MARTES Ť 4 Ť DICIEMBRE Ť 2001

Ť La comunidad médica le rindió homenaje en el Instituto Nacional de Neurología

Dan el último adiós al doctor Velasco Suárez

Ť Al acto asistieron los ex secretarios de Salud Guillermo Soberón y Octavio Rivero

ANGELES CRUZ

"Cuando llegué sentí que seguiría viva... en otros hospitales no me habían curado, y como aquí es sólo de la cabeza, sirvió que yo viniera", dice Petra Reyes al referirse al Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INN), donde encontró alivio a la embolia cerebral que la aquejaba. Hace 50 años el doctor Manuel Velasco Suárez fundó éste que es hoy el más grande centro de atención e investigación en su tipo en todo el mundo, y en el que ayer el científico estuvo por última vez.

Desde temprana hora lo esperaron sus colegas, trabajadores administrativos, enfermeras e incluso sus pacientes. El deceso de Velasco Suárez deja un enorme vacío, coincidieron. Su vitalidad y deseo de trabajar eran inagotables, por eso continuaba dando consulta y hasta hace dos meses -antes de que se agudizara su enfermedad- todavía se le veía por los pasillos del INN, recordaron los asistentes al homenaje.

Velasco Suárez es uno de los grandes pilares de la medicina del siglo XXI, definió el director del INN, Julio Sotelo. La visión de este hombre excepcional fue el origen del instituto que lleva su nombre y al que el médico convirtió en el motivo de su vida profesional.

Ese empeño por el desarrollo de la neurología y neurocirugía se vio compensado hace un par de años, cuando por fin se concretó la ampliación, remodelación y compra de equipo nuevo para el INN. La visita del entonces presidente Ernesto Zedillo fue un hecho que conmovió profundamente al maestro Velasco Suárez, y que incluso lo llevó a agradecer de manera personal al mandatario el apoyo brindado: "hace 50 años que estoy en esto", le dijo.

Las enseñanzas de quien también fue profesor emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) son innumerables, como aquella frase pronunciada por él en diversos foros: "tanto la mujer como el hombre no valen por lo que tienen ni por lo que saben, sino por lo que sirvan con honradez, capacidad y eficacia".

Unos minutos después de las 10 de la mañana llegó al INN la carroza que transportaba los restos de Velasco Suárez. Ya lo esperaban el secretario de Salud, Julio Frenk, y sus antecesores Juan Ramón de la Fuente y José Antonio González Fernández. También estaban los ex secretarios Guillermo Soberón y Octavio Rivero Serrano.

En el INN se han atendido 300 mil personas, se han formado 800 especialistas en neurología y neurocirugía, y para quienes padecen de algún problema de este tipo el instituto ha sido en muchas ocasiones la última esperanza de recobrar la salud e incluso conservar la vida, sobre todo porque se trata de personas que no tienen acceso a las instituciones de seguridad social.

La mayoría de quienes solicitan consulta en el INN, como en el resto de los institutos nacionales de salud, son de escasos recursos económicos. Es el caso de la señora Petra Reyes.

Mientras en el auditorio del instituto se realizaba el homenaje de cuerpo presente al doctor Velasco Suárez, la señora Reyes descansaba en una banca del exterior. "Apenas salí de la consulta. Cada cuatro meses me toca revisión, y hoy el médico me cambió la medicina... es que la otra no me caía bien".

La mujer, que vive en Guerrero, al recordar la embolia que le atacó hace dos años también le vino a la mente que en el INN recobró la salud. "Yo sabía, desde que entré, que salvaría mi vida". Y es que además de que "los médicos son muy buenos, las consultas me costaban sólo 20 pesos; de otra forma no habría podido atenderme". Actualmente Petra Reyes paga 25 pesos por consulta, pero "aun así está bien".

Este es parte del legado de Velasco Suárez, quien a lo largo de su trayectoria académica y política también se distinguió por su lucha a favor de la paz, por el respeto a los derechos del paciente y el respaldo a las instituciones de salud en general. Así, participó activamente en la reconstrucción del Hospital Juárez de México, que resultó dañado por los sismos del 85.

Recientemente se empeñó en que se reconociera a la Comisión Nacional de Bioética como el órgano indispensable para garantizar a los mexicanos el ejercicio honesto de la medicina, con apego a los más estrictos criterios clínicos. Se cumplió su objetivo cuando el Presidente de la República emitió el decreto formal para crear dicha comisión y reconocerla como un organismo desconcentrado del gobierno federal.

El neurólogo estaba convencido de "la responsabilidad de los trabajadores de la salud en el respeto de los derechos humanos, anteponiendo en el ejercicio de nuestra profesión la dignidad de la persona humana para dar calidad a la vida, desde el milagro de su aurora hasta el ocaso de su existencia", recordó el secretario Julio Frenk.

En su mensaje ante el féretro del médico y los miembros del INN, el funcionario también hizo alusión a lo dicho por Velasco Suárez de que somos parte de una sociedad amenazada por la erosión de la moral, deteriorando el medio ambiente, el agua y los ecosistemas donde se desarrolla la vida.

Para sus alumnos, el médico tenía una amplia disposición de escucharles y aconsejarles, y cuando alguno de ellos preguntó a Velasco Suárez cómo había logrado todos sus éxitos, contestó: "concentrándome en la fe que necesito para vivir cada día".

Ayer por la tarde el Consejo de Salubridad General llevó a cabo un homenaje en honor de Velasco Suárez, en el patio central de la Secretaría de Salud, y hoy a primera hora los restos del médico serán cremados en el panteón Francés de San Joaquín.