Ť Oligarquía, tradición y ruptura y El otro jugador, los volúmenes comentados
La presentación de dos libros sobre Chiapas, de La Jornada Ediciones, colofón exitoso a la FIL
Ť La marcha de la dignidad zapatista aún no ha terminado, dijo Julio Hernández López
CESAR GÜEMES ENVIADO
Guadalajara, Jal., 2 de diciembre. Se acabó. Luego de nueve días, 280 presentaciones de libros, decenas de millares de ejemplares vendidos y una asistencia que rebasó fácilmente a la Feria Internacional del Libro del año pasado, la actual llegó a su fin. El acto final estuvo dedicado a Huberto Batis, justo antes de que se bajara la cortina que se abrirá dentro de un año, por estas fechas, donde la FIL estará dedicada a la literatura cubana.
Por lo pronto, La Jornada Ediciones pegó dos veces este domingo, una de ellas con la presentación del libro Oligarquía, tradición y ruptura en el centro de Chiapas, de María Dolores París Pombo, y otra con la salida al mercado del volumen colectivo El otro jugador, coordinado por Luis Hernández Navarro, quien junto con Julio Hernández López y Rafael Sandoval comentaron ante un numeroso público.
El
título del volumen, según se explicó, proviene de
un texto del subcomandante Marcos en el que narra una partida de
ajedrez donde un hombre indígena resuelve el encuentro al más
puro estilo zapatista. Hecha la aclaración de un título que
puede tener diversas interpretaciones -todas benignas-, tomó la
palabra Rafael Sandoval, investigador del Instituto Nacional de Antropología
e Historia, para decir: ''La visión de este libro es un modo de
ver, de saber y de vivir la marcha indígena. Nos brinda las imágenes
de una manera tal que procura no distraernos de lo esencial. Nos permite
recrear la vista en el mundo zapatista que es otra forma de hacerlo. Nos
ofrece la oportunidad de pensar al relacionar lo que vemos con lo que sabemos.
Las crónicas y las imágenes se convierten en una narrativa
que nos deja pensar al ofrecernos un modo de ver y de vernos. Da cuenta
del diálogo que establecieron millones de mexicanos''.
Y concluyó: ''El lenguaje de las imágenes acompañadas de las crónicas, opiniones, entrevistas y cartones, me recordó a John Berger cuando dice que la vista es la que establece nuestro lugar en el mundo circundante. Explicamos este mundo -dice Berger- con palabras, pero las palabras nunca pueden anular el hecho de que estamos rodeados por él. El otro jugador es un libro donde el autor y el actor somos todos. Sin duda puede ser visto de muchas otras maneras, pero la mirada de los editores nos brinda la oportunidad de ver y de vernos en la marcha de los zapatistas. Las fotografías, las crónicas, las caricaturas, el trabajo editorial mismo, constituyen una narrativa que es al mismo tiempo y desde un principio, la múltiple testimonial de un movimiento cultural civilizatorio; la complejidad de la realidad es presentada en este libro a través del ojo del fotógrafo y el periodista en un verdadero análisis de coyuntura que da cuenta de acontecimientos que por sí mismos hacen historia, pues son actos de rebelión y dignidad''.
Analista político de La Jornada, Julio Hernández López mantuvo la atención de los presentes sin leer una sola línea. Dentro de su ordenada exposición dejó en claro que la marcha narrada en el volumen todavía no concluye: ''Tenemos frente a nosotros el hecho de una realidad como la de Chiapas, de la cual hoy La Jornada presenta un resumen, una recopilación, pero sobre todo una forma de ayudar a reflexionar y a entender ese gran fenómeno político, mediático, sociológico que ha sido, entre otras cosas, la caravana de la dignidad que este año se realizó desde el sur del país hasta la ciudad de México. Muchos de los análisis que podemos hacer, y que se han realizado ya en la prensa escrita, hablan acerca de cuál ha sido el destino y el alcance de esa caravana de la dignidad: un destino y un alcance que para muchos sobre todo hoy, cuando las torres gemelas parecieran ser el punto de arranque de la nueva conformación del orden mundial, pareciera ser que todo ha quedado sepultado y que todo aquello de la nostalgia premoderna de las marchas, los encapuchados y los indígenas formaran parte de ese otro mundo, de ese otro milenio. Yo creo en lo personal que esa marcha de la dignidad es ciertamente inacabada, una marcha que aún no ha terminado entre otras cosas porque parte de los asuntos que debieron resolverse en el curso de esa caravana han sido pospuestos en esta pretenciosa actitud presidencial y de quienes hoy tienen el poder de, mediante menosprecio, tratar de sepultar un movimiento social histórico y que realmente ha establecido una división entre la historia de nuestro país con un antes y un después del movimiento zapatista''.
Moderador
en la mesa, el periodista y también analista político Luis
Hernández Navarro, cerró la presentación de El
otro jugador explicado que la buena receptividad de los pobladores
de muy distintos sitios por los que pasó la marcha ''fue una de
las razones principales que nos llevó no sólo a cubrirla,
como lo hicimos, sino a buscar que ese compromiso quedara vivo en un material
como el que hoy estamos presentando. Un libro que no es en sentido estricto
una historia, no hay ensayos que busquen entrar en una explicación
de lo que fue la marcha, sino que es un libro escrito a muchas voces o
a muchas plumas, donde convergen artículos de opinión y notas
de quienes fuimos enviados inicialmente a la cobertura, más muchos
otros compañeros que se fueron sumando a ella. La verdad es que
trabajar en dar a conocer lo que era la marcha resultaba una tarea apasionante,
pero también compleja: la posibilidad de repetirnos, de contar lo
mismo era un riesgo permanente. Encontramos, creo, sobre la base de la
discusión, una metodología para aproximarnos a la marcha
y contarla cada uno desde distintos flancos, vertientes o episodios. Creo
que eso es lo que se refleja en el libro''.
