MIERCOLES Ť 5 Ť DICIEMBRE Ť 2001

Ť Catálogo de ''maravillas'' al alcance de los lectores

Luna Córnea ofrece un atisbo poco común a la linde entre ciencia y arte

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Lo grandote y lo chiquito. Lo invisible. Lo imposible. Lo inimaginable. Lo hermoso extraño. Lo inesperado... En resumen, la entrega más reciente de la revista Luna Córnea (número doble: 21 y 22) es un catálogo de las maravillas que conforman una realidad imperceptible pero normalmente ajena a nuestra mirada, sólo al alcance de unos cuantos.

Para mostrar dicha realidad, los editores de la revista aglutinaron los esfuerzos de científicos, fotógrafos, investigadores y escritores y produjeron un ''objeto maravilloso" que -en palabras de Carlos López Beltrán, filósofo de la ciencia- ''tiene muchas entradas, remansos, torbellinos, desembocaduras y muchas lecturas, tanto visuales como textuales".

Las tres dimensiones y sus avatares -a decir de López Beltrán- ''nos impulsan y casi condenan a traducir todo a sus coordenadas. Como primates, somos animales visuales, y esa característica, que por un lado enriquece y fecunda nuestras vidas, también de alguna manera genera impedimentos. Por si eso fuera poco, la parafernalia que hemos conectado a nuestros ojos y nuestras ideas para extender el alcance de nuestros discursos y de nuestro control sobre la realidad está casi siempre enfilada a urdir figuras o figuraciones, imágenes e imaginarios, visualmente chatos. De ahí que resulte perturbador y sano un espacio de exposición, de crítica y de divulgación como ha sido durante ya casi diez años Luna Córnea.

''Abre ahora sus páginas a imágenes y textos que justamente en conjunto y, uno por uno, ponen en tela de juicio ese sesgo nuestro tan fundamental. Y la manera de hacerlo a mi juicio no pudo ser más acertada: reuniendo de forma original e inquietante el trabajo de producción de imágenes de científicos y artistas que exploran las regiones de lo enorme y lo diminuto, las capturan en imágenes y muestran al mismo tiempo las bambalinas de esas prácticas de producción de imágenes.

''Quisiera recalcar que el acercamiento que se hace en este número de Luna Córnea a las fronteras entre ciencia y arte es poco común y más interesante de lo que suele encontrarse por ahí. No tiene nada de programático ni de didáctico ni de autocelebratorio.

''Es una propuesta retadora y verdaderamente perturbadora (...) El espíritu que en la hechura de este número yo detecto es el de una curaduría inteligente, intuitiva, que deja que la materia se acomode y exprese sin consignas sobredominantes (...) Se trata, por ejemplo, de entender qué clase de animales fuimos y en qué clase de cyborgs nos hemos convertido."

Ocupación de un nicho vacante

El artista visual Sebastián Rodríguez Romo participó en las reuniones editoriales que dieron lugar a este número de Luna Córnea y le llamó la atención la relación de los científicos con la imagen y cómo ésta, al cambiar de contexto, pierde su capacidad de documento para dar lugar a lecturas estéticas.

Para hablar de este ejemplar Alejandro Martínez Mena, maestro en ciencias por la UNAM y vicepresidente del Colegio de Biólogos de México, se ciñe a los cánones que le impone su ámbito académico: ''Se trata de una revista de gran peso: 878 gramos. Podemos decir que es una especie de la cual sólo conocemos su etapa terminal o adulta. (...) El ejemplar mide 228 milímetros de largo, 164 milímetros de ancho y 23.48 milímetros de grueso. No deja lugar a dudas: es un número doble. (...) ElALCATRAZ título de este número doble, 21-22, es Del angstrom al infinito. Tiene un contenido repartido en 288 páginas, 44 artículos con 145 fotografías en blanco y negro y 176 a color. Cada hoja tiene un espesor de 0.14 milímetros y un peso de 5.16 gramos (...) Después de hacer el análisis del contenido estomacal de este especimen, en el cuerpo de la revista encontramos 44 artículos, 18 de ellos son portafolios que presentan propuestas estéticas o motivos relacionados con la temática (...)

''Hay que hacer notar que este ejemplar viene a ocupar un nicho que estaba en perfecta vacante, era un nicho que nadie se había atrevido a ocupar. Aunque aún no se ha terminado el estudio de distribución geográfica, ya se ha deducido que ocupará bibliotecas públicas y privadas, nacionales e internacionales."

Posible, hacer del arte una ciencia: Drucker

René Drucker Colín, coordinador de Investigación Científica en la UNAM, califica este número de Luna Córnea de ''una obra bellísima, que ha acumulado una serie de fotografías verdaderamente impresionantes (..) Yo simplemente quiero decir que es evidente que aunque algunas personas consideran que la ciencia podría ser un arte, por las dificultades que se presentan para hacerla, es evidente que podemos hacer del arte una ciencia, y esta revista nos demuestra cómo podemos hacerlo".

Doctor en fisiología, Drucker Colín hace votos porque Luna Córnea no sea, como los científicos, una especie en peligro de extinción, como resultado de las restricciones presupuestales aplicadas por el gobierno federal.

(Las opiniones aquí registradas fueron expresadas por sus autores durante la presentación de la revista Luna Córnea, la noche del pasado jueves en el Centro de la Imagen.)