a La Jornada fuentes del ministerio uzbeko de Defensa, se procurará tener todo listo para que el puente sea usado dentro de una semana como plazo máximo.
El problema no es que haya dudas sobre la solidez del llamado Puente de la Amistad, construido con estructuras de acero por los soviéticos y que cuenta con dos carriles para transporte automotriz y una línea de ferrocarril, sino que hay que desminarlo.
Cuando se resolvió cerrarlo, en 1997, apenas los talibanes se hicieron del control de Mazar-e-Sharif y de la región colindante, el gobierno de Uzbekistán llenó de minas el puente, igual que la franja fronteriza toda.
Desde hace unos días, un grupo de zapadores uzbekos y de "ingenieros" estadunidenses se están dedicando al desminado del puente, pero no se tiene todavía la certeza de que esté ya fuera de peligro y tampoco se quiere correr el riesgo de llevarse una desagradable sorpresa con los primeros camiones de carga humanitaria.
Cientos de miles de afganos, en serio peligro de morir de hambre, frío y enfermedades durante este invierno, podrán recibir la ayuda que requieren con urgencia. Funcionarios de la oficina de la ONU en Termez creen que, por esta vía, sin duda la más directa y rápida, podrá pasar cerca de 40 por ciento de toda la ayuda humanitaria destinada a Afganistán.
Para evitar "sabotajes", el gobierno de Karimov reforzó la seguridad en Termez. Desde el primero de diciembre se restringió el acceso a esa ciudad fronteriza y, ahora, cualquier ciudadano uzbeko tiene la obligación de registrarse en la policía local. También se volvió más engorroso el trámite de permisos a periodistas extranjeros para viajar a Termez.
La apertura del puente, todo parece indicar, será parcial, en el sentido de que no se permitirá, como era tradicional, el libre tránsito de personas, incluso de las familias uzbekas que viven de uno y otro lado del río, y el comercio -por no llamarlo contrabando- que llegó a tener, hasta la llegada del talibán, un volumen considerable.
Pero las famosas alfombras de Mazar-e-Sharif, consideradas las mejores del mundo y que ni en el momento más duro de la guerra han dejado de fabricar, seguirán llegando a Tashkent. Incluso en los cuatro años en que estuvo cerrado el puente de Termez, los uzbekos del otro lado del río se las ingeniaban para traer las alfombras, a través de intrincados caminos por las fronteras con Turkmenistán. En Tashkent, mafias de Salim y Gafur se encargan de colocar las alfombras afganas en el mercado internacional.
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