MIERCOLES Ť 5 Ť DICIEMBRE Ť 2001
Robert Fisk
La última guerra colonial
ƑPuede Ariel Sharon controlar a su propia gente? ƑPuede controlar a su ejército? ƑPuede detenerlo de asesinar niños, cuando deja trampas-bomba en medio de huertos o entra en los campos de refugiados a disparar con tanques de combate? ƑPuede Sharon impedir que la chusma de sus soldados destruya cientos de hogares de refugiados en Gaza? ƑPuede aplicar medidas enérgicas contra los asentamientos judíos y evitar que roben más tierras a los palestinos? ƑPuede hacer que los matones de los servicios de inteligencia dejen de asesinar a sus enemigos palestinos, o de llevar a cabo "eliminaciones selectivas", como la BBC cobardemente sigue llamando a estas ejecuciones para evitar las críticas de Israel?
Por supuesto está prohibido hacerse tales preguntas. Así que "legalicémoslas".
Los ataques con bombas-suicidas perpetrados por palestinos en Jerusalén y Haifa son repugnantes, horribles, imperdonables. Inmediatamente después del atentado suicida en una pizzería de Jerusalén en agosto pasado, vi a mujeres y niños israelíes despedazados por explosivos que contenían clavos, utilizados para asegurar que los sobrevivientes permanecieran aterrorizados el resto de sus días. Recuerdo el mensaje de condolencia de Yasser Arafat y pensé -como todo israelí, supongo- que no creía una sola de sus palabras. Arafat solía expresar profunda pena de la misma forma elocuente cuando sus pistoleros asesinaban a libaneses inocentes durante la guerra civil de Líbano. Tonterías, pensaba. Y todavía lo pienso.
Sin embargo, algunas horas después del último baño de sangre en Israel, surgió una clave para entender el verdadero problema. En una entrevista para CNN, se pidió al secretario de Estado estadunidense, Colin Powell, que hablara de su reacción ante la masacre. Nada -dijo- puede justificar tal "terrorismo", y prosiguió refiriéndose a las dificultades económicas que afligen a los palestinos, quienes sufren "50 por ciento de desempleo". ƑDesempleo? ƑEl señor Powell cree que de eso se trata este problema?
Entonces recordé el discurso que Powell ofreció en la Universidad de Louisberg el 20 de noviembre, cuando lanzó -o eso debíamos suponer- su iniciativa para Medio Oriente. El tema era "los palestinos deben...": los palestinos deben "poner fin a la violencia"; los palestinos deben "arrestar, perseguir y castigar a los que cometen actos terroristas"; los palestinos "necesitan entender que a pesar de sus demandas -nótese las palabras "a pesar"- "no pueden exigirlas con violencia"; los palestinos "deben darse cuenta de que la violencia ha afectado terriblemente a Is-rael". Solamente cuando el general Po-well dijo a su audiencia que la ocupación israelí de Gaza y Cisjordania debe terminar, quedó claro que Israel está ocupando Palestina, y no al revés.
La realidad es que el conflicto palestino-israelí es la última guerra colonial. Los franceses pensaron que estaban peleando el último combate de este tipo. Hacía tiempo habían conquistado Argelia. Habían establecido sus granjas y asentamientos en la tierra más hermosa de Africa del norte. Y cuando los argelinos pidieron la independencia, los llamaron "terroristas", dispararon contra los manifestantes, torturaron a sus enemigos guerrilleros y asesinaron -en "eliminaciones selectivas"- a sus antagonistas.
Similarmente estamos respondiendo a la última masacre cometida en Israel de acuerdo con los dictados del Departamento de Estado, CNN, la BBC y Downing Street. Arafat ha cobrado vida, se ha vuelto real para desempeñar su tarea como policía del Medio Oriente. El presidente Hosni Mubarak lo hace en Egipto, el rey Abdullah en Jordania, el rey Fahd en Arabia Saudita. Ellos controlan a su gente para nosotros. Es su deber. Deben cumplir con sus obligaciones morales, sin hacer referencia alguna a la historia o al dolor y el sufrimiento de sus pueblos.
Así es que permítanme contarles una breve historia. Unas cuantas horas antes de escribir este artículo -exactamente cuatro horas después del último ataque del suicida que decidió morir con sus víctimas inocentes en Haifa- visité un hospital de mala muerte en Quetta, la ciudad fronteriza paquistaní donde se lleva a los afganos víctimas de los bombardeos estadunidenses. Rodeado de un ejército de moscas en la cama número 12, Mahmat -muchos afganos no tienen apellido- me relató su historia. No había cámaras de CNN ni reporteros de la BBC en este hospital para filmar al paciente. Ni los habrá.
Mahmat dormía en su casa en el pueblo de Kazikarez hace seis días cuando cayó una bomba de un B-52 estadunidense. El dormía en una habitación; su mujer con los niños. Su hijo Nourali murió, así como Jaber -de 10 años de edad-, Janaan de ocho, Salamo de seis, Twayir de cuatro y Palwasha -la única mujercita- de dos. "Los aviones volaban tan alto que no pudimos escucharlos y el techo de barro se desplomó sobre ellos", dijo Mahmat. Su esposa Rukia -a quien me permitió ver- yacía en la habitación contigua (cama número 13). Ella no sabía que sus hijos estaban muertos. Tenía 25 años y parecía de 45. Una tela cubría y dignificaba su frente. Sus pequeños -como tantos inocentes afganos de esta horrenda guerra por la civilización- son víctimas de las que el señor Bush y el señor Tony Blair nunca se enterarán.
Y al observar a Mahmat suplicar por dinero -las bombas estadunidenses hicieron saltar por los aires su ropa y estaba desnudo bajo las sábanas del hospital- constaté algo terrible: él, su primo del lado y el tío y el cuñado en el hospital estaban llenos de rabia contra Estados Unidos por las muertes que éste infligió a su familia.
Sospecho que un día los familiares de Mahmat estarán lo suficientemente enojados para tomar venganza contra Estados Unidos, en cuyo caso serán terroristas, hombres violentos. Quién sabe si sus líderes podrán controlarlos. Ellos no son Bin Laden; la familia de Mahmat afirma: "Nosotros no somos ni talibanes ni árabes". Francamente, Ƒpodríamos culparlos si decidieran atacar a Estados Unidos por los sangrientos y terribles crímenes que ha cometido contra su familia? ƑPuede Estados Unidos dejar de bombardear ciudades y pueblos? ƑPuede Washington inducir a sus fuerzas especiales a proteger a los prisioneros? ƑPueden los estadunidenses controlar a su propia gente?
Traducción: Marta Tawil