La apuesta periodística de La Jornada, se cumplió con creces. Así lo explicó Hernández Navarro: ''No hay que olvidar que esta marcha se realiza después de un largo periodo de silencio zapatista, muy similar al que hemos vivido ahora: más de seis meses sin decir palabra. Después de que el triunfo de Fox había sido presentado como el fin del zapatismo: se nos dijo que habíamos obtenido la democracia, que la movilización de los indígenas era innecesaria, que la salida del PRI había dado por cancelada esa lucha. Pero lo que mostró la movilización de esos dos meses fue precisamente lo contrario. Durante todo el transcurso de la caravana vimos cómo miles y miles de personas, en los lugares más insospechados del país, tomaron las calles para apoyar la movilización y exigir una reforma constitucional profunda sobre los derechos y la cultura indígena''.
La FIL y la Cátedra Alfonso Reyes, excepciones al espanto del centralismo: Carlos Monsiváis
Ť El escritor se parece a sus gatos, cuando uno menos lo espera da el zarpazo, lo define Elena Poniatowska Ť El nuevo libro, resultado de un curso en el Tecnológico de Monterrey
CESAR GÜEMES ENVIADO
Guadalajara, Jal., 2 de diciembre. Poco a poco, anécdota tras anécdota, improvisando bromas, recordando chistes, Carlos Monsiváis habló de lo que quizá más le gusta hablar: de poesía. Su charla, una de las más esperadas dentro de los ya últimos actos de la FIL que este domingo llegó a su fin, partió de la presentación de su libro Las tradiciones de la imagen: notas sobre poesía mexicana, correspondiente a los Cuadernos de la Cátedra Alfonso Reyes y publicado por el Tecnológico de Monterrey y Ariel. Asistieron Elena Poniatowska, quien lo presentó; Silvia Garza, titular de la cátedra, y Juan Guillermo López, que dio voz a varios de los textos poéticos incluidos en el volumen.
La semblanza de Elena Poniatowska dio comienzo a una tarde memorable tanto por la presencia literaria como por el buen humor que saltaba a cada línea. Dijo la escritora: "Monsi se parece a sus gatos, de hecho son ellos los que lo peinan. Y cuando uno menos lo espera, da el zarpazo. Es el bicho raro de la literatura mexicana. Aquel que las amas de casa, y me cuento entre ellas, ven como el interlocutor inteligente que hacer reír, y no el crítico despiadado que va a satirizarlas. Monsi despierta pasiones: en París lo vi provocar en algunas matronas vigorosos sentimientos maternales. Y en unas muchachas espigadas y modosas, el deseo de bailar con él el jarabe tapatío. En su cumpleaños número 60 salió casi en hombros de Tongolele y de Lucha Villa. Margo Su era su paje. A él los niños le dan horror, pero ha declarado que como no tuvo hijos, tiene nietos. Los políticos, sean de centro, izquierda o derecha o floten en el espacio al ritmo que les manda el vendaval de la cortesanía, tiemblan ante la posibilidad de ser consignados en su columna".
Y remató: "En su último libro, al igual que su admirado Pellicer, Monsi celebra la belleza, el mayor bien de la patria y del individuo; y nosotros quisiéramos celebrarlo a él, tocarlo aunque fuera con la mirada y llegar emocionados a nuestra casa a decir que no podemos comer, no acertamos a pensar, nada nos satisface sino la ilusión de haber estado cerca de él: Carlos Monsiváis, nuestro verdadero sustento".
El agradecimiento del escritor no se hizo esperar: "Elena me sorprendió porque ante de que empezara esta sesión le pedí que por favor me dijera Vais, que es una manera de renovarme. Le agradezco muchísimo sus palabras, la manera que tiene de inventarme un pasado: el mío es siempre tenso, lúgubre y grisáceo, y ella lo hace ver como si hubiera sido de otra manera y tengo que agradecérselo. Todo el viaje me la pasé rezando y ahora me adjudica haber sido una suerte de sinfonola nómada: no lo fui".
Respecto de la importancia de los cuadernos de la cátedra, apuntó el cronista: "Creo que la Cátedra Alfonso Reyes, como la FIL, son excepciones al espanto del centralismo. Y en ese sentido cabe felicitar ampliamente a la FIL y a la cátedra. Es importantísimo terminar con el centralismo que ha sido la pesadilla del país. Al paso que vamos y dado todo el nuevo programa de cultura, creo que el centralismo estará terminado completamente en unos 500 años... Pero si hay posibilidades de apresurarlo éstas se ven con la Cátedra Alfonso Reyes, que ha sido muy bien llevada por Silvia Garza, su coordinadora, y por la FIL, que francamente merece todos los homenajes porque ha logrado que muchísima gente se relacione en torno al libro, cosa que no es común".
Y antes de pasar al detalle pormenorizado del contenido del volumen, a modo de invitación para que el lector acudiera a su lectura, cerró Monsiváis con una de sus celebradas anécdotas de corte político-cultural: "Hace dos años el licenciado Carlos Medina Placencia, que fue gobernador de Guanajuato y que ha sido un prominente político del PAN, al ser entrevistado le preguntó un reportero con esa agresividad o esa curiosidad bibliográfica tan propia de los reporteros, 'Ƒqué libro está leyendo?', y Medina Placencia dijo: 'Por el momento, ninguno, me cambié de casa, metí los libros en cajas y no he tenido tiempo de sacarlos'. El reportero insistió en saber cuándo se había cambiado de casa a lo que el político respondió: 'Hace ocho años'. Esto es textual".
El volumen Las tradiciones de la imagen se encuentra ya a disposición de los interesados.